Al ver a Debbie atragantarse con la sopa, Julie en seguida tomó un pañuelo y limpió la sopa derramada sobre la mesa. —¿Por qué tanta prisa?, tómate tu tiempo —dijo.
—No vuelvan a hacerme esto —advirtió Debbie, con una mano en su corazón. Aún era una estudiante y no tenía planes de tener un bebé todavía.
De repente, recordó que algo no estaba bien: Carlos no había usado condón y ella se había olvidado de tomar su píldora del día después.
Tragó la sopa rápido y le envió un mensaje de texto a Carlos. —¡Mierda, viejo! No tomé mi píldora del día después. ¡No sé cómo lo olvidé!, ¿será demasiado tarde para tomarla ahora?
Justo antes del almuerzo, ella le había enviado un mensaje para preguntarle por su cuenta de WeChat pero él todavía no le había respondido. Esta vez, su respuesta llegó de inmediato. —¿Qué píldora?
¿Cuál era el nombre? Abrió Google y busco. —anticoncepción de emergencia.
—Recorrió la lista de resultados y en seguida lo encontró. ¡Mifepristona! En un parpadeo copió el enlace, tomó una captura de pantalla y le envió ambos a Carlos.
A continuación, su teléfono sonó. —Debbie Nian, hay dos cosas aquí, en primer lugar, ya es demasiado tarde para la píldora del día después. En segundo lugar, quiero un bebé. Quiero decir, ambos deberíamos estar desesperados por tener un bebé a esta altura —dijo con una voz firme que reflejaba claramente su intención.
—¿Qué? ¿Pero, por qué? —preguntó Debbie incrédula. ¿Ya quería tener un bebé desesperadamente?
—Cariño, escúchame. —Con el teléfono en la mano derecha, se frotó el arco de las cejas con la izquierda y comenzó a explicar. —Deb, estamos casados, si te quedas embarazada, no sería algo preocupante. Felizmente, quiero que nos quedemos con el bebé. ¿Entiendes?
—Pero... pero... —tartamudeó Debbie. No sabía cómo hacer que Carlos cambiara de opinión. Después de una larga pausa, encontró una excusa débil. —Quieres un niño, ¿y si diera a luz a una niña? ¿La ignorarías entonces?
Sus propias palabras lo golpearon, en un tono inexpresivo, dijo: —No puedo permitirme ser selectivo con algunas cosas. Ya sea una niña o un niño, recibiré al bebé con los brazos abiertos Mientras tú seas la madre.
—¡Pero todavía estoy estudiando!
—Los estudiantes universitarios pueden tener bebés.
—Pero... ¡Tú quieres que estudie en el extranjero el año próximo! —Debbie se sentía un poco desconcertada.
—Si te quedas embarazada, me iría al extranjero contigo.
—Pero... pero... —Debbie se había quedado sin excusas.
—Sin peros, lo que debes hacer ahora es no tomar la píldora del día después, aunque tengo la esperanza de haberte embarazado. De todos modos, estaré allí para ti. En resumen, ¡no te preocupes! —declaró con determinación.
—Pero... —Debbie encontró una excusa más. —Pero solo tengo 21 años, la verdad no creo que esté mentalmente preparada... para ser madre.... —La palabra 'madre' le salió forzada, con una voz apagada.
La desgracia de crecer sin su madre había sido demasiado difícil para Debbie. ¿No le sería difícil amar a su propio hijo, algo que ella nunca había experimentado?
Por su voz ahogada, Carlos pudo deducir que algo estaba mal. Después de una pausa, dijo:
—Si realmente no quieres un bebé ahora, tendré que usar protección de ahora en más, pero en cuanto a la píldora, es un no. ¡No te lo permitiré! Por tu propia salud, te aconsejo encarecidamente que te mantengas alejada de esas cosas, no es bueno para ti.
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respira contigo
RomanceAmar y ser amada es lo que toda mujer sueña. Sin embargo, lo único lo que Debbie pide es el divorcio. Levaba tres años casada con un Carlos, un joven multimillonario a quien ni siquiera ha visto la cara. Cuando por fin decide poner fin su irónico m...