¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mientras me follaba a Katy, escuché algo que provenía del baño y obviamente he parado de follar porque pensaba que era Luca o algún imbécil gastándome una broma, hasta que no ha sucedido nada más. He seguido follando, esperando que se vuelva a repetir el ruido, hasta que he visto al ratón de Colt salir arrastrándose por el suelo y escapando de la habitación.
— ¿Qué pasa?— Pregunta Katy.
— Nada, vete.— Salgo de ella y tiro el condón.
Colt es la segunda vez que me jode un polvo.
— ¿Cómo que vete?— Pregunta con su voz irritable.
— Vete.— Le clavo la mirada y me voy al baño.
Abro el agua y me meto en la ducha, mientras me acaricio pensando en su culito arrastrándose en el suelo, ¿qué me pasa con esta chica? ¿Y qué hacía espiándome?
Ignoro esas preguntas de momento y pienso en lo guapa que estaba hoy en la boda, nada ni nadie puede igualar su belleza, es de otro mundo.
Suelto mi pene, porque no pienso obsesionarme con ella, ni de broma.
Mi mano vuelve a mi polla y no lo aguanto más. Pienso en cómo movió sus caderas contra mí ayer, en cómo sus mejillas se ponen rojas y sus labios se abren cuando algo la sorprende. Mi mente va a mil por hora recordando cada cosa de ella y siento que he absorbido lo suficiente de ella, como para dar marcha atrás.
Va a ser mi nuevo juguete, sin duda, ella me ha estado buscando, pues ahora me tendrá que aguantar.
Me corro y respiro duramente, mientras maquino y planeo cada cosa que voy a hacer con ella.
Me despierto sudado y desorientado en la cama, cuando empiezo a recordar qué estaba soñando. Su cara ha estado apareciendo en mi mente como una luz constante, he soñado con su cuerpo y quiero saber todo de ella.
Me levanto y me doy una ducha rápida, y decido que es hora de ir a casa de Luca y ver qué está haciendo la ratita.
— ¿Qué pasa?— Pregunta Luca en la puerta sin invitarme a entrar.
— ¿No puedo venir a verte?— Venga, hombre.
— Sí, claro que puedes, solo que tan temprano me ha parecido extraño en ti.
Me hace hueco y paso, la casa está en silencio, pero en el jardín hay movimiento.
— ¿Dónde está todo el mundo?
Luca levanta la ceja sospechosa.
— ¿Qué mundo?
Suelto una carcajada y avanzo hacia el jardín. Está Benelli con Ak, Mauser y M desayunando, pero la ratita y Gatling no están.
— ¿Ha pasado algo?— Me pregunta Benelli y niego con la cabeza.
— Está rarito hoy, no le hagáis mucho caso.— Dice Luca detrás de mí.
Me siento al lado de mi primo y me acerco a él.
— ¿Dónde están las otras dos?
— ¿Por qué lo preguntas?— Dice tomándose su café.
— Por saber, no quiero que hagan nada raro en terreno italiano.
Luca me mira a los ojos y no me cree una mierda.
— Tranquilo, ellas se han marchado.
Mierda.
Espero impacientemente 5 minutos, tomándome un café de mierda y me levanto.
— Acabas de venir, ¿ahora, qué pasa?
— Nada, me vuelvo a Chicago.
Luca me acompaña a la puerta y me agarra del brazo.
— ¿Qué está pasando? Y no me digas tonterías, estás muy extraño.
— Solo pasaba a saludar y me vuelvo a mi casa.— Miro su mano en mi brazo y la retira inmediatamente.
— Que tengas un buen viaje, entonces.
Salgo de esa casa y tomo mi coche directamente a mi jet privado.
— Señor De Marchetti, bienvenido.— Dice mi piloto.
— Hola Oscar, hoy ha habido algunos cambios de planes, necesito tomar rumbo a Hong Kong.
— Como desee, señor. Aviso al resto de la tripulación y nos movemos.
Asiento y me voy a mi habitación, mientras me desabrocho la camisa tocan la puerta.
— Pasa.
— Señor De Marchetti.— Dice mi azafata de vuelo.
Es una chica joven y guapa, muy responsable y comprometedora con su trabajo.
— Dennis. ¿Hay algún problema?
— No, señor. Solo quería saber si necesitaba algo, va a ser un viaje largo.
— No necesito nada, te puedes retirar.
Cierra la puerta y me pongo a trabajar un rato con el ordenador hasta que me quedo dormido.