Aún te recuerdo

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Freen

Los padres de Heidi no demoraron en llegar y llevarse a la chica a su casa, no nos dijo ni una palabra, lo cual tanto yo como mi novia respetamos, sabemos cuándo alguien quiere espacio.

Sonreímos mientras nos miramos mutuamente en la mesa del comedor, aún faltaban unos minutos para que Irin y Noey se nos unieran.

Al anunciarse el segundo recreo, ambas chicas no tardan en aparecer y sentarse junto a nosotras. Irin junto a mi novia, y Noey junto a mí.

—No lo podrán creer, la clase de Tailandes fue muy aburrida —Dice Irin.

—Vaya novedad —Escucho que responde Becky.

—Te aseguro que las clases de Tailandes que te daré yo serán más divertidas —Digo mientras le guiño un ojo, Rebecca se sonroja al instante logrando que Irin ría.

—No puedo con ustedes —Dice entre risas.

—Al menos nosotras comemos y dormirmos lo necesario —La reto, Irin abre la boca fingiendo sorpresa.

—¿Acaso estás llamándome gorda? —Pregunta.

—¿Acaso me estas llamando dormilona? —Dice Noey, con Becky comenzamos a reír.

—No puedo así, estoy indignada —Dice Irin, aunque está tratando de no reír—. Al menos nosotras no somos iguales de pervertidas que ustedes.

—¿Disculpa? Que tú mal pienses las clases privadas de Tailandes no es mi culpa —Digo, la castaña suelta una carcajada.

—Yo no lo mal pienso, mi amiguita aquí lo hace —Responde agarrando a Becky—. Mírala, cada vez que se habla de clases queda roja, es una pervertida con cara de inocente.

—Cierto —Apoya Noey.

La inglesa solo ríe sin negarlo, provocando que una sonrisa traviesa aparezca en mi rostro.

La charla cambia a sobre qué se dictó en la clase, hasta que el recreo termina y debemos ingresar a Geografía.

A penas entramos, el profesor enciende el reflector que hay en la clase, y mueve las cortinas logrando que todo quede un tanto oscuro. El reflector comienza a mostrar cuencas, y escucho a Becky bufar.

—El año pasado dimos el mismo tema, lo odio —Susurra, asiento.

—Yo también.

La clase de Geografía se hace, literalmente, la más aburrida del año. Luego de terminar de ver el vídeo, debemos responder unas preguntas individualmente, y aunque esté al lado de mi novia, no le puedo hablar porque el profesor nos mira muy atento a todos.

Entrego la hoja y luego lo hace la castaña, quien suspira exhausta.

—Esta materia me aburre demasiado —Digo susurrando en forma de queja, la castaña abre los ojos mirándome sorprendida.

—¿A la cerebrito le aburre una materia? —Pregunta, logrando que ría por lo bajo.

—No al bullying —Respondo.

—Lo dice quien me hace bullying por mirar caricaturas —Acusa la ojiambar, me acerco a ella y le doy un beso en la mejilla.

—Así me amas —Susurro, Becky asiente.

—Y tú a mí.

Al terminar la hora escolar, por fin todos salimos del instituto suspirando exhaustos, la última clase fue verdaderamente aburrida, y por eso mismo debo divertir a mi querida chica.

Entramos a mi vehículo como es costumbre y ya desde el comienzo agarro otra ruta, logrando que la inglesa me mire con el ceño alzado.

—¿A dónde vamos? —Pregunta.

—Ahora verás —Es mi respuesta.

El viaje hasta el acuario nos lleva aproximadamente una hora, al llegar, freno el auto y Becky me mira con confusión.

—¿Dónde estamos? —Pregunta.

—¿Nunca viniste al acuario? —ella niega con la cabeza—. Pues te va a encantar.

Salimos del vehículo cerrando las puertas y nos encaminamos hacia el acuario público. No entiendo por qué Rebecca no sabía de este lugar si a Samanun verdaderamente le encantaba. Aunque ahora que lo pienso, ninguna de las dos conocía del todo a la chica, ya que cuando nos conocimos y comenzamos a hablar de ella, nos dimos cuenta que una sabía más que otra sobre ciertas cosas.

—Vamos —Digo agarrando su mano, Becky asiente sonriendo.

Entramos al acuario y lo primero con lo cual nos encontramos son muchos peces, La castaña mira todo emocionada, y se acerca con una sonrisa a la pecera.

—Ven, vamos al camino debajo del agua —Digo sonriendo, mi Nong me mira aún emocionada y entramos por una puerta hacia el pasillo subterráneo.

El techo y las paredes eran de un cristal bastante fuerte, por lo cual se podía ver a la perfección a todos los animales acuáticos nadando.

—Que bonito es este lugar —Dice Bec acercándose a una de las paredes, mirando atentamente a un pez.

—Se parece a Nemo —Admito sonriendo, Rebecca me mira sin ninguna emoción en el rostro, aunque puedo notar que está tratando de ocultar su sonrisa para parecer seria.

—Y después yo soy la infantil —Responde la castaña, asiento riendo.

—Tú eres mucho más infantil que yo, bebé —Me acerco a ella y le doy un beso en la mejilla.

—Sí, seguro... —Responde.

—¿Eso es sarcasmo? —Pregunto, la inglesa ríe.

—No, cómo crees... —Dice caminando por el pasillo, río.

—No uses sarcasmo conmigo —Pido riendo.

—No estoy usando sarcasmo, yo sería incapaz de hacer eso —Admite, y sigo notando lo mismo.

—Sí, sí lo haces —Digo caminando a su lado.

—Bueno, puede ser que sí —Admite.

Río mientras me acerco a ella y dejo un suave y tierno beso en sus labios, mi chica corresponde al instante mientras sonríe.

Nos quedamos aproximadamente media hora en el acuario, viendo con una sonrisa todo el lugar.

Mi mirada va hacia uno de los lados en el cual se encuentra una fuente, y casi puedo mirar aquellas dos niñas pequeñas, unos cuántos años atrás, jugando con el agua de aquella fuente.

—Sarocha, no puedes hacer eso —Habló la mujer acercándose a aquella niña.

—Pero mami, aquí hay monedas —Respondió aquella niña, la otra chica a su lado ríe.

—Chankimha es una ladrona de monedas —Ríe.

Una pequeña sonrisa aparece en mi rostro recordando aquello, y siento como una lágrima cae por mi mejilla.

—Freen, bebé ¿Estás bien? —Pregunta Becky preocupada, asiento mientras le sonrío.

—Sí, tranquila. Solamente estaba recordando algo bonito —Respondo aún sonriéndole, Bec también sonríe y me abraza.

—Gracias por traerme aquí —Agradece susurrando en mi oído.

—De nada bebé. Gracias a tí por estar conmigo aquí —Es mi respuesta.

Y gracias Sam, por haber compartido tantos momentos lindos conmigo.