ESTO ES DEMASIADO NUEVO.
Hacia apenas una hora le había preguntado a Álvaro sobre la fiesta, y ya me estaba arrepintiendo.
-Sí. Vamos.- Su sonrisa era definitivamente cautivadora, pero no conseguía hacerme cambiar de idea ni aún habiendo insistido cinco veces. No sabía ni siquiera el por qué había tenido que sacar la maldita conversación.
-¿Estás seguro?- No podía pensar en que ocurriría algo como la última vez de nuevo.
Fue divertido.
~Buff... Un montón.~
-Sí, ¿por qué no?- ¿Y por qué sí? ¡Llevaba intentando convencerle media hora!
-No sé...- Bufé- Podíamos hacer cualquier otra cosa.
Álvaro levantó una ceja en gesto sugestivo, y yo caí en lo que acababa de decir. Maldita sea, no podía decir ni dos palabras sin meter la pata.
Sí, nena. Se llama 'hacer bebés'
-Quiero decir... Ver una peli o algo.
-Aunque me encantaría hacer ciertas cosas contigo- recalcó esas dos palabras, y todos los colores se subieron a mis mejillas inconscientemente. Los chicos eran todos idiotas, ¿o qué?- Me gustaría al menos saber si es...- se rascó la nuca- no sé... ¿Porque Archibald estará allí?
¿Qué? ¿Christian? ¡Por supuesto que no! ¡Eso era una tontería! ¡Ni que le diera tanta importancia a su existencia!
-¡No!- En mi cabeza había sonado mucho más creíble.- Eso no me importa. De hecho, fue él quien me invitó.
Já. Qué te lo crees tú.
-¿Hablais mucho?- Su pregunta hizo un giro a la conversación que no me esperaba, además de que su tono de voz había cambiado de repente a uno más serio.
-Bueno...- No quería mentir más.- Le estoy ayudando con matemáticas y química.
Lo que hacíamos no era malo. ¿No?
El semblante de Álvaro me respondió por si mismo, turnándose severo.
-¿Le estás "ayudando"?- Respiró hondo.- ¿Cómo ayudando?- Me hablaba de manera extraña... Frío, esa era la palabra.
Noté los colores subir a mi rostro de nuevo, sin creer comprender lo que Álvaro pretendía insinuar. Me tomaría por estúpida, pero no había mucho más que decir al respecto.
-Sí...- No sabía por qué se estaba poniendo así. Desde el principio sabía que iba con Archibald, ¿no? Bueno, nos conocimos justo por él.
-¿Os veís fuera del insituto?
¿A qué venían tantas preguntas?
-Contéstame- esta situación empezaba a ser muy incómoda.
-Sí. No sé...
Me estaba intimidando. En serio.
-¿Dónde?- Su voz adquirió un tono más áspero incluso.
Joder.
-Depende... A veces en mi casa, a veces...- Pero me paré al darme cuenta de que no había "quedado" con él a no ser que fuese ahí.
-¿En tu casa?- Me llevó la mano a la cabeza.- Venga Bianca, no me jodas.
Vale. Se estaba comportando como un imbécil, por primera vez. Y no tenía derecho. Ni siquiera sabía a qué se debía este interrogatorio: no había nada que hablar en el tema de Christian y yo. Al menos nada que pudiese interesarle realmente, porque los problemas que tuviese o dejasen de tener eran exclusivamente míos.
-Yo no...- Me interrumpí para mirarme las manos.
Estaba demasiado nerviosa ni siquiera para hablar. Álvaro no estaba actuando como una persona racional, y necesitaba calmarme.
-Bianca.
Él estaba delante de mí, con gesto impasible y mirándome con los ojos entrecerrados. Respiraba pesadamente, y pestañeaba de vez en cuando. Demasiado de vez en cuando para mi gusto, lo que no hacía nada más que hacer que quisiese salir corriendo de ahí, y muy posiblemente y pensándolo en caliente, no volver a hablar con él en un tiempo. Por lo menos hasta que se relajase.
Un toque en mi hombro me hizo girarme casi demasiado de repente, y pude oír el gruñido de Álvaro en cuanto lo hice.
-Hola.- La voz de Christian me hizo quedarme estática en el sitio.
Oh, no. No podía saber que estábamos hablando de él.
-Y cómo no, hablando del rey de Roma.- Álvaro habló severo, pero Archibald no se movió ni un ápice.
Este chico es que más inteligente y se queda en cerebro, ¿eh?
-¿Perdona?- Archibald miró a Álvaro despectivamente, y luego me cogió del brazo.
-Déjala.- Respiró hondo intentando calmarse- Ya.
Pero Christian no me soltó, y empezó a andar, ignorando y apartando a un lado a Álvaro al pasar arrastrándome con él.
-¿Podemos hablar?- Me susurró en bajo, en cuanto nos habíamos separado unos metros de él.
-Sí- balbuceé.
Miré hacia atrás, y volví a respirar al ver que Álvaro no nos seguía. Que al menos, esta vez, no iban a formar un puñetero numerito como el de la pizzería.
-¿De qué estabáis hablando?
¿¡EN SERIO!?
-Yo... - Apreté los dientes, y me armé de la poca fuerza y valor que tenía- Sobre la fiesta.
Enhorabuena, Bianca. Has conseguido ser fuerte por una vez, me has impresionado.
~No lo entiendes, así que cállate de una maldita vez.~
-No sé cómo aguantas a alguien así, en serio.
Suspiré. Nunca le había visto tan borde conmigo como hoy, y en serio que me había asustado. Pero sabía que solo había sido un momento, Álvaro no era así. Solo necesitaba calmarse, y luego hablaríamos tranquilamente. De verdad.
-¿Qué quieres?- Pregunté finalmente.
-Darte la dirección.- Señaló a lo lejos- Dile a lo que sea eso que paso a recogerte a las nueve. Y que si se va a poner como hace dos minutos, que no se moleste en venir si no quiere que le eche a patadas.
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¡Ya he vuelto! (había pasado demasiado tiempo fuera, y hasta que esta semana pude ponerme al día con Y todo por una NERD, ha pasado bastante tiempo...)
Volveré a subir regularmente todos los jueves-viernes, que aún queda bastante de novela.
¡Besos!
pd: Este capítulo no me ha quedado tan bien como esperaba, así que puede que suba algún otro adelantado la semana que viene más pronto, como el martes o el miércoles, y algo más largo:)
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Y todo por una Nerd.
Dla nastolatków¿Él? El típico arrogante, ególatra, y engreído, que se cree que puede tener cualquier cosa que se proponga. ¿Ella? La para nada típica chica tímida, modesta, y que suele pasar desapercibida. ¿Juntos? A ojos de la gente, imposible. Pero entonces...