CAPÍTULO 47: DESCARGA DE REALIDAD.

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Ella gimió contra su boca de forma automática y sintió cómo él la acercaba más a su cuerpo, demostrándole lo desesperado que estaba por sentirla cerca.

Dane la había extraañado demasiado. Estuvo preocupado por ella y por su bienestar... Había un asesino suelto que podía atacarla mientras él no estaba cerca.

PJ sintió cómo la evidencia de la excitación de Dane presionaba contra su vientre bajo y dejó salir un gritito de pura excitación contra sus labios, porque no pudo evitar imaginarse cómo se sentiría dentro de ella de nuevo.

—¿Qué estás haciendo?—preguntó contra los labios de Dane, intentando poner en orden sus pensamientos

Él volvió a besarla suavemente y luego sonrió, demostrando lo feliz que se sentía.

—Me dieron treinta minutos para estar en la empresa; puedo salir de aquí y llegar a mi cabaña en cinco, así que pretendo utilizar muy bien los otros veinticinco minutos.—informó él y bajó a besar el cuello de su mujer con deleite.

PJ se aferró a Dane como una garrapata, lo rodeó con sus brazos desesperada por su tacto y besos. En ese momento no le importó la diferencia de altura, lo único que le importaba era seguir sintiéndolo cerca, necesitaba desesperadamente que el apagara la llama que acababa de encenderse dentro de ella.

De un momento a otro, él la levantó haciéndola rodearlo con sus piernas.

La sujetó con seguridad y luego caminó hacia el escritorio, con la intención de extender a PJ sobre la superficie para hacerle el amor.

En ese momento ella estaba totalmente hipnotizada por la sensaciones que Dane le causaba.

Estuvo a punto de entregarse completamente al rubio, de no ser porque el frío del escritorio contra la piel de sus piernas la hizo saltar y darse cuenta de lo que estaban a punto de hacer, ella no lo habría detenido.

—Espera...—susurró sin aliento.

Dane no notó su tensión, pues estaba muy ocupado intentando sacarle la camisa para desabrocharle sujetador.

—Espera, Dane. Tienes que tenerte. No puedo seguir haciendo esto.—soltó ella dándose cuenta de que debían detenerse en ese momento.

Dane levantó sus manos en el aire, indicándole que él haría lo que ella exigiera de forma instantánea.

PJ se bajó del escritorio y volvió a abrocharse la camisa, haciendo que los ánimos de Dane cayeran al suelo.

—No podemos seguir haciendo esto como si nada estuviese sucediendo, Dane. Necesito tiempo para pensar en todo lo que está pasando. Me gustas, pero no sé si has notado que me está saliendo un poco caro el hecho de trabajar aquí. Por supuesto que me encantaría estar contigo, pero me parece que debo pensar bien las cosas porque hay un precio alto qué pagar y al final la única que parece estar pagándolo soy yo... ¡Y lo peor es que estoy quedando en medio de una guerra que no tiene nada qué ver conmigo!— soltó dolida y Dane se sintió muy culpable por la forma en la que PJ estaba sufriendo.

—Preciosa, yo te prometo que voy...—comenzó a decir él y ella negó rápidamente con la cabeza.

—No quiero que me prometas cosas que es muy probable que no puedas cumplir. Ahora mismo sólo siento que necesito espacio, Dane. No sé cómo manejar todo lo que está sucediendo. Lo que más me preocupa no es la empresa, si no el hecho de que temo que esto pueda afectar lo que tenemos... ¿Crees que esto que sentimos puede ser más fuerte que lo que está sucediendo?—preguntó ella y Dane asintió.

—Yo estoy seguro de lo que siento, PJ. Sé que somos más fuertes juntos de lo que podemos ser separados. Por supuesto que podemos superar esta situación, pero para lograrlo los dos debemos estar seguros de lo que sentimos y de la dirección en la que queremos avanzar.—dijo Dane con seriedad, haciéndole entender a PJ que la única que parecía estar insegura era ella.

AMOR INESPERADO (FATE I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora