53

1.2K 129 4
                                    


Becky

—Sonríe —Digo antes de captar aquel momento con una foto.

Observo la foto mientras río, Samanun había salido verdaderamente linda. La chica con el cabello negra me mira aún sonriendo.

—Extrañaba que vinieras a mi casa —Admite, le sonrío.

—Yo también extrañaba venir aquí —Es mi respuesta.

Me gusta Sam, mucho a decir verdad. Ella siempre está ahí cuando la necesito, pero sé que siempre me querrá como una mejor amiga.

—La subiré a facebook —Dijo sonriendo, ella asiente.

Luego de subir la imagen, junto a la chica caminamos hacia su habitación. Al llegar, enciende la consola de videojuegos, y nos sentamos en su cama para comenzar a jugar.

Estamos aproximadamente treinta minutos así, hasta que Sam pone pausa.

—Voy a buscar algo para tomar —Dice, asiento y la veo salir de la habitación.

Pasan unos minutos y Sam no aparece, decido salir de la habitación y bajar las escaleras para dirigirme a la cocina.

Antes de llegar del todo, escucho que algo se cae y se rompe, mi corazón se acelera mientras entro para ver qué sucede.

Lo primero que veo es una jarra de cristal hecha trizas en el suelo, muchos pedazos de vidrio se encuentran esparcidos y agradezco el hecho de traer zapatos.

Miro a Sam, y noto que está llorando en el suelo.

—¿Qué pasó? —Pregunto acercándome a ella con cuidado—. Sami, levántate, si te quedas aquí te vas a poder cortar.

—No puedo, estoy mareada —Dice, asiento confundida mientras agarro el recogedor y la escoba para limpiar el desastre.

Luego de ver que ya no hay más vidrios, toda mi atención va hacia mi mejor amiga. Alzo el ceño notando que continúa llorando.

—¿Qué pasó? —Vuelvo a preguntar, ella está como atrapada en sus pensamientos, por lo cual no me presta atención—. Sam, háblame.

—S-sin querer tiré la jarra —Admite un tanto insegura—. Fue culpa de un mareo, solo eso.

—Sam pero tú... —Digo mirándola directamente a sus ojos que se encuentran cristalizados.

—Estoy rota, Rebecca —Admite con la voz quebrada.

—Samanun, ¿a qué te refieres? —Pregunto tratando de mantener la calma.

—No puedo decírtelo, lo siento. Solo... me siento así, estoy así —Dice entre lágrimas.

Me quedo mirándola, muda, sin saber exactamente qué decir. Estoy rota, por alguna extraña razón, sé que aquellas palabras me marcaron.

Debo descubrir qué le sucede a Samanun, por qué se siente así.

—¿Me puedes ayudar a ir a mi cuarto? Por favor —Pide, asiento mientras la ayudo a levantarse y luego a caminar.

Llegamos a su habitación y suspiro cansada, si bien Sam pudo caminar, debo admitir que el hecho de que haya puesto peso en mi hombro me cansó, ya que ella es mucho más fuerte y pesada que yo.

—Becca, te molesta si... —Alzo el ceño al notar que no termina la oración—. Quiero estar sola.

Asiento y la dejo unos segundos parada, hasta que lo veo tambalearse y caer al suelo.

Mi corazón se acelera mientras la ayudo a levantarse y acostarse en su cama.

—Sam, ¿qué te sucede? —Pregunto con la voz quebrada, tengo miedo.

—Vete, Armstrong. Quiero estar sola —Pide, pero no puedo dejarla.

—No, Sam, tú... —Intento decir, pero no me deja continuar.

—¡Vete! —Pide entre gritos, aún con las lágrimas en sus ojos—. ¡Fuera de aquí!

Siento una puntada en el corazón, y mis ojos se llenan de lágrimas.

—Pero tú te puedes desmayar —Digo, y ella niega.

—Por favor, Rebecca, vete de aquí —Pide, siento como un nudo se forma en mi garganta.

Salgo de la habitación asintiendo y casi al instante escucho la puerta de la misma cerrarse con fuerza. Las lágrimas caen de mis ojos mientras bajo la escalera a gran velocidad.

Ya afuera, no me fijo si cerré bien o no la puerta principal, no quiero mirar más hacia aquella casa.

¿Qué la sucede a Samanun? Es lo que me pregunto, sin duda alguna debe ser algo grave.

Camino hacia la parada del bus, y casi al instante el mismo llega. Ya arriba, pago el boleto y me siento entre los últimos lugares del mismo.

Por la ventana, puedo notar que un auto frena enfrente de la casa de Sam, alzo el ceño esperando a ver de quién se trata, pero el autobús ya se puso en marcha y nos alejamos de aquel lugar.

Suspiro y miro a la tailandesa, ella me sonríe, y le devuelvo aquel gesto con una pequeña sonrisa.

—En serio me deprime verte triste —Admite, y vuelvo a suspirar.

—Lo siento —Respondo en forma de susurro.

—No pidas perdón por eso, Bec. Yo te alegraré, te lo aseguro —Dice, y vuelvo a sonreír un poco.

Le presto atención a la clase de Música, el profesor se encuentra mirándonos a todos atentos mientras toca el piano.

Al terminar, toda la clase aplaude, y veo como Freen se levanta de su asiento y camina hacia el profesor, para pedirle algo que no logro entender. El profesor asiente con una sonrisa tomando un USB para conectarlo a una de las bocinas del salón, veo a mi tailandesa acercarse a mí con una mirada traviesa y un micrófono.

Noto como pasamos a ser el centro de atención en cuestión de segundos, y mis mejillas se vuelven coloradas.

Canta Freen, escucho como las chicas de la clase comienzan a susurrar entre ellas con una sonrisa en sus rostros—.

Toda la clase mira maravillada la actuación de mi pelinegra, una gran sonrisa aparece en mi rostro, y toda mi atención está en mi Freen.

Cuando termina la canción, no hago más que levantarme de mi asiento y dejar un beso en sus labios, logrando que muchas personas digan «Aww».

—Te amo Freenky, gracias —Susurro solo para nosotras, ella me sonríe.

—No tienes nada que agradecer bebé, yo también te amo y esta canción la he escrito para ti, es lo que me has hecho sentir y lo que yo te quiero expresar, y aunque ya seas mi novia, te lo pediría mil veces más para que siempre estés conmigo—Responde.



3/3


¡¡¡Feliz Año Nuevo!!!

Gracias por seguir leyendo la historia y espero les este gustando 

Ya estamos en la recta final y ha sido un completo gusto hacer esta adaptación para todos ustedes.

Loanix Fuera <3

Aún te recuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora