CAPÍTULO 39: DEVORARLA

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Él había besado a PJ muchas veces ya, pero por alguna extraña razón sentía que ninguno de los besos anteriores se comparaba.

Todos se los había robado él, y aunque los besos robados sabían muy bien, por alguna extraña razón no podían compararse ese beso que PJ le estaba dando.

Era el hecho de que ella lo besara con tanta ternura y deseo, el que hacía que Dane sintiera que ella podía tenerlo a su completa disposición.

Se sentía como arcilla entre sus manos mientras ella lo besaba con lentitud, como saboreando el momento a consciencia.

Las manos de PJ comenzaron a pasearse por el pecho de él, apartando un poco el saco, para tocarlo a través de la camisa.

Él sintió que podía explotar en cualquier momento, su toque lo hacía arder a través de la tela. No podía imaginar cómo sería sin nada en medio.

Dane ya había tenido sus encuentros casuales con modelos y algunas otras mujeres que había conocido en el medio. Pero nunca había tenido algo serio con nadie.

PJ lo hacía desear algo serio.

Él deseaba ser el primero y él último hombre en su vida, necesitaba que fuera sólo suya.

Recordó la forma en la que algunos hombres la miraron cuando entró con él al salón de la gala y sintió un arranque posesivo.

Quería marcarla.

La imagen de su trasero apretado contra el vestido hizo que sintiera la necesidad de tocarla ahí.

Mientras ella se volvía más atrevida con el beso y lo tocaba en todas partes, Dane bajó sus manos a su cintura y la acarició con lentitud, hasta posar sus manos sobre sus globos.

Él sonrió contra sus labios cuando ella soltó un respingo ante la sensación de sus manos gigantes en su trasero.

Un calor extraño la abordó y luego se concentró en su vientre bajo.

—¡Dane!—se quejó entre avergonzada por lo que sentía y divertida por su atrevimiento.

—Me encanta tu trasero, preciosa... Te juro que podría pasarme la vida sólo viéndolo.—admitió y le dio un beso corto.—... Además, tú también me estabas tocando... Con la diferencia de que yo no me quejé.—agregó coqueto.

—¡Es diferente!—soltó ella sonrojada hasta las orejas.

—Claro que no, yo también me siento ultrajado.—mintió él y se acercó a sus labios hambriento.—Bésame, me encanta cuando me besas.—susurró y ella sintió cómo el aliento de Dane calentó sus labios.

Esta vez no sintió timidez, sólo unas ganas terribles de cumplir su petición.

PJ se sonrojó, pero no dudó en rodearlo por el cuello, haciéndolo inclinarse para unir sus labios.

Lo besó con lentitud de nuevo, al tiempo que él se deshizo de su saco y comenzó a desabotonarse la camisa.

Dane estaba desesperado. Quería estar piel contra piel, necesitaba tenerla.

Intentó contener sus impulsos.

La dejó guiar el beso y ella aprovechó de tocarlo como quiso.

Sabía que PJ no tenía experiencia así que sólo quería hacer lo suficiente como para llegar a segunda base y ahí detenerse.

Quería darle una primera vez digna de recordar, se encargaría de hacer algo increíble para ella.

Pero PJ parecía tener otros planes.

AMOR INESPERADO (FATE I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora