CAPÍTULO 24: EXPONERLO.

329 47 0
                                    

Decir que Dane estaba en su elemento era poco.

Ahí, rodeado de tantas personas sentía de todo menos incomodidad o nerviosismo. El placer de haberle hecho una emboscada a Peter lo tenía más que satisfecho. Él era un líder nato, y los líderes tenían una sed de venganza que muy pocas veces se veía... Pero que se disfrutaba en un plato frío tal como las venganzas.

Era un cazador. Le gustaba ver cómo los tramposos caían y se veían obligados a suplicar clemencia.

Le gustaba sentir que tenía el poder en sus manos.

Y eso era fantástico... Hasta que la persona que tenía el poder se daba cuenta que tenía muchas cosas qué perder a cambio de tenerlo.

El destino había lanzado los dados sobre la mesa, pero Dane y PJ desconocían cuánto cambiaría en sus vidas a partir de ese momento.

Mientras los miembros del Consejo tomaban lugares y se relajaban sobre los asientos de la sala de reuniones, él estaba más que listo para hacer que Peter cayera con todo el peso de sus acciones.

Presentó evidencias ante el Consejo el día anterior, y por eso los habían citado a una junta de emergencia.

Miró a su alrededor y suspiró bastante contento.

Si todo salí bien, tendría la oportunidad de levantar la empresa de las cenizas.

Aun nadie sabía de su situación y eso era un punto a favor.

Disimuladamente, dió un vistazo a PJ y su mirada se quedó enganchada en ella como si fuera una mosca sobre la miel.

Se veía nerviosa, preocupada... Pero esa no era la razón por la que Dane no podía apartar su mirada de ella.

Habían muchas cosas diferentes en PJ ese día.

Para comenzar, tenía el cabello suelto y un poco húmedo. Se veía fresca y un poco sonrojada. Se veía más joven que cuando usaba esos tontos conjuntos de traje.

Él bajó su escaneo visual hacía el cuerpo de PJ y se dio cuenta de que habían muchas cosas que no había notado antes.

En primer lugar, los jeans le quedaban muy bien. Estaba usando una chaqueta de jean y unos jeans desgastados que se amoldaban a su cuerpo como un guante.

Tragó grueso cuando se fijó con detenimiento en sus piernas. Sus muslos eran gruesos, se marcaban contra la tela del jean y lo hicieron preguntarse cómo se vería su trasero.

¿Sería pequeño?, se preguntó, pero luego pensó en que era imposible que fuera pequeño con esas piernas de infarto.

Estaba seguro de que el trasero de PJ era increíble.

Se preguntó si acaso ella hacía ejercicio o algo así... Pero luego pensó en que generalmente las mujeres latinas tenían buenas curvas.

PJ tenía cierto aire de latina que le causaba curiosidad.

Jamás se la imaginó como alguien a quien le gustara el ejercicio, pero tampoco podía imaginar qué hacía en su vida fuera de la empresa.

En ese momento se sintió extraño, se descubrió sintiéndose interesado en lo que ella podía estar haciendo fuera de ahí.

Su corazón se aceleró al darse cuenta de las cosas que estaba pensando. No debía pensar así, no cuando tenía planes netamente profesionales para PJ.

Él desvió la mirada e intentó controlar los latidos de su corazón.

Iba a usarla para sus planes. Sólo necesitaba su ayuda... Ella obtendría muy buenos ingresos, él su inteligencia. Ambos ganaban.

Esos eran sus pensamientos... Pero, ¡Qué equivocado estaba Dane!

No tenía idea de que las cosas no siempre sucedían como uno esperaba.

Alguien se aclaró la garganta, sacándolo de sus pensamientos.

Levantó la mirada y se encontró con la imagen de Bill Johnson, el padre de Peter, entrando a paso lento a la sala de reuniones.

Lo vio tomar asiento y se sorprendió al ver que no era él quien iba a encabezar la reunión.

Josh Mackenzie, otro miembro del consejo, se aclaró la garganta y se puso de pie.

—Buenos días a todos, sé que están sorprendidos por la forma brusca en que se les citó, pero era necesario... Recibimos informes de los estados de cuenta de la empresa y debemos informar, como Consejo, que nos encontramos en una situación crítica. —soltó sin anestesia y los murmullos no se hicieron esperar. Todos comenzaron a parlotear y, tal como lo imaginó Dane, muchos le dieron miradas de preocupación, como si esperaran que él les explicara qué sucedía.

Dane quiso reír.

¿Ahora sí lo veían como la autoridad?

¿Cómo no lo escucharon cuando se negó a la decisión de que Peter subiera a Presidencia?

—¿Por qué estaríamos en una situación crítica? ¡Los proyectos fueron un éxito! —exclamó un valiente, a lo que varios asintieron; demostrando que estaban de acuerdo con su intervención.

—Entendemos su preocupación y sabemos que realmente podría considerarse una barbaridad escuchar esto después de haber visto un excelente desempeño con los proyectos... Pero es lo que está sucediendo y realmente no se puede esconder eso ante ustedes. —explicó Josh Mackenzie.

—¿Podrías explicarnos exactamente qué ocasionó la situación actual?— preguntó Dane fingiendo inocencia, al tiempo que le dio una mirada a Peter.

El moreno, que estaba sentado a unos metros de Dane, se removió incómodo y el rubio pensó que no se podía ser más patético.

Peter tenía el rostro magullado, pero no se veía tan mal como él esperaba que se viera.

Idiota, debí partirle la cara con más saña, pensó Dane lleno de rencor.

—Ocurrieron movimientos de fondos innecesarios y gastos infundados que serán investigados. Así como la persona que los llevó a cabo... Una vez que se tengan en las manos las pruebas y al culpable, se procederá con la denuncia y su castigo. —explicó Josh viéndose un poco pálido. Dane lo vio abrirse un poco el saco, como si se le dificultara respirar o tuviera calor. —Por suerte, los contratos anteriores generaron el dinero suficiente para cancelar el pago de los sueldos de la plantilla de trabajadores... Pero, fuera de eso y el pago de los servicios básicos del edificio, se podría decir que estamos en la antesala a una bancarrota. —dijo de sopetón, sin anestesia ni tacto.

Esas palabras bastaron para que todos comenzaran a perder los papeles dentro de la sala.

El murmurllo fue atronador. De un momento a otro pasaron de total silencio a murmullos incesantes.

—Entonces, ¡estamos peor que mal!—dijo alguien.

—¿Por qué encubres la identidad del desgraciado que nos hizo ésto?—preguntó otro y Dane vio cómo Peter palidecía.

En ese momento, él vio cómo dos miembros del consejo se ponían de pie, asustando a PJ que casualmente estaba cerca de ellos.

—¡Sí, deberías exponerlo!—gritó el que estaba más cerca de ella y Dane la vio estremecerse.

AMOR INESPERADO (FATE I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora