Capítulo 11

6.4K 582 141
                                        

Hoy cumplo 22 años y parece que fue ayer que conocí a las chicas, que viví mil aventuras y que fue ayer que este loquito que me está acariciando la pierna, vino a mi vida

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hoy cumplo 22 años y parece que fue ayer que conocí a las chicas, que viví mil aventuras y que fue ayer que este loquito que me está acariciando la pierna, vino a mi vida. Cada día que lo miro, recuerdo quién me lo regaló y como hace 1 año que no sé nada de él. 

Me he colado en su departamento más de una vez, la última vez que estuvo aquí, me dejó las llaves para traerle ropa desde su casa, pero nunca tuve la oportunidad de devolvérselas, así que he entrado para limpiar un poco y robarle un par de camisetas. Bueno, un par... Quien dice 15 dice un par. 

Me pongo un vestido rojo combinándolo con unos tacones negros, me suelto el pelo y termino de arreglarme con un poco de máscara de pestañas y pintalabios. Hoy me ha invitado a cenar Inari. 

Nos hemos estado viendo cada tres meses, como lo acordamos, y esta es la primera vez que rompe esa regla y quedamos un día que no es el establecido. Honestamente, nos hemos conocido un poco mejor, ahora incluso nos enviamos algunos mensajes de vez en cuando, pero no hay ese intenso coqueteo. Él es muy respetuoso, pero a veces parece que le guste de verdad. Sonríe cuando cree que no lo miro, me abre la puerta del coche, me acomoda la silla en los restaurantes, me llena la copa cada vez que la termino e incluso una vez me dio de comer de su tenedor. Es un caballero conmigo, me ha ofrecido protección y también trabajar para sus empresas, ambas cosas las he rechazado y no se ha ofendido. 

Es un gran hombre, pero nunca habla de su vida privada y me incomoda no saber nada de mi futuro marido. He logrado descifrar que realmente odia La Tríada, no aguanta en lo que están involucrados los del inframundo, pero sí entiende que es necesario para que un país siga en funcionamiento. Sin el dinero negro y las drogas, nunca funcionaría un estado y menos el chino.

Me encuentro con él en uno de sus restaurantes y me saluda como siempre, un beso en el dorso de mi mano.

— ¿Qué tal ha estado tu día?— Pregunta antes de acomodarse en su silla. 

Hoy no está su obligatorio traje de tres piezas. Lleva una camisa blanca y unos pantalones negros de vestir que le sientan estupendamente. Está realmente guapo, parece un modelo.

— Genial, me he tomado el día libre.— Sus ojos brillan y le doy una sonrisa tímida.

— Me alegro de que te des esos lujos.— La esquina de su boca se levanta, pero rápidamente vuelve a su posición estoica. 

— ¿Qué es de ti?— Es mi cumpleaños, me voy a permitir un poco de informalidad.

Me sirve una copa y pasa a la suya antes de responder. 

— ¿Puedo ser honesto?

Sus ojos se clavan en mí y se oscurecen.

— Lo estoy deseando.

Su sonrisa despega sin remedio por su boca y una pequeña satisfacción nace en mí.

— He echado de menos hablar contigo y tu cumpleaños era una excusa perfecta para verte.— Me tomo lo que queda de copa de un trago, para darme algo de tiempo y poder pensar que responder.

Srta.ColtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora