Apenas son las 10 de la noche cuando una sombra cae detrás de mí, mientras estoy tomándome un vaso de agua en la oscuridad de la cocina.
Mi corazón retumba dos veces por segundo dentro de mi pecho y mi mano deja lentamente el vaso, sabiendo perfectamente que no es Jack el que está en este espacio conmigo.
Me giro y miro el cuerpo que tengo delante de mí; es mucho más grande que el de Dario, Jack, Alessandro, Luca o Alec, incluso más grandes que los guardaespaldas personales de Ak, unos rusos bastante interesantes. Hombros anchos, brazos grandes y largos, los músculos de sus piernas se marcan incluso con el pantalón de cargo que lleva, cintura cargada de artilugios que ambos conocemos. La cara tapada con una máscara blanca y ni una pizca de piel a la luz de la luna.
Respiro tres veces antes de ponerme en la primera posición de Wushu¹ de lucha, y el hombre que tengo delante da un paso atrás. Realizo un Bajiquan² (Puño de los Ocho Extremos).
Al principio uso mis brazos lentamente, mientras mis piernas se disparan hacia adelante para tenerlo a corto alcance, soy muchísimo más pequeña que él y seguramente más rápida, una vez que lo tengo a la distancia que quiero mis puños vuelan junto a mis brazos retorciéndose. Mi sorpresa se hace añicos con la adrenalina corriendo por mis venas, cuando responde tan solo frenando mis golpes y no devolviéndomelos. No logro tocarlo en ningún lado, así que cambio la técnica y me lanzo a usar Qing Chun (Eterna primavera), este estilo de arte marcial no hace falta que tengas un cuerpo fuerte o músculos entrenados, una vez sabes usarlo, tu cuerpo es el arma.
Le logro tocar las costillas y pestañea un par de veces. Esta técnica es rápida, pero los dedos deben estar rígidos como una roca para dar en un punto sensible del cuerpo y hacer que tu oponente retroceda con una punzada de dolor que empieza siendo leve hasta que nota que le he roto una costilla.
El hombre enmascarado da un paso atrás, pero cuando sabe lo que le he hecho, sus ojos se llenan de furia y avanza hacia mí con todo, cuando pestañeo un segundo escucho una pistola detrás de él.
Jack.
—Un movimiento y te vuelo la maldita cabeza— dice Jack, mientras quita el seguro del arma— mi oponente no se mueve, pero juraría que sus ojos brillan de diversión y eso me desconcierta unos segundos— Y si no entiendes mi maldito idioma, haré que mi amiga te lo diga en jodido chino— termina de hablar Jack.
—Sí que te entiende— digo sin dudarlo, el hombre que tenemos entre nosotros no es chino, pero Jack no puede verlo estando detrás de él.
—Levanta las manos lentamente y pósalas detrás de tu cuello, sin jodidos juegos o juro que te meteré todo el cargador en el puto cráneo— dicta Jack.
—No obedezco las órdenes de un simple inspector general militar. Necesitas ser más que eso y quizá chupar un par de pollas y ascender a algo más interesante que meter tus narices en los asuntos de los jefes militares de tu país. Y te invito a que bajes lentamente esa simple pistola y seas consciente de tu al rededor, quizá estar en un despacho te ha hecho perder cualidades de soldado— dice el hombre que tenemos delante con una voz siniestra que hace que mis pelos se pongan de punta sabiendo que no es un cualquiera.
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Srta.Colt
RomantizmTodos los derechos reservados en el Registro de la Propiedad Intelectual ©. Libro II de la serie THE 7. La princesa de Las Tríadas, una mujer imposible para el Capo de Chicago. Un miembro imprescindible de THE7 que se tambalea con la aparición de D...