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Freen

No hubo alarma alguna.

Tenía miedo de dormirme y que algo malo le pasara a mi novia. Cuando noté que su alarma sonó hice como si estuviera dormida, pero en realidad no lo estaba.

La ojiambar para mi buena suerte no llegó a sospechar nada, ni notar como las ojeras debajo de mis ojos se están haciendo más visibles.

Observo al profesor de Matemáticas mirarnos a todos fijamente mientras saca unas hojas de su maleta. Oigo muchas personas bufar, mientras otras simplemente tapan sus rostros nerviosos.

Mi mirada va hacia la de la inglesa, y noto que se está mordiendo el labio con nerviosismo, alzo el ceño.

—¿Crees que te fue mal? —Pregunto, y ella niega aún mirando al frente.

—No, es solo que esto de entregar las notas de las pruebas me pone nerviosa —Dice, le sonrío.

—Estoy segura que te fue bien, bebé —Aseguro tratando de calmarla.

—Seguro que a tí también, diccionario —Río por lo bajo al escucharla decir aquello.

El profesor comienza por Irin, y la chica mira emocionada hacia todos lados al darse cuenta de su nota. Le fue bien, al igual que Noey, quién no para de sonreír.

Al llegar a nosotras, me entrega mi nota y sonrío encontrándome con un 11/12, ya que me equivoqué en un signo por despistada. Cuando se le entrega la nota a la castaña, ella me mira sorprendida, y una sonrisa aparece en su rostro.

—Doce de doce —Dice mostrándome, y no hago más que sonreír.

Ver a Becky feliz sin duda alguna es de las mejores cosas que pueden existir en este mundo, o al menos para mí.

Comenzamos la corrección de la prueba, al parecer tanto Irin como Noey obtuvieron un diez quedando así como la tercera nota más alta de la clase, luego en segundo lugar yo, y después en el primero mi novia.

Becky se encuentra feliz, sonriente, al parecer no se esperaba para nada ser la nota más alta de la clase.

—Te superé, diccionario —Dice contenta, río por debajo.

—Me parece perfecto, wikipedia —Respondo logrando que también ría.

¿Nunca les pasó que les encanta todo de una persona? Que literalmente escuchan reír a la misma y sienten sus corazones acelerados, porque eso me pasa con Bec, y sin duda alguna lo siento algo verdaderamente mágico que no quiero que acabe nunca.

La clase de Matemáticas termina a penas logramos hacer toda la corrección. Las cuatro del grupo de siempre caminamos hacia el comedor, ya que al parecer Irin y Noey no han desayunado.

Ambas chicas, se sientan con una taza llena de café en una de las mesas, mientras Becky y yo estamos enfrente de ambas, mirando las notificaciones de nuestros teléfonos.

La ojiambar sonríe al ver una publicación de Heng en IG, en la cual se encuentra con Nam.

—Hacen una hermosa pareja —Dice mientras le da like, asiento.

—Verdaderamente sí, aunque la nuestra es mejor —Respondo, Irin abre la boca con sorpresa.

—¿Disculpa? —Dice.

—Disculpada —Responde Bec mirándola con una sonrisa.

—Nosotras somos la mejor pareja —Argumenta Noey, escucho la carcajada de mi novia y noto como Irin la mira mal.

—No le llega ni a los talones a Freenbecky —Ataco mirando a ambas chicas.

—Seguro... —Dice Irin con sarcasmo.

Las cuatro quedamos en silencio mirándonos con seriedad, hasta que de un momento a otro nos encontramos riéndonos. Seguro las personas que pasan por al lado nuestro piensen que estamos locas, pero solo somos cuatro personas riéndonos.

Bec sigue revisando su IG mientras yo me encuentro en twitter, Irin y Noey desayunan hablando entre ellas.

Mi novia deja su teléfono encima de la mesa pero el mismo no dura en sonar, ella suspira mirando la notificación que le llegó.

La sonrisa de Rebecca no demora en desaparecer, logrando que la preocupación en mi rostro aparezca. Miro a la chica con el ceño alzado y veo como por unos segundos parece no respirar, simplemente se mantiene en silencio mirando su teléfono.

Mi mirada va hacia el mismo y me doy cuenta que es uno de esos recuerdos de Facebook, en el mismo se encuentran ella y Sam sonriendo en la casa de la chica.

—Ese día me dijo que estaba rota —Admite en forma de susurro, noto que sus ojos están un poco cristalizados, por lo cual simplemente tomo su mano.

—Lo entiendo, bebé —Admito, miro la fecha y mi corazón se acelera.

Rebecca se enteró de aquello de Sam el mismo día que yo, eso quiere decir que estuvimos en la casa de mi prima el mismo día, pero ninguna de las dos se encontró con la otra.

Noto como el humor de Rebecca cambia, ya no sonríe, se encuentra atrapada en sus pensamientos. Irin me mira muchas veces pidiendo ayuda para animar a la chica, y aunque lo intentamos, simplemente le sacamos una sonrisa por unos segundos.

—¿Te parece tener una cita luego de salir de clases? —Pregunto, y ella simplemente asiente mostrando una pequeña sonrisa.

De verdad, me da pena que Becky haya tenido que pasar por aquella situación traumática, ya que la misma la marcó.

Todos en alguna parte de nuestras vidas tenemos algo que nos cambia, algo que nos vuelve distintos, ya sea bueno o malo. Lamentablemente, las malas son las que más te marcan, y forman cicatrices, de esas que no son visibles para las personas.

Cicatrices que solo nosotros sabemos que están, de esas que están en nuestro interior, en nuestro corazón.

Igualmente, muchas veces, cuando ya las heridas sanan, nos volvemos más fuertes, hasta que volvemos a caer.

Muchas personas, lamentablemente, caen y no logran levantarse. No dejaré que eso le pase a mi chica, ella caerá muchas veces, sí, pero en todas esas veces estaré yo para darle una mano y decirle «Estoy aquí»


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Aún te recuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora