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Becky

¿Nunca les pasó tener el presentimiento de que algo está a punto de suceder pero no saben qué?

Es como si tuviéramos esa especie de paranoia, la cual no parece irse por más que lo intentemos.

Hoy me siento así.

Entro al instituto junto a mi chica, agarradas de la mano, y casi al instante noto que Heidi nos mira desde su casillero, las ojeras debajo de sus ojos han aumentado, y eso me preocupa, mucho.

—Heidi... —Digo soltando a Freen y caminando hacia ella, la chica me mira pero no dice nada—. ¿Necesitas ayuda en algo?

Heidi niega con la cabeza y se va sin más por el pasillo, dejándome completamente preocupada.

Sí, Heidi fue mala conmigo, me golpeó y también me ocultó el hecho de que conocía a Sam, pero ella fue mi amiga en su momento, y estar así no se lo deseo a nadie.

—Vamos a clase, Becca —Dice Freen sacándome de mis pensamientos, asiento y volvimos a entrelazar nuestras manos.

A penas entramos junto a los demás, nos encontramos al profesor de Matemáticas con unas hojas en la mano, puedo escuchar la maldición que lanza Irin por lo bajo mientras camina hacia su asiento.

—Hoy habrá prueba —Dice, la mayoría bufa, mientras tanto los demás simplemente se mantienen en silencio—. Y es individual esta vez, es solo para saber si están entendiendo los ejercicios que se están mandando, y para darme cuenta si los hacen ustedes o no.

Asentimos en silencio mientras pasa banco por banco entregando las hojas, llega a mí y luego a Sarocha. Sabe que ninguna de las dos nos copiaremos, ya que no es necesario, sé que si bien Matemáticas no me gusta del todo, la materia se me hace verdaderamente fácil porque Freen me ha enseñado cómo hacer los ejercicios.

Me lleva alrededor de cincuenta minutos en terminar mi prueba, mientras a mi tailandesa solo le lleva media hora. Los demás siguen trabajando, por lo cual nos deja usar el teléfono, aunque no podemos hacer ruído.

"Cerebrito" Le escribo por mensaje, no demora en contestarme, y noto que una sonrisa aparece en el rostro de Freen.

"Hola, amor, sí, yo también te extrañé" Es su respuesta, una pequeña risa quiere escapar pero me detengo tratando de mirar hacia otro lado.

"Técnicamente estabamos al lado, así que no veo el por qué extrañarte" Respondo con el ceño alzado, para luego mirarla.

"Pues eso es obvio, estábamos al lado, pero no hablamos, dah" Es el mensaje que me llega.

"Eso es infantil, dah" Respondo.

"Lo dice quien pasa mirando caricaturas todo el día, dah" Escribe Freen

"Bien que te gustan esas caricaturas, dah" Respondo.

Freen me sonríe y se acerca a mi mejilla para darme un beso rápido.

—Como tú —Susurra en mi oído, asiento sonriendo.

"Amo las caricaturas" Escribo, veo que mi novia niega con la cabeza.

"Me refería a que las caricaturas me gustan como tú, arruina momentos" Río por lo bajo al leer aquel mensaje.

"Te amo" Veo la sonrisa que se forma en el rostro de mi novia al leer aquel mensaje.

"Y yo a tí, bebé" Es su respuesta.

La siguiente en entregar fue Noey, y luego Irin. Algo me dice que seremos las notas más altas de la clase, como es costumbre en esta materia.

Termina la hora de clases de Matemáticas y el primer recreo del día llega. Sigo teniendo esa extraña sensación de que algo anda mal, pero no le presto atención.

Caminamos junto a Freen por el pasillo hasta llegar a mi casillero, comienzo a cambiar mis cuadernos como es costumbre y Freen camina hacia el de ella.

Veo a Heidi caminando un tanto extraño a lo lejos, como que se tambalea.

La chica, se agarra de uno de los casilleros, me mira e intenta decir algo, pero cae al suelo completamente desmayada.

Corro hacia ella con Freen detrás de mí, y en cuestión de segundos una ronda se forma alrededor de nosotras.

—Heidi —Digo intentando reanimarla moviendo su cabeza, aunque no hay resultados.

La doctora del instituto, que también es mi doctor del hospital, no demora en llegar. Mhee aparece junto a un chico del instituto, y ambos levantan a Heidi del suelo con mucho cuidado para llevarla a la clínica del instituto.

Camino detrás de ellos porque verdaderamente me encuentro nerviosa por la chica, y veo como Sarocha cierra mi casillero, que minutos atrás había dejado abierto.

Corro hacia la clínica y media hora después deciden abrir la puerta. Falté a clase de Tailandes al igual que Freen, y la chica me asegura que no me preocupe por ello, que luego le pedirá los apuntes a Irin o Noey y ella misma se encargará de explicarme lo que se dictó en la clase.

—Bueno, Heidi acaba de despertar hace unos minutos, le recomendamos reposo —Dice mirándome—. Sé sobre la pelea de ustedes dos, y no sé si ya arreglaron sus diferencias, pero creo que lo que más necesita Heidi en este momento es un amigo.

—¿Usted sabe algo? —Pregunto, Mhee suspira.

—No, pero estoy segura que es algo lo bastante serio como para no haberla dejado dormir. Está estresada también, y necesita descansar, ya que por lo visto no lo ha hecho por unos cuantos días —Explica, Freen y yo asentimos.

Lo que no está dejando dormir a Heidi es el hecho de que Samanun no está, la extraña demasiado. Lo sé por la otra vez, cuando me acerqué a ella y me dijo que la extrañaba.

Pero... ¿Hay algo más? ¿Acaso es algo aún más grave que aquello lo que no deja dormir a la chica?

Me siento confundida, siento que hay muchas cosas por saber. Es como si supiéramos algo nuevo, pero a eso se le agrega algo más.

Y casi todo gira en torno a Samanun

Es increíble como han pasado ya casi tres años y aún su muerte sigue presente, es como si estuviera allí para recordarnos lo que pasó.

Sam, todos te extrañamos, verdaderamente lo hacemos. Las personas que no te conocieron, saben perfectamente la grandiosa persona que fuiste, porque todos contamos lo que vivimos junto a tí, cómo tú nos hiciste felices.

Tú no merecías irte tan temprano de este mundo, debías continuar tu vida y demostrar a todos de lo que eras capaz.

Eras un ángel al cual se le devolvieron las alas para regresar a su hogar. Solo espero que allí puedas alegrar a tantas personas como lo hiciste aquí.

Aún te recuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora