CAPÍTULO 19: MAGNETISMO Y PRIMER BESO.

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—¡Yo no me voy a ningún lugar contigo!—le respondió ella furiosa intentando zafarse del agarre de Dane.

—Te vas conmigo si no quieres que comience a gritar delante de todos que estuviste robando a la empresa junto con Peter.—amenazó Dane en su oído, su aliento calentando la mejilla de PJ.

Ella dio un respingo ante la cercanía y sus palabras.

—Yo no...—comenzó a defenderse ella.

—Lo sabías... Y tu y yo sabemos que eso es más que suficiente para que cuentes como culpable de un hecho punible.—masculló él y ella se quedó sin argumentos ante sus palabras.

PJ se quedó pasmada y eso fue todo lo que Dane necesitó para sacarla con rapidez del restaurante.

Él la hizo subir a su auto y comenzó a manejar, alejándose de ese lugar.

—¿Por qué te has empeñado en hacerme la vida cuadritos? ¡Yo no tengo la culpa de esta estúpida guerra que hay entre Peter y tú!—se defendió ella dolida. Aun tenía la herida porque Dane le había hecho trampa con lo de la campaña.

Ella sentía que él era igual de idiota que Peter. Le indignaba sentir que no habían personas buenas a cargo de la empresa.

Le decepcionaba saber que el mundo de los negocios era así de corrupto en todos lados.

—¡Yo sólo quiero proteger la empresa!—gruñó Dane irritado.

—¡¿Y por qué no me dejas fuera del asunto mientras la proteges?!—gritó ella en respuesta.

—Porque tienes que pagar el haberte aliado con Peter... ¡Haré que te arrepientas por haberlo hecho!—masculló Dane y ella se sorprendió cuando él detuvo el auto frente a la casa de sus padres.

—¿Cómo sabes mi dirección?—preguntó ella preocupada.

—Porque te investigué, Pearl Jasmine. Me sé todos y cada uno de los detalles de tu vida, así que más te vale que cooperes conmigo de ahora en adelante.—soltó él en un tono amenazante.

—¡Deja de amenazarme! ¡No pueden sólo... Manipularme a tu antojo!—gritó ella y salió del auto con rapidez, tirándole con fuerza la puerta.

Dane la siguió furioso.

Ni siquiera le interesó el hecho de que ella le hubiese fundido la jodida puerta en con el marco, no.

Estaba encendido y no sabía por qué.

De pronto se sintió muy tentado por ella.

Como si estuviera en una extraña cacería primitiva.

El sentimiento aumentó y explotó dentro de él al seguirla, y ver el movimiento de sus caderas mientras intentaba llegar a la puerta de la casa.

Dane dio dos largas zancadas y la alcanzó. Atrapó su brazo y la hizo girar para que quedara de frente a él.

No calculó la fuerza del movimiento y ella terminó chocando contra su pecho, con fuerza.

PJ puso sus manos sobre el pecho de él intentando alejarlo, pero sólo consiguió que él apretara más sus brazos alrededor de ella.

—Trabaja conmigo, sin que Peter sepa. Ayúdame a desmantelar todos sus planes sucios y te prometo que mantendremos en secreto tu culpabilidad. —ofreció, luchando por ignorar el hecho de que ella se frotaba contra él mientras intentaba soltarse.

—¡No quiero trabajar contigo, eres un tramposo también! En realidad eres igual o peor que Peter. Quieres parecer perfecto, pero tu corazón está lejos de tener buenas intenciones.—lo atacó ella.

—¿Y qué me dices de ti? ¡Tú también parecías ser una buena mujer! ¡Pero en realidad encubriste lo que Peter hacía, literalmente eres copartícipe en un delito! ¡Deberías agradecer que de alguna forma yo esté intentando ayudarte!—gruñó él, un poco dolido de que PJ tuviera ese concepto de él.

—Soy una buena mujer, soy tan buena que a veces peco de estúpida... Pero ya no más.—le gritó poniéndose de puntitas y sus bocas se acercaron peligrosamente.

De pronto Dane sintió que su mente se había ido a otro lado ante la cercanía.

—¿Ya no más?—preguntó él mirando los labios de PJ como idiota.

—¡Sí, porque renuncio!—soltó ella y eso sí que lo procesó su cerebro.

—¡No puedes renunciar! ¡Necesitas el trabajo, eso dijo...!—comenzó a decirle él.

—¡Claro que renunciaré, no soporto seguir viénd...!—lo interrumpió ella pero no pudo seguir hablando porque Dane atrapó sus labios en un beso.

Ella sintió cómo mil mariposas revoloteaban en su estómago, pero al mismo tiempo sintió una furia que jamás había experimentado.

Aprovechando que Dane había aflojado el agarre a su alrededor, ella le dio un empujón con todas sus fuerzas y lo hizo caer de culo sobre el suelo.

Dane no podía creer nada de lo que estaba sucediendo. No podía creer que había besado a PJ y tampoco que un empujón de ella (que era al menos tres veces más pequeña que él) lo hubiese hecho caer.

—¡Eres un imbécil!—le gritó furiosa y Dane sintió que el peso de culpa era peor que el día que le había hecho trampa.

Él la vio derramar un par de lágrimas e intentó ponerse de pie rápidamente.

No sabía por qué demonios la había besado. Ahora todo se complicaba.

PJ no le dio oportunidad de ponerse de pie. Corrió hacia el interior de la casa y cerró la puerta con seguro una vez que estuvo dentro.

Observó por la mirilla y se dio cuenta de que Dane se había puesto de pie y miraba hacia la puerta como si pudiera atravesarla con la mirada.

Ella se quitó con rapidez, como si sintiera que él la estaba viendo aun cuando sabía que era imposible.

Ese magnetismo extraño que sintió con la mirada de Dane le aceleró el corazón.

PJ sostuvo sus manos juntas sobre su pecho y comenzó a procesar todo lo que había sucedido.

Había ido a su primera cita con uno de sus jefes y la odió.

Encima, su otro jefe se había aparecido en el lugar y le había partido la cara al otro por ser un ladrón de cuello blanco.

No conforme con eso, el ogro se la llevó en su auto... Le demostró que la tenía bien investigada.

Luego la besó, su primer beso, y luego ella lo empujó e hizo caer.

¿Qué mierdas pasaba con su vida?

¿Por qué de pronto había pasado de ser un estanque a un mar bravío?

—¿PJ?—llamó la voz de su amigo y ella se puso de pie, sintiendo que había sido atrapada.

—¿Qué... Qué haces aquí?—preguntó ella nerviosa.

—Tu mamá me invitó a cenar, así que me quedé... ¿Qué pasa contigo? ¿Por qué respiras así?—le preguntó preocupado al verla acelerada. Parecía que venía huyendo de ladrones. Él la apartó de la puerta y observó por la mirilla.

PJ intentó apartarlo para que no viera a Dane, pero Nick era más alto y fácilmente se deshizo de sus intentos.

—Afuera no hay nada. Estás loca.—la acusó y ella frunció el ceño.

¿Dane se había ido?

AMOR INESPERADO (FATE I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora