CAPÍTULO 6: EL OGRO Y LA FEA QUE SE FROTAN EN EL BAÑO DE CABALLEROS.

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PJ no entendía nada de lo que estaba sucediendo... Pero lo que sí que entendía era quién la estaba sujetando.

¡Ese idiota!

El perfume varonil la envolvía. Sólo había percibido ese perfume de alguien.

—¡Mmmmpghjhsb jnmmndj!—gruñó PJ contra la mano gigantesca que le cubría la nariz, boca y barbilla.

—¡Shhhhhh!—la chistó él, mientras miraba con nerviosismo hacia la puerta que acababa de cerrar.

—¡Mm jmmmp pmndj!—intentó gritar de nuevo PJ y él la miró con el ceño fruncido, silenciándola totalmente.

PJ se dio cuenta de que, en todas las ocasiones que se habían encontrado, ella nunca se había fijado en el físico del ogro.

Pero en ese momento, teniendo el rostro del hombre a sólo unos centímetros de distancia del suyo, pudo escanear sus facciones con facilidad. En primer lugar se dio cuenta de que era muy alto, rubio y con unos ojos bastante llamativos.

Eran azules y tenían pestañas largas que haría sentir envidia a la mayoría de la población femenina.

PJ frunció el ceño sin poderse contener. El tipo tenía un rostro muy guapo, pero no era el mismo tipo de atractivo que Peter tenía, sino que este era más... Frívolo.

Él se dio cuenta de que ella lo miraba con el ceño fruncido y puso los ojos en blanco.

Esa mujer no había dejado de tropezarse en su vida desde que había llegado a la empresa.

Dane no tenía idea de qué demonios hacía ahí, pero mientras le sirviera para sacudirse a la pesada, cualquier cosa le servía.

—¡Cierra la boca!... si nos descubren por tu culpa...—gruñó amenazante en el oído de ella, al tiempo que rogó al cielo que la puerta resistiera. Giró un poco y presionó el cuerpo de PJ contra la puerta, usando su propio cuerpo para presionarla.

—¡Mmmmppp!—gruñó PJ furiosa al sentir cómo él literalmente se metía entre sus piernas y la presionaba contra la puerta.

—Con un demonio, ¡Que no hagas ruido!—volvió a gruñir él, presionándola con más fuerza contra su cuerpo. Ella se sorprendió al sentir unas cosquillas que jamás había sentido. Las sentía justo donde sus pechos se frotaban contra el pecho duro de Dane. Fue como un calorcillo delicioso que se paseó por sus pezones y luego bajó directamente a su vientre.

PJ abrió sus ojos exageradamente cuando sintió cómo ciertas zonas se presionaban juntas.

Intentó moverse lejos de él, pero lo único que consiguió fue frotarse más contra Dane.

—¿Qué estás...?—preguntó él en un susurro al sentir el roce. PJ lo miró con los ojos entrecerrados, como culpándolo de la situación incómoda, pero él ni siquiera pudo decir algo más, pues unos golpes en la puerta la sacaron de sus pensamientos.

En ese preciso momento, PJ se sonrojó y se hizo consciente de la situación comprometedora en la que estaba.

¡Estaba a solas en el baño con un hombre que le había hecho sentir cosquillas en los jodidos pechos!

Dane la observó asombrado. La mujer se había sonrojado de pronto.

Él la miró con el ceño fruncido, dispuesto a preguntarle qué le sucedía... Aunque fue tonto pensar en hacer esa pregunta cuando él mismo se sentía extraño.

—¡Sé que estás ahí!—gritó una voz de mujer interrumpiendo los pensamientos de ambos.

—¡Necesitamos hablar, Dane!... Ésta relación no es lo que piensas. A quien amo es a ti y tarde o temprano, tendrás que hacerte cargo de lo que siento por ti.—escucharon desde el otro lado de la puerta. La voz sonó muy desesperada y PJ pensó en que ese hombre de seguro era hechicero o algo así, porque para que le causara esas cosquillas con sólo presionarla y que además una mujer lo persiguiera declarándole amor eterno... Estaba segura de que él debía de estar haciendo algo maligno.

AMOR INESPERADO (FATE I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora