EPÍLOGO III

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TRES MESES DESPUÉS

Dane aun no se acostumbraba al clima en Los Ángeles, pero seguía haciendo el esfuerzo cada día.

Era un pequeño sacrificio en comparación a todas las cosas buenas que habían vivido desde que llegaron a ese lugar.

Su esposa era feliz y la nueva empresa estaba funcionando de maravilla.

Después de disolver X.O.Woods, Dane y PJ comenzaron su propia empresa de publicidad. Buscaron un lugar más concurrido, en el centro de los Ángeles y se dedicaron a hacerla crecer, con la ayuda de sus nuevos empleados; que eran personas leales, capaces y proactivas.

Se habían negado a contratar a personas que trabajaron en X.O.Woods en el pasado, pues luego del juicio de Bill Johnson se descubrió que más del sesenta por ciento de trabajadores de la empresa habían contribuido al desfalco. En resumen, casi todos habían sido cómplices de las fechorías de Bill Johnson... Lo que dejó a Dane y a PJ con un mal sabor de boca en cuanto a darle confianza a alguno de ellos.

Por suerte, no se habían equivocado con sus nuevos empleados.

El error que había cometido con Fred esperaba no cometerlo nunca más en su vida. Iba a seguir construyendo la nueva empresa basándose en la lealtad y la transparencia.

Dane sonrió a su reflejo en el espejo.

Tenían todo lo que necesitaban... Aunque sólo les faltaba una cosa; pero no pensaba presionar nada en lo referente a ese tema.

Ya había hecho su parte... Sólo le quedaba tener fe y esperanza de sus esfuerzos dieran fruto.

Se tomó su tiempo en la ducha y se recortó un poco la barba.

Usó los productos que su esposa había escogido para él y sonrió divertido al pensar en las travesuras que quería hacerle con su barba.

Era navidad, así que el olor a galletas de jengibre llenaba el ambiente dentro de la casa.

Dane se secó con la toalla y caminó desnudo hacia el vestidor, esperando conseguir algo de ropa para bajar a encontrarse con su esposa... Sólo que las cosas no salieron como él estaba esperando.

Sus pasos se detuvieron bruscamente y la toalla cayó de su mano cuando vio a una sexy Sra. Klaus posar su dedo índice sobre sus labios, indicándole que hiciera silencio.

Le causó un poco de gracia que la Sra. Klaus usara unos lentes bastante modernos, pero no dijo nada sobre eso.

No podía cuando ese sujetador de bastones de caramelo se ajustaba tan bien a los pechos de su esposa.

—¿Ha sido un buen niño, Sr. Hard?—preguntó PJ coqueta, caminando lentamente hacia él. Dane sintió cómo la voz de su esposa hizo que un remalazo de excitación lo recorriera, reflejándose en una sacudida de su longitud. Rió divertida, al ver lo preparado que estaba.—Ya veo que no es un buen niño... Está portándose mal, ¿eh?—cuestionó sujetándolo con una mano.

Dane siseó y PJ lo besó en el cuello con lentitud.

—Lástima que esté siendo un mal niño... Tenía algo para usted.—dijo PJ manteniéndose en su personaje. Dane la observó curioso, aun con su longitud encerrada en los dedos de su esposa. —El obsequio está debajo de este vestido. —explicó y eso fue suficiente para que su esposo la levantara emocionado y la posara sobre su espalda en la cama.

Dane deshizo los nudos emocionado y PJ sintió cómo se le humedecían los ojos al verlo desenvolverla con tanta emoción.

Él se encargó de soltar cada lazo, hasta que el vestido se desprendió del cuerpo de su esposa.

AMOR INESPERADO (FATE I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora