Capítulo 40.

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TIENES QUE HACERLO.

-Bianca... tienes que conseguírmelo.

Eve me estaba hablando, pero no podía atender a lo que decía. Una parte de mí estaba distraída viendo a Chase jugar al fútbol con su equipo en el campo del instituto. Me debería haber ido a casa hacia aproximadamente una hora y media, pero mis ojos estaban demasiado ocupados como para dejarme marchar tan fácilmente.

Deja de mentirte a ti misma, Brad se fue cuando terminaron las clases y lo sabes. Estás mirando a tu amor platónico.

Bueno... Podía ser que no fuese Chase exactamente, pero estaba segura de que solo lo hacía porque éramos amigos. Eso era todo.

~Y obviamente, no es mi amor platónico.~

¡Claro! Por eso piensas en él cuando besas al medio-cosa, sientes celos de sus "amiguitas" y te entran escalofríos cuando sientes su contacto. Es que es todo demasiado de muermo romántico y cursi de Disney.

-¿Le has hablado de mí ya o qué?

Solo fue una vez, y fue un maldito error que no hacía falta que mi conciencia me recordase cuando no venía a cuento (nunca venía a cuento). Pensar en él fue un mero desliz que no volvería a repetirse nunca. Ni mucho menos tenía celos de sus amigas, solo eran escarabajos asesinos que estaban en el lugar equivocado, en el momento equivocado. Y por último, no sentía escalofríos cuando me rozaba por algún motivo ajeno a mi persona, sino que me... me...

Uh, uh.

~Cállate.~

Total, que solo éramos amigos... y todo eso era algo normal con los amigos. Que no me hubiese pasado nunca con Eve ni Chase no quería decir nada.

-PLANETA LLAMANDO A BIANCA.- Centré mi atención en mi mejor amiga, intentando olvidar mi conversación casi filosófica con mi yo-interno.- Haz lo que puedas, porfa. Me gusta de verdad.- Abrí los ojos todo lo que pude. ¿Así que era de eso de lo que estábamos hablando?

¿A quién se estaba refiriendo?

Seguí su mirada, y curiosamente terminaba en el mismo lugar en el que había terminado la mía segundos antes.

-¿Archibald?- No pude evitar desear que no se tratase de él, pero su sonrisa al oír su nombre me afirmó justo lo contrario.

Como siempre, no sabía qué responder. Ya tuve que ocultar en una ocasión que él no estaba interesado, pero me incomodaba pensar que a Eve le pudiese gustar "de verdad", y que él no la valorase. Y más hablar con ella sobre el tema, teniendo en cuenta que ahora nos llevábamos bien y eso.

Bueno, quizás un poquitín mejor que eso. Si no, no hubieses dormido con él...

No quería seguir dándole vueltas a la fiesta y todo aquello. Él me había dejado muy claro que no pasó nada, y de verdad que estaba intentando olvidarlo. De hecho, hasta ahora mismo, no me había acordado más que en un par de ocasiones.

-Es que... es tan guapo.- Le miré por un momento.

¡Qué me lo digan a mí!

¡Por fin!

¿EH?

-¿Qué piensas?- Eve me miraba interrogante, como si estuviese loca o algo parecido.

No podía creer que hubiese siquiera pensado eso. No pensaba que Christian fuese guapo, ni que lo dejase de ser... ¡Porque no pensaba en él! Quizás todo había sido un momento efusivo de locura y... ¡Sí! ¡Era eso!

Mi conciencia había vuelto a hablar por mí. Eso era lo qué había pasado.

Sí, sí. Échame la culpa.

~Dios, esta situación es cada vez más insostenible.~

Seguiría negándome a mí misma que me importara fuera de los límites de la amistad por y para siempre, pero mi conciencia tenía razón en algunas cosas confusas fuera de lo común dentro de una relación de "solo amigos" o del trato.

-No pienso en nada.- Tenía que pensar algo rápido, porque eso solo confirmaría sus sospechas de que debería estar encerrada en aislamiento en el psiquiátrico.- Bueno, en los exámenes y tal.

Cuando quise mirar de nuevo al campo de fútbol, aparentando normalidad, vi cómo los jugadores se estaban yendo ya a los vestuarios... o al menos eso quería pensar.

-No me mientas. - Estaba bien fastidiada si pensaba que una excusa tal cual iba a surtir el resultado deseado en Eve.

No podía decirle la verdad.

No puedes, pero debes. De una vez. Yo creo que un "no le interesas, porque no eres yo" estaría perfecto.

~Imbécil.~

-¿Qué haces aquí todavía?- Una respiración ahogada a mi derecha me hizo dejar de respirar y girarme de golpe.

Él no debería estar aquí, maldita fuera. Y menos en este momento. Y menos cuando estaba con Eve. Y aún menos hablándome. Y aún aún menos...

-Viendo cómo jugabais. Sois buenos.- Eve contestó con un tono de voz más agudo de lo normal, pero manteniendo en la medida de lo posible la compostura.

Christian no despegó sus ojos de mí, intimidándome.

Esto no estaba bien.

-Lo sé. ¿Te llevo a casa?- Me tocó ligeramente el brazo por encima de la cazadora, y me estremecí.

No podía hablar, parecía estúpida.

La situación de por sí es ridícula, no te culpes.

-¿Tienes moto?- Era la pregunta más ridícula que había oído en mi vida. Todo el Mundo ya sabía que Christian Archibald tenía una de las mejores motos del aparcamiento.

-Sí.

Eve solo intentaba hablar, pero Christian no estaba muy por la labor de colaborar. Eso en parte, me dolía. Que ni siquiera le cayese lo suficientemente bien para intercambiar palabras que no fueran monosílabos, pero que se hubiese acostado con ella en verano.

-Vamos, anda. Que el autobús a estas horas pasa cada hora, y así podemos repasar algo más en tu casa.- ¿Ya eran más de las seis?

Muy mío, en dos días tenía el examen de física, y yo tranquila tomándome mi tiempo antes de empezar siquiera a estudiar. Antes de empezar el curso, mi vida desde luego que no era así. Me dedicaba en cuerpo y alma a estudiar. Claro, que luego conocí a Christian, Paola y a Álvaro; y más o menos todo eso de segundo de bachillerato quedó un poco en segundo plano.

Aún así, cuando Archibald el responsable -que al parecer sí se acordaba de que teníamos que repasar porque quería aprobar y eso- caminó hacia el aparcamiento, le seguí. Miré a Eve una última vez, despidiéndome con la mano, y ella puso una mueca que no pude descifrar.

Te envidia por tener a Christian.

~Yo no tengo a nadie.~

Archibald me tendió un casco cuando llegamos a su moto, pero lo apartó cuando fui a cogerlo.

-¿No te dije que le dijeses que no estaba interesado? Prácticamente me está acosando.

Eso era pasarse un poco, ¿eh?

¡Qué mono es!

-Le gustas mucho.- Las palabras salieron solas.

-Ya... pero a mí ahora mismo no me interesa. Tengo cosas más serias en mi cabeza.- Me sonrió levemente.

Y, dicho esto, y dejándome con la duda, me colocó el casco despacio, y se subió a la moto delante de mí.

-Agárrate fuerte, que tenemos que llegar rápido.- Y pude intuir su sonrisa a través del espejo retrovisor.

BOOM.

Y todo por una Nerd.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora