CAPÍTULO 58: TIPO DE DESPEDIDA.

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PJ sintió como su cuerpo comenzaba a despertar y notó que algo no andaba bien en cuanto lo hizo. Tenía ganas de vomitar y su cabeza parecía estar dando vueltas, a pesar de que ni siquiera había abierto los ojos.

Cuándo abrió sus ojos, la claridad le lastimó. Intentó mover sus manos, pero aterrada se dio cuenta de que las tenía atadas.

Luchó con las ataduras mientras observaba todo a su alrededor.

En ese momento se dio cuenta de que estaba atada de manos y pies; también la habían sujetado a una silla bastante incómoda.

Se encontraba justo en el centro de lo que parecía ser un almacén vacío.

Ella intentó ver las cosas manteniéndose calmada, pero no pudo evitar que el terror se asentara en su corazón al darse cuenta de que se encontraba en una situación peligrosa.

Se esforzó por entender qué estaba sucediendo; recordó a Fred y que él la había ido a buscar a su casa. Recordó el momento en el que él presionó un pañuelo contra su rostro, también los forcejeos y el miedo que sintió por no poder respirar. Fue consciente de la mirada que Fred le dio justo antes de atacarla, y se dijo que él era capaz de matarla.

Ese psicópata la había secuestrado. Seguro pensaba matarla.

Comenzó a forcejear para intentar desatarse y cuando lo hizo, sintió como su respiración se aceleraba. De pronto, PJ fue consciente del olor y la humedad que había en el lugar. El olor le parecía conocido... Intentó encontrar las ventanas o puertas del lugar, pero sólo se encontró una y otra vez con paredes.

No había manera de ver hacia el exterior. Era imposible que descubriera dónde estaba con sólo olfatear el ambiente.

Se esforzó por identificar ese olor por al menos cinco minutos más, hasta que finalmente ocurrió el milagro y ella pudo recordar de dónde lo conocía. Ese olor era el que desprendían los pinos cuando llovía.

Era el mismo olor que se percibía en la empresa gracias al bosque que rodeaba el edificio... Lo que quería decir que estaba cerca de la empresa, o al menos eso quería pensar ella, aferrándose a la poca esperanza que le quedaba.

No podía rendirse. Tenía que seguir luchando hasta el último segundo.

Frustrada siguió forcejeando, pero sus esfuerzos se vieron interrumpidos cuando escuchó unos pasos detrás de ella.

Giró su cabeza rápidamente y su corazón se detuvo cuando vio que era Fred. —¿Qué crees que estás haciendo, Fred?—preguntó armándose de valor, aunque por dentro estaba temblando.

—Bien... Para comenzar, debo decir que espero que no te lo tomes personal. La verdad es que estuve intentando atraparte por varios días, luchando por conseguir algún momento en el que estuvieras sola y vulnerable para secuestrarte, pero Dane seguía escondiéndose en los pasadizos y haciéndome la vida más difícil cada día.—explicó haciendo que PJ se asombrara al escucharlo decir eso.

¿Cómo sabía que Dane se escondía en los pasillos? ¿Cómo demonios sabía eso?

—¿Y por qué necesitas secuestrarme? ¡Yo no te he hecho nada!—respondió ella.

—No se trata de un por qué, sino de un para que. —le explicó el pelirrojo como si ella fuera una niña tonta que no entendía nada.

PJ sintió el repentino deseo de liberar sus manos sólo para darle un par de bofetadas.

Fred tenía problemas mentales, ¿cómo no lo habían notado antes?

—¡En fin! Al final mi plan tuvo que postergarse casi por una semana, pero finalmente se me dio. Y qué bueno porque la verdad es que ya me tienes de los nervios desde la bendita gala.—admitió molesto. —Estuve tan estresado por días ante la posibilidad de que alguien hubiese notado mi falsa borrachera... ¡No podía dormir pensando en que posiblemente todo mi esfuerzo se iría a la basura! Temía que todos esos años de trabajo incansable y de soportar la actitud de mierda de Dane hubiesen sido en vano. —dijo Fred y se aclaró la garganta.—Él jamás me vio de la manera en que yo quería, así que al menos esto tiene qué funcionar para llamar su atención y guiarlo en la dirección correcta.—PJ se sintió furiosa al escucharlo mencionar a Dane.

AMOR INESPERADO (FATE I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora