Capítulo 42.

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COMO QUIERAS.

'Siento lo que pasó. Permíteme al menos explicarme. No dabas señales de vida... Y joder, ¿cómo pretendías que estuviese?'

'Todo esto es una mierda.'

'Bianca, tienes que escucharme.'

'¿Oíste hablar del beneficio de la duda?'

Si no había respondido a todos estos mensajes no era porque siguiera cabreada con Álvaro- lo que ya no tenía ningún sentido, conociendo lo que había pasado en la fiesta-, sino porque me encontraba en un estado de confusión cual el protagonista de Este cuerpo no es el mío.

Christian se había reído en mi cara todo este tiempo. No había podido ser tan idiota, pero no mentía. Alguna parte de mí estaba segura de que no estaba mintiendo. Y eso molestaba más que nada.

Había besado a Archibald, y seguía sin querer creerlo tras tres duras horas de duro pánico y despersonalización.

Se van añadiendo trastornos a tu lista negra, ¿no? Vas a terminar volviendo loco a tu psiquiatra.

El hecho de haber besado a Christian Archibald lo cambiaba todo. Se invertían los papeles con Álvaro, por ejemplo: la verdad era que le había traicionado y de la peor manera. No podía seguir molesta con él, pero no tenía cuerpo como para hablarle después de todo, al menos de momento. Y mierda, ójala no tuviese que enterarse nunca; eso no haría más que empeorar toda la situación.

¿Cómo había sucedido? ¿Cómo había podido beber tanto como para no acordarme ahora? ¿Cómo... Espera, se dejó besar? ¿Cualquiera podría pensar que se aprovechó de mí, pero conociendo a Christian... ¿En qué estaba pensando para no separarme, aunque fuese de un golpe? ¿Lo hizo? ¿Cómo no se dio cuenta de que no era yo?

Porque los borrachos siempre dicen la verdad.

~Innecesario, Pepito Grillo.~

Los borrachos no podían decir la verdad... Porque yo ya tenía cuál era la relación que mantenía con Christian. Y por supuesto que no pasaba de la amistad, no. Por mucho que hubiera sentimientos demasiado confusos de por medio.

Pero si lo tenía tan claro, ¿entonces por qué lo habría besado?

No tenía una maldita explicación para eso. Y el 'por qué' era lo más importante.

El alcohol no afecta lo suficiente a una persona como para obligarla a hacer algo que no quiere. Solo desinhibe, y es lo que te pasó a ti. Por fin pudiste revelar tus sentimientos. Con un poco de mi ayuda, claro está; pero sí.

Qué yo no debo sentir nada por Christian!~

Tú misma lo has dicho. No debes, no no puedes.

~Eso no es cierto.~

¿Había dicho 'no debo'? No. Acto inconsciente y erroneo. No siento y punto.

¿Por mucho que quieras tenerlo casi siempre cerca, que te den calambres cuando tan solo le rozas, que te rías más ahora de lo que lo has hecho nunca, que pienses en él cuando besas a Álvaro y te duela como mil demonios cuando habla de esa tal Dafne? ¿Por mucho que le hayas besado?

Terminaría llorando. Esta situación se había vuelto un bucle sin fin.

Y bueno, que todo esto era una mierda. Incluso que mi móvil se pusiera a sonar con la melodía ya bien conocida de Álvaro en ese preciso momento. No podía hablar con él, solo conseguiría ponerme peor de lo que visiblemente estaba. Pero no podía ignorarle durante mucho tiempo más, habían pasado tres días desde lo de la fiesta.

Así que, una vez más, reaccionó más rápido mi vena culpable. Y contesté al teléfono, cómo no.

-Bian...ca- Era de las primeras veces que oía a Álvaro con voz temblorosa.- ¿Cómo estás?

Solté una carcajada nerviosa, y me preparé mentalmente para no decirle cómo estaba en realidad.

-Bi...en.- ¿Cómo se puede hablar bien con una persona a la que sabes que has engañado? Es prácticamente imposible.

-¿Podemos... ha...blar?- Definitivamente Álvaro no estaba en su máximo día de estabilidad.- Verás Bianca... No querí...

-No tienes que... explicarme nada.- Le interrumpí.- Ya no.

-¿Ya no?

¿Eh?

Hoy estás que te luces, guapa.

-¿No tengo que explicar nada? ¿Ya no?- Su voz se aclaró de repente.- ¿A qué te refieres con 'ya no'?

Oh, mierda.

Tenía que pensar rápido.

-Está todo olvid... Olvidado- no era cierto. Esa fiesta estaría en mi memoria por el resto de mi vida.- En se...

-¿Me perdonas por ser un estúpido?- No me dejó terminar.- Quiero besarte. Mucho. - Caí sobre la cama, parando momentáneamente a la cama.

Noté como todos los colores del arco iris decidieron instalarse en mi rostro cual urbanización de Chueca.

-Yo...

Pero simplemente no podía estar de esa manera con Álvaro ahora. Lo había traicionado, y tendría que cargar con la sensación de culpa por bastante tiempo más.

No podía haberlo tirado todo por la borda solo por un beso.

Tenía que aclararme.

Tienes que aclararte.

-Creo que...

-Necesitas tiempo, ¿es eso?- Una pausa- Es decir, no quiero que me digas que esta todo arreglado cuando no lo está.

Suspiré, sintiendo como un gran nudo iba trabándose en mi estómago. No era su culpa, y que pudiera pensar eso por la situación aumentaba mi sensación de la misma.

-Tú no tienes que ver con...- Aclaré, mintiendo. Si él supiera hasta que punto tenía que ver...

Un suspiro al otro lado del teléfono, y el sonido indicador del corte de llamada fue todo lo que obtuve de Álvaro en los minutos siguientes. Y no pude evitar estampar el teléfono contra la mesa de mi cuarto, por supuesto, provocando una línea de abertura en la cara frontal que decidí que me importaría después.

¿Por qué tenía tantas dudas? Con Álvaro nunca había habido ninguna complicación, todo era siempre sencillo. En cambio, con Christian era todo un laberinto de cosas y...

Vale, no sabía por qué estaba pensando en eso ahora.

¿Quién de los te hace realmente feliz?

Daba igual lo que yo sintiera, lo único importante era mi seguridad intacta de que a Christian no le importaba ni un ápice.

¿Pero por qué no se había apartado entonces? ¿Se había dejado besar?

Y todo por una Nerd.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora