Capítulo 6.

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LAS CONSECUENCIAS DE IR A TU PRIMERA FIESTA.

Mis ojos se quedaron atónitos cuando vi a Christian besarse con una chica rubia. Las manos de la chica estaban enlazadas detrás de su cuello, mientras él la sostenía con sus manos en su cintura.

¿Esto iba en serio? ¿Me había traído aquí para dejarme sola, e ir a líarse con todo lo que se moviese? Madre mía, iba listo si pensaba que me iba a quedar aquí. Al fin y al cabo, las cuatro personas que conocía, y que veía a mi alcance, estaban demasiado borrachas como para que siquiera pudieran articular palabra.

Paola me lanzó hacia la multitud... hacia la misma a la que me había presentado antes. ¿Qué narices estaba pasando por mi cabeza? ¡Yo nunca encajaría en ese Mundo! Me tenía que ir de allí lo más antes posible.

Tuve la iniciativa de avanzar, pero me cerraron el paso. Pude notas que alguien me empujaba hacia abajo, poniendo su mano en mi hombro, y precionando. Todo lo que podía sentir era como ligeras alucinaciones; el sitio me embriagaba demasiado, y sin probar una gota de alcohol.

Alguien detrás de mí hizo un gesto, y todos los que estaban a mi alrededor empezaron a sentarse en el suelo. ¿Qué pretendían hacer ahora? ¡Quería irme! Alguien mandó callar, y de repente todo fue un silencio absoluto. Paola se acercó a mí, viendo posiblemente lo verdaderamente incómoda que me encontraba.

-Toma.

Paola me enseñó una botella de JB. ¿Cuándo la había cogido? Daba igual. Negué con la cabeza, pero insistió. ¿No sabían hacer más cosas que no fuera beber? Que yo supiera, no se necesitaba alcohol para poder divertirse... excpeto que tuvieras una vida muy deprimente. No, tampoco eso. Yo sería una borracha si fuera cierto.

-Toma un trago. Hazme caso. Te sentirás mucho mejor.

Me lo acercó más a los labios, pero yo me estiré para atrás inconscientemente. ¿No podía aceptar un jodido "no" o qué?

-No me apetece. Quiero irme.

No sé de dónde me salió la fuerza como para decir eso, pero las palaras salieron de mi boca como si nada, así como si fuese lo más normal del Mundo.

"Ah, vale, es cierto. No te atreves ni siquiera a probarlo... No te vayas a convertir en una persona normal de golpe, ¿no?"

-Venga, tonta. Solo pruébalo. Te va a gustar.

Paola literalmente había gritado eso. Y de repente, fue como si todo el Mundo que me rodeaba posase su vista, aún más, en mí. La presión social era demasiado grande para mí, una persona que jamás había experimentado algo ni tan siquiera semejante.

Paola puso la botella en mis manos, y yo la dejé reposando ahí. No me importaba. No iba a beber, no iba a beber, no iba a...

-Bebe.

Un chico del grupo dio una palmada, y se levantó de su sitio, acercándose hacia mí. No era la única, pues detrás de él empezaron a levantarse unos cuantos más.

-Bebe.

-Bebe.

Mi cabeza empezaba a dar vueltas. ¿Tan complejo era para ellos que alguien les rechazase algo? Dios mío, no podía hacerlo. La gente que gritaba era cada vez más, y lo hacían de manera más alta, como si no pudiese escucharlos. No podía beber, no podía hacerlo.

-Bebe.

Paola cogió la botella de mis manos, y, al ver que no reaccionaba, ni hacia ningún indicio de que fuera a beberla; la abrió. Luego, a traición, pues no me estaba fijando en ella, la incrustó en mi boca. Yo intenté retirarla en cuanto noté como su líquido se embebía en mi interior... pero no pude. Mis manos no ejercían las acciones que mi cabeza indicaba, y estaba segura de que si seguía inclinando la botella, iba a terminar atragantándome.

Y todo por una Nerd.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora