12

1.8K 211 2
                                    

Becky

Hacer los ejercicios de Matemáticas junto a Freen se ha vuelto bastante divertido. La pelinegra me hace sonreír cada vez que logro hacer un ejercicio, y mientras los hago noto algo.

Ella sí sabe hacerlos, pero no me lo está diciendo.

¿Cómo lo noté? Sarocha suele hacer una que otra mueca cuando me estoy por equivocar, y eso me hace simplemente confirmarlo. Igualmente, no hablo acerca del tema, porque estoy segura que si los sabe hacer, y si yo le digo, ella los hará en muy poco tiempo, y se irá...

Y no quiero que se vaya.

Suena egoísta e irónico, porque Heidi es mi amiga, y su novia, e irónico porque hace unas horas atrás le estaba teniendo miedo a verme con ella.

Sin embargo, hay algo que no voy a negar, tengo bastante miedo a tener otro ataque de pánico.

Es como si constantemente la idea se me metiera en la cabeza de que en cualquier momento podría volver a vivir aquella situación, que por cierto no es para nada agradable.

Sarocha me vuelve a sonreír al ver que termino de hacer el último ejercicio de Matemáticas, ella ha hecho los que se me volvieron difíciles, con la excusa de que a ella tal vez sí le saldrían.

-Bueno, creo que es hora de irme -Dice mientras se levanta del asiento, por alguna razón niego con la cabeza y me levanto igual de rápido que ella.

-No -Respondo, y siento como el calor sube hacia mis mejillas, Freen ríe y me sigue sonriendo.

-¿No? -Pregunta, estoy segura que ahora sí estoy completamente roja, que vergüenza.

-No... Porque ya es de noche, deberías quedarte a comer... ¿no lo crees? -Ella sonríe asistiendo, y ahí vuelvo a sonreír.

-Me parece perfecto -Admite.

Como tengo problemas con la cocina, decidimos llamar al delivery.

La pizza no demora en llegar, y comenzamos a comer. Freen hace muecas graciosas mientras comemos, solo para hacerme reír.

-¿Recuerdas cómo nos conocimos? -Pregunta, asiento con la cabeza, no es que haya pasado mucho tiempo desde ese entonces-. Te comenzaste a atragantar con los sandwiches.

Comienzo a reír y Freen también, no le diré por qué fue, aunque creo que ya lo sabe, debo admitir que creo que saca el tema de forma divertida para que yo lo recuerde así, con humor.

Ojalá pudiera todos los recuerdos transformarlos en divertidos, pero hay algunos que no tienen nada de lo mismo. Y simplemente son recuerdos tristes.

-Becky... ¿te puedo confesar algo? -Pregunta Freen dejando una rebanada de pizza, para poder prestar toda su atención en mí.

-Sí, claro -Digo haciendo lo mismo, nos mantenemos mirándonos allí, en silencio.

-Pues... el primer día de clase no podía... -Dice, pero luego se calla, sé a lo que se refiere, no obstante quiero oírlo de su boca.

La puerta suena y maldigo para mí misma. Pero Sarocha parece escucharlo y comienza a reír. Abro y me encuentro con Irin, quien se encuentra algo seria.

Sarocha le tiende sus llaves del apartamento, esa fue la razón por la que Irin golpeó la puerta, no tenía como entrar.

-Sarocha, no es por nada, pero Noey es un tanto... -Comienza Irin, Freen para de intentar reír con lo anterior pero no lo logra.

-¿Idiota? -Pregunta entre risas, Irin niega con la cabeza, pero luego asiente.

-Y despistada -Admite, camina hacia su habitación pero su mirada va hacia la pizza que hay en la mesita entre medio de los sillones-. Oh, esto no pasa todos los días, yo quiero.

Irin se une a nosotras, pero no me siento enojada, es divertida su compañía. No obstante, sí quedé con ganas de escuchar a Freen decirme que en la clase no me ha quitado los ojos de encima, porque eso sí me di cuenta.

Comenzamos a mirar una película de humor, y nuestras carcajadas se escuchan en todo el apartamento, además la risa de Irin es demasiado contagiosa.

La película termina y aún continuamos riendo mientras nos miramos entre las tres.

-Bueno, creo que es hora de irme -Dijo Freen riendo, asiento con la cabeza.

-Te acompaño a la salida - ella asiente y se despide de Irin.

Salimos del apartamento y nos subimos al ascensor, Freen no para de mirarme con una sonrisa y eso hace que me sonroje.

Llegamos al estacionamiento y río oyendo las quejas de Sarocha acerca de que estoy muy desabrigada y me voy a resfriar.

-Aquí está mi bebé -Dice señalando su vehículo.

-Lindo auto -Admito asintiendo mientras le sonrío.

-En el ascensor te dije que te ibas a resfriar si salías afuera del hotel -Freen me sonríe, y yo no puedo dejar de hacerlo, no puedo dejar de sonreír.

-Bueno... pero vale la pena -Digo riendo.

-Sí... bueno, me debo de ir, ya es muy tarde -Admite, asiento con la cabeza pero luego recuerdo algo.

-Oye, Freen. En el apartamento... -Digo, ella presta completa atención a lo que voy a decir-. ¿Qué era lo que me querías decir?

Sarocha se acerca sin previo aviso haciendo que mis mejillas queden completamente rojas, se acerca a mi oído y murmura algo que puedo entender perfectamente.

Sonrío al ver como se aleja, se sube a su auto, se pone el cinturón de seguridad y se va.

Comienzo a caminar hacia el hotel, y cuando me subo al ascensor aún tengo una sonrisa recordando sus palabras.

«Te lo dejaré a tu criterio, Becky»

Al llegar al apartamento, abro la puerta y entro, escuchando a Irin murmurar cosas mientras ve algo en su teléfono. Con enfado, deja el móvil encima de la mesita y me mira.

-¿Qué? -Pregunta enojada, la miro y niego con la cabeza.

-Primero, háblame bien, no uses tu enojo contra mí -Digo mirándola seriamente, aunque estoy tranquila, no quiero discutir.

-Lo siento -Susurra mientras mira el teléfono.

Me acerco lentamente, y logro divisar tres llamadas perdidas de Noey.

-Bueno... ahora que estamos solas -Digo mientras me siento a su lado, agarro su teléfono y le muestro las llamadas perdidas-. Me vas a explicar por qué dijiste que Noey es una idiota y despistada.

Aún te recuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora