Capítulo 3.

22.6K 828 81
                                    

REPITE CONMIGO.

Entré por la puerta del instituto. Ya era Martes, y la verdad es que no podía contener algo de intriga. Archibald se había tenido que ir de mi casa justo después de que aceptara un trato que ni siquiera entendía bien, y ahora no sabía qué era lo qué planeaba.

Había sido una decisión estúpida por mi parte el haber aceptado, pero ya lo había hecho. Quizás había ayudado en algo que me hubiera pedido ayuda en matemáticas, y física. Era todo un reto para mí, y me encantaban los desafíos.

Atravesé la puerta del instituto tranquilamente. Los martes y los jueves entrábamos una hora más tarde, y yo normalmente llegaba bien de tiempo; aunque tampoco sobrada.

-¡Bianca! ¡Espera!

Me giré tan pronto una mano se posó en mi espalda. Era Chase, un sofocadísimo Chase que parecia más haber venido de correr los "mil" metros lisos que haber venido desde su casa, apenas a tres cuadras de allí.

-¿Qué? ¿Vienes de correr una maratón?

Suspiró, y paró un segundo para apoyarse en las rodillas. Madre mía, si que estaba cansado. A saber lo qué había estado haciendo por ahí.

"Bianca, para, por favor. No me vayas a generar pesadillas."

-Ya me gustaría.

Seguimos caminando tranquilamente, en dirección al aula de filosofía, que era una de las pocas horas que nos tocaba juntos; pero solo porque era una materia común en todo el Bachillerato.

Empezó a contarme lo que había pasado desde ayer hasta hoy, que la verdad era que, en sus términos, era mucho. Había discutido con su novia, lo habían arreglado, y había descubierto a su hermano con otra chica que no era su pareja, por lo que tenía el dilema de si contarlo o no, y me pedía ayuda. Tampoco era como si me importase demasiado, sin embargo, escuché atenta para demostrarle mi excelente y apreciable amistad en todo.

"Qué falsa eres. ES TU MEJOR AMIGO, BIANCA. Le amas."

Me di un golpecito en la cabeza, reconociendo que esta vez mi conciencia volvía a tener razón. Era Chase, y le amaba. Llevaba con él tantos años que ni siquiera nos enfadábamos casi nunca, porque era un sin sentido. Frecuentemente, hasta compartiamos opiniones.

Un brazo me tocó mientras caminaba, y Brad se fue separando de mí lentamente, como un imán con dos polos iguales, y capacidad repulsiva entre ellos. No le di importancia hasta que me dieron un codazo, y se pusieron a mi altura. Chase ya me había abandonado para entonces.

-VanDerVill...

Reconoci esa voz de inmediato, y me giré para mirarle. No, la verdad es que seguía sin saber por qué había aceptado ese estúpido trato; sobre todo viniendo del egocéntrico, ególatra, (y todos los egos que se me vayan ocurriendo) Christian.

-¿Podrías empezar a llamarme Bianca? No es que me guste mucho mi apellido, y tú no paras de repetirlo.

-Emm... Vale. ¿Que haces hablando con Brad-ley?

¿Y esa pregunta? Sabía que éramos amigos desde pequeños. Bueno, o al menos en eso esperaba que se hubiese fijado en algún momento. No me había separado de él en unos cuántos años, la verdad; y aunque fuese la invisible, era un hecho bastante evidente.

-Es mi mejor amigo.

Y cómo si le soprendiera, oiga. Su cara cambió a una mueca de disgusto, subiendo el labio superior en un gesto que no había visto nunca.

-Ya... Pues eso se acabó. No pretenderás subir de status social con ese... Tipo de amistades, ¿no?

No tardé mucho en pegar un bote, y empezar a gritar como una histérica. ¿QUÉ?

Y todo por una Nerd.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora