CAPÍTULO 34: MIRADA DE AÑORANZA.

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Él caminó con paso decidido hasta la puerta del baño, entró y cerró con seguro.

Disimuladamente se agachó, verificando que no hubiese nadie más en los cubículos y luego sonrió, al ver que efectivamente no habían pies en ninguno.

PJ estaba en el lavabo, él la vio totalmente concentrada en sacar la mancha de su blusa, intentó mirar más allá de lo que estaba justo frente a sus ojos, pero no pudo.

No cuando la cintura perfecta (que PJ escondía con ropa ancha) estaba ahí, gritándole que la sujetara con las dos manos.

La boca se le secó cuando la vio enderezarse un poco, causando que los músculos de su trasero y piernas se tensaran.

Dane sintió que en cualquier momento podía perder la cordura y no quería eso. Quería hacer las cosas bien con PJ... De pronto sentía que tenía que hacerlo.

Se aclaró la garganta, con la intención de advertirle de su presencia, pero ella soltó un grito al verlo a través del espejo y Dane corrió a cubrirle la boca.

—¡Harás que nos descubran!—gruñó él rodeándola desde atrás.

Ella apartó la mano de él con fuerza.

—¡Querrás decir que te descubran!—lo señaló e intentó empujarlo lejos, pero sólo consiguió que Dane la sujetara más contra su cuerpo.

Sin darse cuenta, él había pasado uno de sus brazos por su cintura, rodeándola para sujetarla... Y terminó muy cerca de los pechos de PJ que estaban cubiertos sólo por un sujetador.

—Joder.—soltó Dane bebiendo esa imagen a través del espejo.

No solamente se veía hermosa, mirándolo con furia a través del espejo. Sino que la imagen de él sujetándola así, mientras ella sólo tenía un sujetador, era la cosa más sensual que él había visto en su vida.

—Suéltame.—gruñó ella enojada.

Dane se sintió aturdido por su actitud. No le gustaba sentirse rechazado por ella, no le gustaba sentir que la enfurecía su toque.

La soltó y de pronto salió de su estupor, recordando la razón por la que la había seguido.

—No puedo creer que seas tan traidora. Pensé que estábamos en la misma página.—le dijo dolido.

—¿De nuevo con eso, Dane? ¿Otra vez vas a culparme de cosas y manipularme? ¡Pues entonces crucifícame sólo por haber escuchado lo que Peter quería decir y por recibirle esto!—gritó ella furiosa y sacó la bolsa con la tarjeta de su bolso, sosteniéndola cerca del rostro de Dane.

Él no supo si fijarse en la tarjeta o aprovechar el movimiento de ella para ver mejor sus pechos.

—¿Por qué tienes eso?—preguntó él decidiéndose a mirarla a la cara, y sabiendo muy bien qué era lo que había en la bolsa.

—Peter me la dio... Aun no confío plenamente en su palabra, pero creo que es muy posible que diga la verdad.—admitió ella y sus palabras le cayeron pesadas a Dane.

—¿Entonces es así como va a ser? ¿Siempre vas a volver a confiar en Peter, después de todo lo que hace?... Si es así, estaré aquí para encargarme de que no vuelvas a acercarte a él... ¡No me importa lo que él tenga para decir, no quiero volver a verte cerca de él!—le gritó celoso, su voz resonando en el espacio reducido.

—¡Sólo quería escucharlo para atar cabos!... Pero, de cualquier manera, ¡tú no puedes decirme qué hacer! ¡No eres nadie para decirme qué...!—comenzó a gritarle furiosa.

AMOR INESPERADO (FATE I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora