Capítulo 24

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1 MES DESPUÉS

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1 MES DESPUÉS

Después de que Aless, el Don de La Cosa Nostra y a la vez el primo de Dario, presentara a los niños a su mafia, ha sido una maldita locura. Una tras otra sin descanso.

Un buen resumen de ello sería algo así:

-La aparición de Joe y Elton, hermanos que se convirtieron en enemigos y traidores de los italianos.

-La casi muerte de Alessandro, literalmente murió 5 minutos y volvió a la vida perdiendo la memoria.

-La lucha contra Elton en la isla y posteriormente contra su hermano, Joe. En la que Gatling, mi amiga, perdió un riñón.

-La herida de mi amiga, fue un "pequeño" desliz que casi hace que La Cosa Nostra entre en una guerra contra la Yakuza.

-La inaplazable muerte de Matteo, un capo traidor. Y la otra muerte sorpresa, de la hermana de Gianna, Sofía, una traidora que casi se nos escapa de las manos.

Todos estos actos nos han llevado a que La Cosa Nostra acabe con sus deslealtades y sus traidores, todo ha terminado y me he vuelto a Hong Kong.

Pero no todo lo que ha sucedido ha afectado solo a los italianos. A mí, también.

He estado cada maldito segundo mirando a Dario, viendo como lucha, como arma y desarma una pistola, como mata sin piedad. Hemos estado en el quirófano durante 24 h seguidas por el balazo de su Don, también otras horas por la herida y la retirada de riñón de mi amiga. Todos esos momentos me los ha clavado en el corazón, ha estado atento a mí, y cuando creía que me desmayaba, me cogía en sus brazos y me cuidaba.

Incluso cuando nos hemos puesto a curar las heridas de nuestros amigos, él me mandaba a dormir y se encargaba de todos.

No ha dejado que ni una bala me roce, ni un enemigo me toque. Nunca me he sentido tan protegida que cuando he estado con Dario. Lo único que ha estado exigiendo son nuestras escapadas nocturnas, con muchas charlas y algunos besos robados.

No ha vuelto a intentar tocarme como la última vez, aun cuando me he retorcido de dolor entre mis piernas, él ha sido paciente y ha sabido frenar las cosas, algo que ha hecho que me desespere como nunca en mi vida.

Dario es una piedra con la que últimamente me gusta tropezar, mi piedra.

Mi departamento está en silencio y mi mente vaga por cada recuerdo con él. Se me dibuja una sonrisa en la cara cuando pienso en lo enfadado que estaba porque su Don ya no me quería en territorio italiano.

—Te prometo que un día, Alessandro no podrá impedirte nada de esto, solo quiero que las cosas se relajen para enfrentarme a él— me dice agitado, mientras hago la maleta.

—No hace falta que pelees con él por mí— su mano aparecen mi campo de visión y me agarra de la muñeca.

—¿Si no eres tú la que puede provocar que me pelee con mi Don y mi primo, quién más?— mi maldito loco corazón retumba contra mi caja torácica.

Srta.ColtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora