09

1.8K 217 4
                                    

Cuatro días.

Han pasado exactamente cuatro días desde la última vez que Becky vino al instituto, y me siento completamente mal porque no lo está haciendo.

Sé que conoció a Sam, y tal vez fue muy impactante para ella que me parezca tanto.

Irin sí a venido, y ha hablado bastante con Noey, tanto que ahora siento que estoy sola, porque mi amiga se la pasa por todo el instituto con aquella chica.

Suspiro mirando la silla a mi lado, se siente tan vacía sin ella.

No tengo idea de por qué estoy extrañando tanto a una chica que apenas conozco. Sin embargo, sigo sintiendo que hay algo que me une a ella.

¿Sam? Tal vez.

Mi teléfono vuelve a vibrar y en la pantalla aparece un mensaje de Heidi, para mi suerte tengo los vistos desactivados, así que si no contesto ahora no habrá problemas.

La clase de Matemáticas se hace extensa, hasta que al profesor que por cierto parece que le gustan los trabajos en equipo, decide mandar uno.

Mi primera opción fue hacerlo con Noey, pero al ver que le está insistiendo a Irin para hacerlo con ella decido ignorar aquella idea.

-Chankimha, ¿Con quién harás tu trabajo? Recuerda que tienes hasta el lunes para entregarlo -Se acerca el profesor a mí, suspiro y digo lo primero que pienso.

-Lo haré con Armstron -Respondo, él asiente mientras sonríe.

-Estoy seguro que lo harán bien, la última vez fueron las primeras en entregar y el ejercicio estuvo impecable -Dice yéndose a preguntarle a los demás.

Ahora tenía una excusa para ir a ver a Rebecca, y preguntarle qué le sucedía.

La clase de Matemáticas termina a penas el profesor logra anotar en su libreta todos los grupos de dos personas, y agarrar sus cosas para irse.

Camino por el pasillo y veo como Irin se aleja de Noey para ir hacia su casillero, así que es mi momento de ponerme en acción.

Camino hacia Noey y le susurro:

-Necesito que me averigües dónde vive Becky -Digo, ella alza el ceño.

-¿Para qué? -Pregunta.

-Necesito hacer el trabajo de Matemáticas con ella -Es mi respuesta, Noey ríe.

-Conmigo no vengas con esas excusas, Sarocha -Es lo único que dice, ya que Irin no demora en volver.

-Hola -Saludo a la chica, ella simplemente me sonríe y también me saluda, ¿También habrá conocido a Sam? Por su nerviosismo supongo que sí.

-Ho-la -Tartamudea, Noey también parecen notarlo, por lo cual me mira alzando el ceño, suspiro.

-Necesito tu ayuda, Irin - Digo, ella asiente.

-¿Qué necesitas? -Espero un momento para encontrar las palabras correctas y respondo.

-Tengo que hacer el trabajo en grupo con Becky, y ella ha estado faltando, ¿Podrías... no sé, pasarme la dirección de donde vive, o algo parecido? -Pregunto, ella duda un poco, me doy cuenta por su mirada.

-Vive conmigo - Responde, puedo escuchar que Noey comienza a toser.

-Oh -Digo, se genera un ambiente incómodo entre las tres hasta que Irin decide agregar algo bastante importante.

-No sean mal pensadas, somos amigas, vivimos en el mismo apartamento desde hace mucho -Es su respuesta, asiento.

-Entonces... podrías... -Pregunto, ella suspira y mira al suelo.

-No lo sé, Becky no ha estado bien estos últimos días -Responde, y siento un dolor en mi pecho, lo suponía.

-Está bien... -Susurro, pero antes de que me de media vuelta Irin vuelve a agregar algo.

-Mejor sí te lo paso, yo iré a la casa de Noey a hacer el trabajo de Matemáticas, y no me gustaría que Bec pasara mucho más tiempo sola -Una sonrisa aparece en mi rostro.

-Perfecto.

Suspiro estando en el vehículo, la casa de Becky no queda tan lejos como la mía del instituto, pero eso solo me hace poner más nerviosa, ya que cada vez estoy más cerca de encontrarme con ella.

Leí el mensaje de Heidi antes de subirme al vehículo y era una invitación para salir, pero no la acepté.

¿Qué estoy haciendo?

¿Por qué no puedo simplemente salir con mi novia?

¿Por qué pienso todo el tiempo en Rebecca?

Espero que simplemente la respuesta a esas preguntas tenga que ver con el trabajo de Matemáticas, aunque sé que simplemente lo estoy usando como excusa.

Dejo el vehículo en el estacionamiento que hay al costado del hotel, y suspiro cerrando los ojos y golpeando levemente mi cabeza contra el volante.

-Armstrong, ¿por qué no te puedo sacar de mi cabeza? -Pregunto en voz alta, aunque nadie responde.

Salgo del vehículo, pero antes me miro en el retrovisor: mi cabello negro se encuentra un tanto alocado, pero debo admitir que se me ve bien. No tengo muchas ojeras para mi suerte.

Me veo bien, creo.

Cierro la puerta del vehículo y camino hacia el hotel, un hombre me pregunta hacia dónde me dirijo y le muestro que Irin, la dueña de una de las habitaciones, me dejó entrar a la suya, ya que le muestro las llaves.

Al llegar al piso de Becky, luego de haber salido del ascensor, camino hacia la puerta que tiene el mismo número que la llave. Sonrío nerviosamente al encontrarla.

No abriría así sin más, golpearía la puerta.

Antes de tocar, siento un escalofrío recorrerme mi cuerpo, me encuentro demasiada nerviosa, y solo por verla a ella.

Trago saliva, reuno fuerzas, y golpeo levemente la puerta.

No demora mucho en abrirse, y logro divisar a la ojimiel vestida con una remera blanca, y un short corto de color azul oscuro.

-Irin, otra vez te olvidaste de... -Dice teniendo la mirada en el suelo, pero al levantarla y verme a mí abre los ojos a la par-. Oh.

-Hola, Rebecca -Digo notando que sus ojos se encuentran cristalizados, pero no por mí, ha estado llorando antes. Además, tiene ojeras bastante notorias, por lo cual sé que no ha dormido bien.

¿Qué te sucede Becky?

-¿Puedo pasar? -Pregunto, ella tartamudea un poco y decide asentir.

-S-sí -Dice moviéndose al lado de la puerta, permitiéndome el paso.

Aún te recuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora