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Freen

Los recuerdos de lo que pasó horas antes van reproduciéndose, logrando que una sonrisa aparezca en mi rostro.

Abro los ojos y me doy cuenta que Bec ya no se encuentra en la cama, por lo cual alzo el ceño. Aún estoy completamente desnuda, me pongo mi ropa interior antes de salir de la habitación y caminar hacia la sala.

Escucho primero la voz de mi novia, y luego la de Irin. Me doy media vuelta y camino hacia mi habitación, para agarrar ropa e ir al baño.

Comienzo a ducharme mientras la sonrisa en mi rostro vuelve a aparecer. Se sintió realmente bien estar así con ella, sin mencionar que ya me he vuelto adicta a sus labios, y no precisamente los de su hermosa carita.

Luego de bañarme y vestirme con una camisa negra, un jean y unos zapatos, ahora sí decido ir a la sala, encontrándome primero con Noey, quien me abraza a penas me ve.

—Amiga, ¿Estás bien? —Pregunta, el robo aparece delante de mí por unos segundos, pero ignoro aquello.

—Sí, yo... estoy bien —Respondo, y una sonrisa aparece cuando miro a Becky, quien se sonroja al instante.

—¿Segura? ¿No necesitas nada? —Pregunta Noey terminando el abrazo y mirándome con el ceño alzado.

—Lo juro, Noey, estoy bien —Digo, y justo cuando la chica va a agregar algo el timbre suena.

Camino hacia la puerta y la abro, encontrándome con Heng, quién me sonríe y me abraza.

—Que bueno que estés bien, Sarocha —Dice, y luego se encamina hacia mi novia, quien está en el sillón, para abrazarla a ella también.

Comenzamos a hablarle a los tres a cerca del robo, Rebecca cuenta lo que ella vivió, y cuando termina todos me miran a mí, expectantes para que cuente lo que sucedió cuando Bec tenía los ojos cerrados.

Veo que mi inglesa cierra los ojos y trago saliva, agachando mirada. Los hombres enmascarados caminan por el supermercado, mientras algunos agarran el dinero de la caja.

La ojiambar abre los ojos cuando le toco la mano, y miro hacia todos lados lentamente con nerviosismo.

Mi corazón está acelerado, y no noto el momento en el cual Becky se aleja de mí.

Estoy a punto de frenarla cuando uno de los ladrones la toma del cabello y la tira hacia donde me encuentro yo. La ira y la impotencia crece cada vez más, y siento que en cualquier momento me le tiraré encima.

Detrás de ellos, una de las empleadas presiona un botón, la miro y ella simplemente vuelve a la pared, al lugar en el cual se encontraba antes, como si nada hubiera pasado.

Mi mirada va hacia la del hombre, y siento que estoy a punto de estallar. Nadie toca a mí Becky de aquella manera.

—¿A dónde crees que ibas, niñita? —Pregunta con rabia, y siento como el enojo va creciendo en mi interior.

Noto que le apunta a Bec con un arma, y que mi chica está llorando, no puedo verla así. Esto debe de parar.

—No te mato porque yo no soy asesino, pero lamentablemente para ti, mi amigo sí lo es —Abro los ojos a la par al escucharlo decir aquello, y noto como otro de los ladrones se acerca con una sonrisa hacia nosotras, apuntando el arma a Becky.

No lo dudo dos veces y hago lo que creo que es mejor.

Me muevo velozmente, poniéndome delante de mi novia, noto que la castaña cierra los ojos, el hombre está a punto de disparar.

—¡No! —Grito, y casi al instante escucho un disparo.

La primera bala impacta contra la cabeza de uno de los ladrones, y siento mi corazón acelerarse cada vez más. Me acuesto en el suelo y la castaña también lo hace, tapándose los oídos. Oigo el cuerpo caer cerca de nosotras y luego más disparos.

Pasan unos segundos, o minutos, ya no sé, hasta que por fin oigo que todo cesa. Veo a la policía entrar a lugar, y mi mirada va hacia la de mi Nong, procurando ver qué no tenga ninguna herida.

—Amor, todo terminó —Susurro para que abra los ojos, cuando lo hace siento alivio por lo cual sonrío.

Rebecca mira hacia los policías, y luego hacia el cuerpo, por lo cual hago que toda su atención vaya hacia mí.

Con las manos temblorosas toco su rostro, aún sonriendo con nerviosismo.

—Ya está bebé, ya está —Susurro antes de abrazarla y notar como unas cuantas lágrimas comienzan a caer de mis mejillas.

¿Eso quiere decir que estuvimos salvadas gracias a la empleada que me miró a mí? —Pregunta Becky, y asiento.

—Eso creo, ella apretó el botón para llamar a la policía, tuvimos suerte de que estén cerca del lugar —Admito.

Noto que Irin me mira, y luego a Rebecca en silencio, antes de golpearle levemente la nuca a la ojiambar,

—Idiota, mira si te hacían algo —Dice Irin, y Heng comienza a reír desde el sillón.

—Otro más para que aprenda —Agrega Noey y hace exactamente lo mismo, Becky ríe y luego las mira mal.

—Irin ¿Noey sigue durmiendo demasiado? —Pregunta la inglesa, y sé la intención de su pregunta.

—Eso es obvio, si lo único que hace es dormir la idiota —Dice Irin, y Noey abre la boca impresionada.

—¿Con esa boquita dices mamá y papá? Comelona —Responde mi mejor amiga, y ahí comienzan a discutir como siempre lo hacen.

Nadie más habla del robo, y lo agradezco sinceramente. El resto del día nos la pasamos mirando películas, comiendo pizza, y al llegar la noche y todos irse a sus casas, nos quedamos solamente Becky y yo.

—Bebé... —Dice abriendo los ojos a la par, alzo el ceño.

—¿Qué pasa? —Pregunto.

—Mañana tenemos la prueba de Tailandes —Habla haciendo puchero, para luego suspirar frustrada.

—¿Quieres que te ayude con lo que no entiendes? —Pregunto sonriendo, ella asiente—. Pues comencemos con las clases privadas nocturnas con la profesora Chankimha.

Con Becky nos sentamos en el sillón y comienzo a explicarle las cosas que no entiende. Según sé la prueba será escrita, y no oral, por lo cual simplemente la ayudo a escribir algunas palabras, hago una especie de prueba con los temas que dimos, y al terminarla le sonrío.

—Ocho de diez, no está nada mal —Digo sonriendo, ella salta emocionada encima de mí dejando besos en todo mi rostro.

—Gracias por ayudarme, Freen —Dice, y por alguna razón siento que no solo se refiere a esto, por lo cual sonrío, se siente bien.

—De nada, Bec —Respondo, y luego miro el reloj en la pared, que marca la 1 am—. Creo que nos quedamos hasta muy tarde estudiando.

—Ups —Susurra la más baja, y río.

Aún te recuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora