Capítulo 50.

3.6K 209 31
                                    

REALIDADES.


No debería haberle llamado. Ahora estaba dando vueltas a mi habitación, retorciéndome los dedos y sin parar de maldecir en voz alta.

Había sido un momento de debilidad y desesperación aguda, movida por los pensamientos suicidas mi conciencia y por el reciente hecho de que mi mejor amigo había decidido básicamente mandarme a la mierda. Pero ni siquiera eso justificaba que hubiese marcado su número.

Por suerte no me lo había cogido.

Bueno, él no.

Claro, se me olvidaba el detalle de que había sido bastante peor que eso. Para colmo, le había llamado para que fuese una chica la que me contestara. Y mencionando no sé qué locura de una fiesta en su casa.

Vaya, él estaba para fiestas mientras yo no podía dejar de pensar en lo que había pasado.

¿Pero qué esperaba?

¿Qué cambiase en algún momento su vida normal, tal y como lo había hecho la mía?

¡Por supuesto que no!

.

Genial. Sencillamente genial.

Y todo siempre por seguir mi instinto de hacerla caso.

~Vete al infierno.~

¿Eh?

~¡Que te calles!~

Te estás olvidando de un factor muy importante.

~¿Qué?~

¡Nada de esto hubiese pasado si mi conciencia no hubiera metido las narices donde no la llamaban!

Iba a contestar, pero el móvil empezó a vibrar en mi bolsillo.

Cógelo. Puede ser tu futuro marido, que llama para ultimar los detalles del banquete.

Já. No tenía ni cuerpo ni ganas como para hacer que no había pasado nada. Si era Christian no le cogería el teléfono, como había hecho él.

Madurez nivel Bianca.

Miré el teléfono, y suspiré. Solo era Eve.

-¡Bi!- Sonó extasiada nada más aceptar la llamada.- ¡Me acaba de llegar un mensaje de Archibald!- Suspiré, claramente cansada de esta situación.

¿Pero qué pretendía el maldito idiota con todo esto?
¿Hacerla sentir aún peor cuando se enterase- porque iba a hacerlo- de qué no le importaba?
¿O es que... había empezado a importarle de repente?

Retiré la última idea de mi cabeza antes siquiera de poder asimilarla. No, eso era ridículo.

-Nos invita a una fiesta en su casa.- ¿A ella también?

Pues nada, lo que decía. Maravilloso.

-Genial.- Probablemente soné aún menos extasiada que en mi cabeza. Que ya era decir.

-Vamos a ir, ¿verdad nena?- Hizo una pausa- ¿verdad?

¡Por supuesto que no!

Pensé en cualquier excusa fácil que me pudiera sacar de esta, pero difícilmente encontré alguna creíble. Sobre todo para Eve, que creía que mis planes se limitaban a ver Gossip Girl y estudiar día y noche.

¿Estudiar? ¡Pero si ya no me acordaba ni de cómo se hacía eso!

Adiós medicina, doctora Alabama. Pero no te preocupes, Barrendería Industrial estará siempre disponible para ti en la Politécnica.

Y todo por una Nerd.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora