La explosión hace que Dario me cubra con su cuerpo y me acaricie la cara mirando que no haya sufrido ningún daño. Su mirada de preocupación casi me hace llorar de emoción.
—¿Estás bien?—me pregunta.
—Sí, estoy bien.
Nos levantamos y Dario me viste en tiempo récord con su sudadera, y él se pone unos pantalones de chándal. Saca pistolas de su bolsa y me tiende dos, me ata un cinturón en mis caderas y en él añade cargadores y cuchillos.
—Si alguien se acerca a ti, incluso si es la Yakuza, dispara a matar. No confíes en los hermanos de tu amiga, siempre serán tus enemigos.—sus ojos se han apagado y no duda en ninguna de sus palabras.
—Lo haré.—le prometo por mí y por él. Haré lo que sea por vivir un día más juntos.
Me da un beso en los labios y me aparta el flequillo de mis ojos.
—Si algo sale mal. Llama a Karl, él se encargará de tu seguridad, ¿lo entiendes?—asiento con un nudo grueso en mi garganta y salimos.
Él ni siquiera lleva una camiseta cuando las otras puertas empiezan abrirse con el resto de mis amigas, la Yakuza y los hombres de La Cosa Nostra. Mis ojos se clavan en todas las mujeres de esta casa que miran su pecho desnudo y unos celos posesivos me poseen desde la médula. Doy marcha atrás y agarro una camiseta, y se la alargo a Dario que me mira con dudas en los ojos ante mi acción. Siento mis mejillas explotar en calor, y él sonríe engreído entendiendo mis sentimientos.
—Es Inari y tu padre—dice AK.
—Mis hombres están reteniéndolos todo lo que pueden—comenta Ryu mientras mira las cámaras del exterior en su móvil.
El móvil de Luca suena y Aless lo toma de las manos de su hermano.
—Tiene que ser Inari, va a querer negociar—digo sin pensar, lo conozco lo suficiente para saber que me quiere para completar lo destinado.
—No cuando estamos nosotros aquí—responde duramente Gatling, refiriéndose a ella y a sus hermanos.
Un miedo que jamás había visto en sus ojos, se refleja cuando mira a sus hermanos. Mi corazón se encoge ante esa mirada.
Alessandro no duda en contestar, y lo admiro. Él es un negociador nato y sé que hará todo lo sensato para el bien de su primo y su mujer.
—Habla Alessandro De Marchetti.
—No hemos tenido el placer de conocernos—dice Inari con un acento muy marcado.
—Ni lo vamos a tener, cuando vienes atacar la casa donde está mi familia. Harías un bien común si te retiras y solicitas formalmente una reunión conmigo, como hacen los verdaderos hombres—dice Aless mientras que mira a Luca y le hace señas con la mano, que no entiendo muy bien.
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Srta.Colt
RomanceTodos los derechos reservados en el Registro de la Propiedad Intelectual ©. Libro II de la serie THE 7. La princesa de Las Tríadas, una mujer imposible para el Capo de Chicago. Un miembro imprescindible de THE7 que se tambalea con la aparición de D...