CAPÍTULO 22: LOCO INSTINTO.

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—Te creía mejor que esto, Pearl Jasmine.—dijo de golpe y ella sintió un nudo en la garganta ante sus palabras y expresión corporal. —¡No puedo creer que estuviste apoyando a Peter en todo esto! —gritó, parándose detrás de su escritorio.

Estaba frente a él, por lo que agradeció que el escritorio estuviera en medio.

—Y-yo...—comenzó a tartamudear. Sabía que había metido la pata hasta el fondo, pero no tenía idea de cómo podría arreglarlo.

—¡Tú estuviste detrás de todo esto, junto con él! —la acusó y ella tragó grueso.

PJ sabía que no tenía defensa.

Sabía que todo eso era un embrollo que ellos dos habían creado y ella tenía la culpa por ayudar a Peter ciegamente.

—Tiene razón, Sr Hard.—admitió y miró al suelo.

—Claro que la tengo... Espera, ¿Se acabó lo de tutearme?—pregunó sorprendiéndola y sorprendiéndose a sí mismo.

PJ levantó la mirada sorprendida.

Su rostro ya no estaba contorsionado de la ira, como hacían unos minutos, sino que ahora lucía indignado.

—¡Estábamos hablando acerca de mi despido!—exclamó totalmente confundida. —¿Qué tiene eso que ver con la forma en la que me dirigí a usted hace rato?—

—¡¿Cuándo mencioné algo sobre despedirte, Pearl Jasmine?!—preguntó él como si ella fuera idiota.

—Pues disculpe, usted. Lo asumí porque está hecho un demonio, echándome en cara mi error. Lo estoy reconociendo, por ende, me parece que estamos aquí para que proceda mi despido. —explicó y se sentó sobre la silla que estaba frente al escritorio, cubriéndose el rostro con las manos.

—Creo que jamás había escuchado tantas palabras juntas salir de tu boca desde la última presentación de proyecto. —lo escucó decir y ella levantó el rostro, dejando caer sus manos. —Espera, ¡¿acabas de llamarme demonio?!—preguntó indignado.

—¿Qué?—soltó ella fingiendo demencia y usando su mejor cara de confusión.

—¡Eres tan...!—comenzó a decir él. Se sentó sobre su asiento de cuero, sintiéndose exasperado por la actitud de PJ.

—¿Inteligente?—ofreció.

—¡Sí!—aceptó irritado y lo vio recostarse un poco en el respaldo del asiento. —Sólo... Siéntate.—murmuró Dane.

—Ya estoy sentada. —respondió rápidamente, sin poderlo evitar.

Él gruñó y a PJ se le escapó una risita.

Sabía que no era momento para bromear, pero la divertía mucho sacar a Dane de sus casillas.

Él la miró de forma extraña por unos segundos, luego se aclaró la garganta y se enderezó.

—Estás en una situación muy desagradable, si me permites decirlo.—soltó. La miró fijamente, como si con sus ojos pudiera hacerle rayos equis a su mente y alma.

—Yo podría levantar el teléfono y hacer una llamada. Tan simple como eso y conseguiría que te sacaran de la empresa. Que te pusieran de patitas en la calle. —dijo y de pronto PJ fue consciente de que un par de minutos atrás se burló de un hombre con mucho poder.—Y todo iría muy mal, si no fuera porque se me ocurrió algo ahora mismo. —agregó él, esperando que sus palabras surtieran el efecto correcto en ella.

—¿Disculpe?... No entiendo lo que...—comenzó a susurrar.

—Tengo una propuesta para ti, Pearl Jasmine. —soltó de pronto, interrumpiéndola. —Yo me encargaré de resolver esto, pero de ahora en adelante tendrás que hacer algo por mí. Algo que sólo tú puedes hacer. —ella tragó grueso.

Se preguntó qué cosa podía pedirle Dane a cambio. Ella pensaba que no era capaz de provocar ningún pensamiento sexual a los hombres... Pero igual no pudo evitar sentirse repentinamente vulnerable. Él podía hacerle cualquier tipo de propuesta.

¿Acaso no era así como se movía ese mundo? Muchas veces había escuchado la frase de "Favor con favor se paga"

Para nadie era un secreto que los placeres sexuales eran como una moneda de cambio en cualquier medio... Pero no dejó de sentirse avergonzada e indignada por las palabras de Dane.

¿Realmente es capaz de pedirle...?

—Seré sincero, te necesito. —soltó sonando desesperado y ella se atragantó con su propia saliva.

—¡Creí que usted era diferente!—gritó alterada, poniéndose de pie molesta.

—Pero, ¿qué?...—preguntó Dane, sin entender su reacción y de pronto su expresión facial pasó de confundida a divertida. —¡Creíste que yo...!—comenzó a decir, pero sus propias carcajadas no le permitieron continuar hablando.

PJ se sintió demasiado avergonzada... Parecía que ya se le estaba haciendo costumbre sentirse así con Dane.

—Disculpe, yo pensé que se refería a una propuesta indecente... Después de que usted me besó yo podría esperar cualquier cosa. —soltó con honestidad. Dane rió más fuerte.

El hombre parecía tener años sin divertirse tanto y se sorprendió a sí misma admirándolo en secreto.

Tenía una expresión relajada cuando reía, una risa melodiosa y ronca que le erizó los vellos de la nuca. PJ sintió cómo las cosquillas se adueñaban de su estómago.

—Tienes una mente muy malpensada, Pearl Jasmine... ¿Quién lo diría?—murmuró sonriente y la miró de una forma extraña. Como si la viera por primera vez.

Había un brillo extraño en los ojos de Dane y eso la hizo tragar grueso.

¿Cómo ese hombre podía ser tan odioso y verse tan guapo al mismo tiempo?

—E-e-entonces... ¿Qué era lo que quería decir?—preguntó terriblemente avergonzada, sintiendo cómo el sonrojo calentaba su cuello y mejillas.

Dane volvió a reír por lo bajo y luego se aclaró la garganta. Su expresión se volvió seria.

—Serás mi Asistente Personal... A cambio de que yo no exponga tu traición.—dijo y ella tragó grueso.

¿QUÉ?

—¿Disculpe? ¿Y qué pasa con Fred?—preguntó.

—¡Sí! ¿Qué pasa conmigo?—se escuchó la voz de Fred desde el pasillo, atravesando la puerta.

—¡Deja de fisgonear, Fredmund!—gritó Dane con autoridad.

—¡Ya me estaba yendo!—respondió el pelirrojo desde el otro lado de la puerta.

—Como si pudiera creerle.—murmuró Dane poniendo los ojos en blanco.

—No puedo aceptar nada que venga de usted, Sr. Hard. Estoy muy avergonzada y molesta por esto, lo único que quiero hacer es irme.—dijo y caminó rápidamente hacia la puerta, intentó abrirla pero estaba cerrada con seguro.

—No hay forma de que salgas de aquí hasta que hablemos y me permitas explicarte específicamente qué es lo que necesito de ti, Pearl Jasmine.—dijo la voz de Dane desde detrás de ella.

Se quedó congelada al sentir cómo el aliento de Dane calentaba su cuello.

Él estaba muy cerca de PJ. No pudo contenerse al verla de espaldas a él intentando huir.

De pronto tuvo ese loco instinto de perseguirla como si fuera su presa.

Siguió su instinto y se sorprendió aun más al ver que su cuerpo respondía ante la cercanía con ella.

AMOR INESPERADO (FATE I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora