BIENVENIDA A LA FIESTA. PARTE II.
Paré en seco en cuanto vi que nos dirigíamos por cuarta vez al salón. No iba a continuar andando hacia la nada por seguir a aquel estúpido mientras se decidía a dónde quería ir.
Llevábamos diez minutos explorando su casa y andando en círculos como estúpidos, y lo único que había conseguido era que mis nervios se revelasen aún más contra mí.¿Miedo, quizás?
¿A qué? No había absolutamente nada de lo que pudiese tenerlo. Estaba totalmente sobria esta vez.
-Responde.- Miré a Christian automáticamente. ¿Me había preguntado algo?.- ¿Estás bien?
Asentí. Simplemente tenía discusiones con mi conciencia, pero aparte de eso estaba perfectamente.
-Sí.- Intenté sonar seria, pero por alguna razón nunca lo conseguía si estaba hablando con él.
-Vale.- Hizo una mueca y se acercó a mí. Yo retrocedí.- Parece ser que el único sitio libre de esta casa es mi cuarto, y eso solo porque cierro con llave.
-Genial.- Resoplé con sarcasmo, sin darle importancia.
-Vale, pues sígueme.- Empezó a andar hacia las escaleras, y yo me sentí desfallecer.
-¿QUÉ?- Chillé. Se detuvo en seco para mirarme.
Creo que necesitas un cartel en la frente que indique cuando estás en 'ironía modo ON', B.
¿Su cuarto?
Ah no, no. Definitivamente no.
No tenía ningún recuerdo, pero era suficiente con saber que cada vez que iba a algún cuarto con Archibald, me despertaba a su lado y descubría que le había besado.
Y no.-¿Qué pasa ahora?- Habló calmado.
-¿A tu cuarto?- Casi grité.
Christian rodó los ojos cuando pareció entender a lo que me refería.
-Sí, Bianca. Deberíamos comportarnos como adultos en este tema.- Alguna parte de mí se enfureció por su respuesta.
¿Estaba insinuando que él era el adulto? JÁ.
No había cosa más graciosa que eso.~Más estúpido de lo que pensaba.~
-¿Como adultos?- Susurré con sorna, pero no tan alto como para que pudiese oírme.
-Vamos, anda.- Y sin esperar ningún tipo de respuesta, subió las escaleras. No se giró en ningún momento para ver si le seguía, y tuve tiempo de pensar si salir corriendo.
Pero no lo hice. Porque por una vez, quería enfrentarme a él.Tenía que dejar de ser un idiota tan egocéntrico.
-¿Aún estás ahí?- Me preguntó desde la parte de arriba.- Vamos!
Dándome ánimos a mí misma, empecé a andar sin mirar abajo en ningún momento.
Quizás tenía razón, y era hora de que hablásemos.
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Y todo por una Nerd.
Novela Juvenil¿Él? El típico arrogante, ególatra, y engreído, que se cree que puede tener cualquier cosa que se proponga. ¿Ella? La para nada típica chica tímida, modesta, y que suele pasar desapercibida. ¿Juntos? A ojos de la gente, imposible. Pero entonces...