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Becky

Freen me hace sonreír.

Hacía mucho tiempo que no me sentía así, sentir esa emoción de esperar al día siguiente. Últimamente, lo único que he estado sintiendo son ganas de que todo acabe.

Pero gracias a ella, esa idea cambió.

Cierro los ojos aún con la sonrisa en mi rostro y recuerdo cómo me invitó a salir. Será una salida de amigas, sé que no debo emocionarme de esa manera, porque ella es novia de Heidi, pero hay algo que me hace emocionarme de aquella manera.

Y ese algo, simplemente es verla.

Conseguí el número de Sarocha gracias a Irin, porque según tengo entendido mi mejor amiga intercambió contactos con ella por si me llegaba a pasar algo mientras ella no estaba.

Irin suele cuidarme mucho, y estoy agradecida con ella por eso.

No entiendo cómo Noey pudo comportarse así, pero tampoco la llegué a conocer mucho que digamos. Solo espero que Irin ahora le demuestre de quién se perdió.

Lentamente, me voy durmiendo, sintiendo mis párpados más pesados, y mi cuerpo más relajado.


Abro los ojos sintiendo una alegría inmensa recorriendo mi cuerpo. Hoy será el día que veré a Freen.

Suena ilógico, hace menos de dos días lo que menos quería era cruzármela, por miedo a tener otro ataque de pánico si eso ocurría, pero ahora ya me siento más confiada, y tengo muchas ganas de volverla a ver.

Agarro mi teléfono, y veo que Heidi subió un nuevo estado de whatsapp, dudo si abrirlo, pero al hacerlo me encuentro una imagen de ella con Sarocha, dándose un beso.

Siento una punzada en el pecho, pero trato de ignorarlo y antes de cambiar de estado, logro ver que debajo aparece un «Te extraño, bebé»

¿Sarocha y Heidi están distanciadas? No lo creo, digo... la otra vez la pelinegra estaba recibiendo mensajes de su novia.

Me levanto de la cama y camino hacia el armario, para escoger la vestimenta que utilizaría e ir al baño a tomar una ducha.

Al salir, me miro en el espejo de la habitación, estoy con una camisa negra con estampado, un vaquero, y unos zapatos blancos.

La idea era pasar todo el día junto a Sarocha, por eso mismo me levanté temprano.

Al llegar a la sala, me encuentro con Irin, quien está comiendo helado mientras mira la televisión.

—Irin, hoy salgo —Le digo mientras me encamino hacia la cocina, ella da media vuelta en el sillón y me mira.

—¿Con? —Pregunta alargando la "o".

—Sarocha—Respondo, Irin al comienzo parece sorprendida, pero luego una sonrisa aparece en su rostro.

—Me alegra que ayer ya se te haya ido el miedo a verla —Admite, luego se da media vuelta y continua mirando la televisión.

Sé que está mal, lo puedo notar en sus ojos. Aunque sonría, sé que Irin está triste, y eso de cierto modo también me pone triste a mí.

En la cocina, le escribo a Heng, preguntándole si le puede venir a hacer compañía a Irin, ya que yo saldría, y se encuentra algo triste. Heng no demoró en responder con un simple «Sí».

Me preparo el desayuno, y al terminarlo simplemente me cepillo los dientes, y salgo del apartamento, con la mirada de Irin aún perdida en la televisión.

Caminando por la entrada del hotel me encuentro a Heng, quien no dura en sonreírme.

—Es raro verte salir de casa, pórtate bien —Dice aún con una sonrisa, asiento.

—Y tú cuida bien de Irin —Respondo dejándolo de mirar, pero aún con la sonrisa en mi rostro.

Sin más decir, camino por la vereda, y hago señas para que un taxi pare. Al hacerlo, me subo en la parte trasera y le digo la dirección al hombre.

Con Freen decidimos que lo mejor sería comenzar el día tranquilo, por lo cual simplemente nos veríamos en una cafetería que quedaba a unas cuadras del instituto.

El viaje se hace un tanto largo, aunque en realidad vivo cerca, pero con los nervios que tengo el tiempo parece pasar cada vez más lento.

Al llegar, bajo del taxi y suspiro, mientras camino hacia la cafetería del lugar.

Entro, y busco su rostro en alguna de las mesas, pero no lo encuentro, así que simplemente me dispongo a ir a uno de los lugares disponibles y sentarme allí a esperar.

Mi teléfono vibra, por lo cual lo saco de mi bolsillo y veo que es un mensaje de ella.

«Estoy en camino, ¿y tú?»

Observo la hora y había llegado mucho más temprano de lo acordado.

«Yo también estoy en camino, Sar»

Sonrío y miro por la ventana del lugar. Un mesero se me acerca a preguntarme si quiero algo, y casi al instante logro reconocerlo, Saint.

—Hola, niña. ¿Llevarás algo? —Pregunta, lo miro detalladamente y llego a una conclusión.

Irin es mucho más bonita que el.

—Em... no, estoy esperando a una amiga—Respondo, veo como toca su cabello mientras asiente, se da la media vuelta, y se encamina hacia otra mesa.

Definitivamente, Irin es mucho más bonita.

Atrapada en mis pensamientos, me mantengo esperando a que Sarocha llegue mientras miro notificaciones de mi instagram.

Leo un comentario de una famosa hacia otra que dice que se quieren como hermanitas, y río. ¿Por qué ocultan lo inocultable? Ya todo el fandom sabe que están juntos, hasta sus familias los juntan y una amiga de ellos es capitana de todo el barco.

Sin previo aviso, escucho como suena la campana de la puerta, avisando que alguien entro. Lentamente voy girando mi cabeza hacia allí, y la veo.

Está buscándome con la mirada, y cuando se da cuenta en dónde me encuentro me sonríe.

Trae puesto una remera blanca, junto a una chaqueta negra, los zapatos, y un vaquero también negro.

Sarocha es increíblemente atractiva.

Mientras se acerca, siento mi corazón acelerarse, y cuando deja un beso en mi mejilla, siento las mismas arder.

Freen se sienta en su lugar, frente al mío, y me sonríe.

—Hola, Becbec—Saluda, aún con la sonrisa en mi rostro respondo en cuestión de segundos.

—Hola, Sar.

Aún te recuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora