CAPÍTULO 53: SÓLO PORQUE SÍ.

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PJ soltó un quejido cuando sintió a Dane salir de su interior... Pero no tuvo tiempo de quejarse porque él le dio la vuelta, recostándola sobre la mesa, y luego la besó con lentitud.

PJ sintió que, después de haber hecho el amor de una manera tan caliente y salvaje, ese beso tenía un sabor tan tierno como el algodón de azúcar.

—Sabes a algodón de azúcar... Me haces sentir como si acabara de bajar de una montaña rusa para luego comprar algo de algodón de azúcar. —dijo PJ contra los labios de Dane, haciendo que él sonriera enternecido.

—No puedo creer que seas mía. —susurró él mirándola a los ojos y luego suspiró. —Creo que tu gancho fue sacarme de quicio... Amo tu boca inteligente y la forma en que siempre tienes los labios llenos de sinceridad.—susurró él uniendo sus frentes con ternura.

PJ soltó una pequeña carcajada divertida y tocó los abdominales de Dane con descaro, haciéndolo sisear gracias al ramalazo de excitación que lo abordó.

—Yo tampoco puedo creer que seas mío. —admitió PJ con una sonrisa coqueta.

—¿Cómo es posible que siquiera lo dudes? Nunca volví a ser el mismo después que llegaste a trabajar en la empresa, preciosa... Me hiciste sentir como un adolescente por mucho tiempo... ¿Sabías que incluso llegué a tener sueños húmedos contigo? Aunque, obviamente, nada se compara a lo increíble que se siente hacer el amor contigo en la vida real. —admitió ganándose una carcajada de PJ.

—Si estás intentando seducirme con cosas graciosas antes de hacer el amor de nuevo... Debo admitir que lo estás logrando. —bromeó ella justo en el momento en el que Dane la sujetó por la cintura para acercarla al borde.

—Qué bueno que está funcionando, porque ya me estaba quedando sin opciones para hacerte caer bajo mis encantos. —bromeó Dane y la besó de nuevo, de esa forma lenta que hacía temblar el vientre bajo de PJ.

Ella ni siquiera se dio cuenta del momento en el que el rubio se subió a la mesa junto con ella, porque el beso le causó un mar de sensaciones que la dejaron en jaque haciéndole olvidar incluso su nombre. Sólo fue consciente del momento en el que Dane invadió su interior con una suavidad paralizante, haciéndola abrir la boca buscando aire.

Él fue consciente de la forma en que la dejó sin aire, pero ni siquiera fue capaz de articular palabras para hacerle una broma porque él mismo no podía hacer otra cosa más que gemir mientras dejaba besos regados por la piel de su cuello y sus hombros.

Eran un desastre de gemidos pero a ninguno de los dos le importó.

Ella se arqueó, ofreciéndose para que Dane bajara a dejar besos en sus pechos.

PJ estaba desesperada por sentir la combinación de Dane acariciando sus pechos mientras estaba una y otra vez en un vaivén decadente que amenazaba con hacerle explotar las neuronas, los ovarios y el clítoris; todo al mismo tiempo.

Cómo si él pudiera averiguar lo que estaba pensando, bajó sus besos a la piel de sus pechos.

Lo hizo con una lentitud perezosa, como si estuviera decidido a hacerla rogar.

—Dane.—se quejó PJ con voz ronca y temblorosa.

—¿Dime, preciosa?—contestó él rápidamente y luego, con su lengua, comenzó a trazar círculos en uno de los pechos, justo alrededor de la aureola.

—Deja de jugar. —rogó ella haciéndolo reír un poco.

—No estoy jugando, cariño...—dijo él y luego volvió a acariciarla con su lengua. —O quizá sí... —agregó de pronto y PJ abrió la boca para quejarse, pero su queja murió en un siseo cuando él tomó su pezón en la boca y comenzó a succionar con fuerza, haciendo que PJ viera estrellitas detrás de sus ojos.

AMOR INESPERADO (FATE I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora