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Jack y yo estuvimos toda la noche trabajando en el caso del secuestro de mi madrastra y el asesinato de mi medio hermano.
Mientras tomamos la segunda taza de café mañanera, Jack coge el mando de la televisión y sube el volumen.
Un nuevo día y una nueva tragedia para la familia Qing. Sharon Qing ha parecido muerto en su propia casa, la habitación donde fue encontrado estaba teñida de rojo por su propia sangre. Parece ser que el asesino de los Qing tiene una peculiar manera de terminar con sus víctimas, una vez más, no se ha encontrado la cabeza del señor Qing...
Me atraganto con el café y Jack me da palmadas en la espalda.
Esto es una cacería, en una semana han matado a dos de mis medios hermanos, asesinados de la manera más patética para lo que presumían que eran. Pensaban que el mundo estaba a sus pies, pensaban que nunca les morderían la cola y que siempre podrían seguir haciendo lo que querían sin ninguna consecuencia.
—¿Estás bien?— pregunta con voz suave.
—Sí, sabes que los odio, si mueren, hacen un favor al mundo. Simplemente... No entiendo quién podría hacer esto— digo con los ojos llorosos de toser.
—Tu familia tiene más enemigos que años, puede ser cualquiera, Ann. No deberías meterte en esto si tú vas a correr el riesgo de tener la misma suerte que ellos— dice mi amigo.
Una pequeña llama de esperanza corre por mi sangre, una esperanza que he anhelado toda mi vida. Parece ser que el karma actúa a mi favor y no sé cómo agradecérselo.
Mi teléfono suena y lo tomo abriendo el grupo de videollamada de THE7.
En la primera pantalla aparece Mauser, M16 y Gatling juntas, eso llama mi atención, pero rápidamente lo descarto pensando que estarán haciendo una misión juntas.
Lo que me deja sin palabras es la pantalla de Benelli donde aparece ella con Millan y... Mierda, los hermanos De Marchetti.
Luca y Aless parecen serios con sus cejas fruncidas.
Jack aparece detrás de mí, y el Don de La Cosa Nostra y su hermano, Luca, abren los ojos como platos y vuelven a su cara estoica cuando se dan cuenta de que todas los estamos mirando.
—Falta Ak en la reunión— digo después de las frías salutaciones y las condolencias por mis medios hermanos de parte de la familia De Marchetti.
—Sí, la he intentado localizar, pero sin éxito— dice Benelli.
—Jack se queda en la reunión, si no os importa— todas asienten porque saben que es mi amigo y si están los dos italianos, él también puede quedarse—¿Y a qué se debe tal visita?— digo con una sonrisa refiriéndome a los hermanos De Marchetti.
—Dario lleva días desaparecido y Karl, su mano derecha, dice que no sabe nada de él— dice Alessandro mientras yo siento una pequeña punzada en el estómago, y Jack me agarra la mano debajo de la mesa