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Freen

Mejorar.

Esa es la palabra que actualmente ronda mi vida, quiero que Becky mejore, y siento que lo está haciendo. Tal vez muchas veces no se da cuenta de aquello, pero sí lo hace.

Cierro los ojos esperando a que la inglesa regrese, aunque demora en hacerlo. Un recuerdo aparece en mi mente.

Freno mi vehículo enfrente de la casa de Sam sonriendo. Extrañaba mucho volver a ese lugar, y ahora que estoy enfrente, me siento como en casa.

Salgo del auto y camino hacia la entrada, la puerta se encuentra entreabierta, por lo cual alzo el ceño.

Entro, y la cierro.

-¿Sam? ¿Tía? -Pregunto mirando hacia la escalera que guía a las habitaciones del segundo piso.

Oigo ruído allí, por lo cual aún con el ceño alzado, subo.

Puedo escuchar el llanto de alguien, y en cuestión de segundos lo reconozco.

Camino hacia la habitación de Sam y puedo ver como la puerta de la misma se encuentra cerrada.

-¿Samanun? -Pregunto, del otro lado se escucha un sollozo.

-¿Sarocha? Vete, por favor -Pide, aunque no lo haré.

- Sam, prima ¿qué sucede? -Pregunto, ella demora en contestar.

La puerta de la habitación se abre y puedo notar como las lágrimas caen por sus ojos. A penas me ve me abraza, como si se sintiera segura si lo hiciera.

Alzo el ceño confundida, y la veo separarse antes de sentarse en la cama.

-Tuve una pelea con una amiga -Admite-. Solo eso.

-¿Quieres hablar de aquello? -Pregunto, y ella niega-. ¿Segura?

-Sí, estoy segura -Responde, aunque su rostro no dice lo mismo-. Es que solo... me siento mal, estoy rota, Sarocha.

-¿Por qué dices eso? -Pregunto, Samanun demora en contestar.

-Por todo, mi vida es una mierda. Las únicas noticias que estoy recibiendo últimamente son negativas, malas, y me hacen daño -Admite llorando nuevamente, me acerco y la vuelvo a abrazar.

-¿Qué son esas cosas? -Pregunto con la voz calmada.

-No puedo decirlo, lo siento -Responde.

Escucho que la puerta del auto se abre y mi mirada va hacia la misma. Becky suspira exhausta, y me mira.

-Está verdaderamente mal -Admite-. Extraña mucho a Sam, tanto que está hundida en depresión.

Asiento en silencio, sin saber qué decir en realidad.

-Debo ayudarla –Agrega.

-BecBec, tú la ayudarás, estoy segura de eso, pero... ¿tú te sientes preparada para ayudar a alguien más? -Pregunto, porque es la realidad, necesito saber si la castaña se siente del todo bien, porque ayudar a alguien implica saber los problemas de la otra persona, y de aquella manera tarde o temprano te terminan afectando.

-Sí, eso creo -Admite, se pone el cinturón y pongo en marcha el vehículo.

Nos mantenemos escuchando las canciones que se reproducen en la radio en silencio. Ninguna de las dos habla, hasta que decido que eso debe parar.

-¿Qué haremos para que Heidi esté bien? -Pregunto, Becky deja de mirar la ventana y su mirada va hacia mí.

-Demostrarle que no está sola en este mundo, porque nadie lo está. Las personas muchas veces creemos que estamos en la oscuridad absoluta, que caminamos a oscuras, y que cada paso que daremos no nos llevará a ningún lugar. Pero siempre hay una luz, tal vez muchas veces no la veamos, pero está ahí, mostrando un camino -Admite la inglesa, asiento mientras sonrío.

-Eso es muy lindo y cierto, bebé -Respondo, ella asiente.

-Yo pude ver ese camino gracias a tí, Freenky -Dice, y mi sonrisa aumenta.

- Bec, yo no te ayudé a verlo, te mostré que podías caminar sobre él. El camino siempre estuvo, y tú podías verlo, pero tenías miedo de hacerlo -Admito, ella suspira.

-Tienes razón.

El teléfono de Rebecca vibra y mi novia contesta casi al instante la videollamada. Irin se encuentra en su apartamento junto a Noey por lo que pude ver cuando el semáforo estaba en rojo y el auto frenado.

-¡Hola! -Grita Irin.

-Ustedes dos pasan muy poco tiempo sin hablarnos -Admite Becky, asiento mientras río.

-Bueno, si les encanta nuestra presencia -Responde Irin, logrando que mi novia suelte una carcajada-. Tengo hambre.

-Y yo sueño -Admite Noey bufando.

-Tú siempre tienes sueño -Admite Irin, no necesito ver a Rebecca para saber que está conteniendo la risa, siempre es la misma discusión.

-Y tú siempre tienes hambre -Reta Noey.

Continúan hablando por un buen rato de aquel tema ignorando que podemos escucharlas por la videollamada y luego al percatarse acaban con la misma.

-Están locas -Dice mi castaña entre risas, asiento.

-Son tal para cual.

Llegamos a mi casa y nos acomodamos en el sillón. Billy no se encuentra, y ambas nos sentamos allí para mirar la primera película que encontremos.

A todos los chicos de los que me enamoré comienza a reproducirse en el televisor.

Bec ríe en muchas partes, y no para de hablar de la linda pareja que hacen.

A penas termina, nos regalamos una sonrisa y camino a apagar el televisor para ir a la habitación. Nos recostamos en la cama como cada noche, y nos sonreímos mutuamente.

Mi novia es la primera en cerrar los ojos, y me puedo quedar un momento observándola en silencio. Sin duda alguna es la persona más hermosa que ví en mi vida, y no lo digo por su físico, más bien por cómo es ella. No cualquier persona se preocuparía por ayudar a alguien que fue en algún momento tu amiga.

Becky sin duda alguna es de esas personas que valen mucho.

Cierro los ojos creyendo que por fin el día había terminado, pero a eso de las 2 am me doy cuenta que estaba equivocada.

Siento una mano tocarme, y mantengo los ojos cerrados un momento, hasta que escucho a Becky llamarme.

-No puedo respirar, Freen -Escucho que dice en forma de susurro, pero es lo suficiente para que abra los ojos.

Mi chica me mira con las mejillas llenas de lágrimas, está sentada en la cama tratando de respirar.

Entonces me doy cuenta de que verla así me duele, y mucho.

-BecBec -Digo, pero ella no parece prestarme atención, está respirando con dificultad-. Tranquila, bebé, todo estará bien.

Aún te recuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora