CAPÍTULO 60: LO ÚNICO QUE IMPORTABA.

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Salieron del lugar después de que PJ fuera interrogada por los paramédicos que estaban fuera del almacén, que sí estaba en los terrenos de la empresa. Se encontraba en el área limítrofe del bosque, al este de los terrenos.

Una vez que se aseguraron de que PJ y estaba bien, los dejaron regresar a casa con la receta de un medicamento indicado para los nervios (por si acaso ella sufría efectos secundarios del secuestro durante la noche o los próximos días).

Dane condujo a la cabaña con nerviosismo, cada veinte segundos miraba a PJ de soslayo, intentando convencerse de que su mujer estaba bien.

Convenciéndose de que todo lo malo había pasado.

PJ se había quedado dormida, por lo que ni siquiera notó la preocupación desenfrenada de Dane.

Ella despertó justo cuando él la cargó en brazos para sacarla del auto.

—Me trajiste a la cabaña, ¿cierto?—preguntó contra su pecho, sin siquiera preocuparse por observar el entorno.—¿Y mis padres? Deben estar preocupados.—agregó ella y recordó que ni siquiera sabía si ellos realmente eran sus padres biológicos.

Eso había sido lo único en su mente antes de que Fred la secuestrara.

—Ellos no saben que no te encontrábamos... Nick y yo no queríamos preocuparlos sin saber qué estaba sucediendo... ¡Y por supuesto que iba a traerte a la cabaña! ¡No volveré a permitir que te alejes de mí!... Incluso, me arriesgaré a que tus padres me odien, pero me niego a dejarte sola una vez más. No te imaginas lo horrible que se siente pensar en que pude haberte perdido por culpa de un par de enfermos que andaban detrás del dinero de mi empresa.—soltó él justo cuando entraron a la cabaña.—No te preocupes, le dije que los llamara cuando estábamos de camino... Se supone que llamaste a Nick y le dijiste que ibas a pasar la tarde y la noche conmigo.—explicó, demostrando lo controlador que era.

PJ sonrió un poco, divertida por la personalidad de Dane.

Él cerró la puerta con un pie y caminó con ella hasta el sofá, sentándose y manteniéndola acurrucada contra su pecho.

—El dinero de la empresa puedo recuperarlo cuando se me antoje, con esfuerzo y dedicación; pero a ti jamás podría suplantarte...—dijo y de pronto PJ sintió cómo un par de gotas caían sobre su hombro.

Dane estaba llorando.

—Jamás podría conseguir a alguien como tú... Me niego a perderte.—dijo con voz rota. PJ se sentó sobre sus piernas y lo rodeó con sus brazos. Necesitaba sentirlo cerca.

Los dos dejaron salir todo eso que les había tenido el alma en un hilo desde algunas horas atrás. Lloraron por un rato, hasta que sintieron que sus corazones se calmaban; entendiendo que había sido horrible, pero el momento de amenaza ya había pasado.

Dane sentía sus manos manchadas de sangre, aún cuando sabía que no estaban sucias.

Trató de no pensar en eso, pues lo importante era que PJ estaba a salvo...

Ya no le importaba la empresa, ni mantener el legado de su familia. Nada importaba. Todo pasaba a segundo plano en su vida, pues lo único que estaba en primer plano ahora era PJ y la vida que iban a construir juntos.

La besó, prometiéndose a sí mismo que iba a aprovechar cada segundo de lo que le quedaba de existencia al lado de PJ.

Mientras la desvestía, se prometió que iba a dedicarse a hacerla feliz, a darle todo lo que ella merecía... Quería hacerla su esposa, y que fuera suya ante la ley y ante los hombres. De sólo pensarlo sintió que ardía por ella.

AMOR INESPERADO (FATE I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora