CAPÍTULO 49: DEAMBULANDO POR LOS PASADIZOS.

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La humedad en el ambiente empañó los vidrios del auto de Nick. Para el momento en que el auto se estacionó frente a la empresa, PJ sintió una pequeña descarga de adrenalina al ser consciente de que había llegado el momento de comenzar a poner el plan en marcha. Solo esperaba que su amigo no se hubiese equivocado, pues lo último que necesitaba era meterse en más embrollos de los que ya estaba.

—¡Suerte!, recuerda que estaré al pendiente por si necesitas algo. Sólo llámame y conseguiré la forma de estar aquí en unos minutos. —ofreció su amigo y PJ asintió, sintiéndose tan conmovida que no fue capaz de articular ni siquiera un "gracias" porque sintió que podía echarse a llorar en cualquier momento.

Bajó del auto y se apresuró a llegar a la fachada de la empresa, pues las pequeñas gotitas de lluvia podían manchar sus lentes y arruinarle el día a su visión.

En el momento en el que entró, se dio cuenta de que había llegado demasiado temprano, pues se veían muy pocas personas en la empresa, y ni siquiera Monique había llegado.

Lo sabía porque el área de recepción estaba solitaria.

PJ sintió un poco de miedo, pues ese fácil sería un momento de vulnerabilidad para ella.

Un asesino podía hacer de las suyas en una situación cómo esa; en la que la empresa estaba prácticamente sola.

Armándose de valor, entró al ascensor y marcó el piso de presidencia.

Una vez que llegó al piso, se dirigió con rapidez hacia la oficina de Dane.

Dejó su bolso sobre el escritorio de su prometido y revisó la pila de documentos que estaban marcados como "urgente" sobre el escritorio.

Los hojeó y notó que eran pendientes bastante sencillos. Algunos solo necesitaban una firma y otros eran de carácter informativo, sobre temas importantes que debían notificársele a quién estuviera encargado de la presidencia.

Una vez que PJ terminó con todas estas cosas, se dio cuenta de que había una nota adhesiva pegada en la pantalla de computador.

La agarró y leyó la nota.

El Sr. Chase, encargado de Recursos Humanos, le pidió que le visitara en su oficina cuanto antes.

PJ le dio un vistazo a la otra montaña de documentos que estaban apilados junto al ordenador. No estaban marcados como "urgente", pero eran bastantes cosas de las que encargarse, por lo que decidió ir rápidamente a la oficina de Recursos Humanos y resolver lo que tenía pendiente allá, para luego regresar a encargarse de los documentos que le faltaba revisar.

Bajó a la oficina de Recursos Humanos y se encontró con el Sr. Chase, que le recibió sonriente.

—¡Señorita Koop! ¡Es un placer volverla a ver después de tanto tiempo!—indicó sonriéndole de forma amable.

—Lo mismo digo, Sr. Chase... ¿Cómo ha estado todo?—preguntó ella sintiéndose feliz de que alguien le saludara con tanto aprecio.

—Todo está muy bien, aunque supongo que nada de lo que hago en la oficina de Recursos Humanos es tan interesante como lo que de seguro usted está resolviendo en presidencia... Permítame felicitarla por tan merecida oportunidad; sin duda alguna puedo decir que no hubo nadie mejor para suplir al Sr. Dane que usted.—respondió el anciano con un brillo de orgullo en los ojos. —Desde un principio supe que usted había llegado a esta empresa a lograr grandes cosas, Srta. Koop... Si no tiene problema de que se lo diga, por supuesto. —susurró avergonzado.

PJ sonrió con ternura y asintió.

—Muchas gracias, Sr. Chase. Créame que aprecio mucho el hecho de que haya tenido tanta fe en mí. —susurró y luego se aclaró la garganta recordando todas las cosas pendientes que tenía en la oficina. —Vine porque encontré su nota pegada en el ordenador. —indicó.
—Oh, sí. —dijo el licenciado sonriente y buscó una hoja que tenía en su escritorio. —Dejé la nota allí porque necesitaba entregarle esta lista, son algunos documentos que necesitamos para hacer oficial su suplencia en el cargo de presidencia provisional. Esto hará que su currículum sea, por mucho, la primera opción en cualquier entrevista de trabajo.—la elogió.

AMOR INESPERADO (FATE I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora