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Heng

Suspiro mientras veo como mi lavarropas no tiene arreglo, debo ir a la lavandería que se encuentra a una cuadra de mi apartamento, y a decir verdad me da mucha pereza.

Le mando un mensaje a Becky preguntando cómo se encuentra, ya que oí sobre todo lo que pasó con Heidi, y no demora mucho en contestarme.

"Estoy bien, me dolió a decir verdad, pero bueno, ya me encuentro mejor"

Dudo un poco sobre su respuesta, pero al rato me llega un mensaje de Irin.

"FREENBECKY ES REAL"

—Eso explica muchas cosas —Digo en voz alta riendo.

Al parecer por fin le había llegado el amor a Bec, y eso me pone feliz, ya que estoy seguro que dejará la tristeza que estuvo aguantando durante dos años.

Le respondo a Irin y luego dejo el teléfono encima de la mesa de casa. Camino hacia montón de ropa, y lo agarro colocándolo en un latón azul.

Al salir del apartamento suspiro, y camino hacia el ascensor.

Vivo solo, desde hace un año, cuando por fin dejé la casa de mis padres. No tengo novia, y tampoco tengo la intención de buscar una.

Me gusta estar solo, o eso creo.

El ascensor abre y salgo del hotel, caminando rápidamente hacia la lavandería.

A penas entro, noto que no se encuentra casi nadie, solo una anciana, y una chica quien mira un tanto indignada al lavaropas.

—¿Acaso esto no funciona? —Se pregunta en voz alta, me acerco a ella con mi ropa y la meto en el lavarropas al lado del suyo.

—¿Problemas? —Pregunto, ella asiente.

—Sí, pero creo que ya se solucionó —Dice al ver que vuelve a funcionar.

—Oh, me alegro por tí —Respondo sonriendo, ella también lo hace.

Es bonita.

—Me llamo Nam —Dice mientras tiende su mano para saludar, la acepto y no demoramos en alejarlas.

—Heng. Es un placer conocerte —Digo, ella ríe.

—Igualmente —Responde.

—¿Eres nueva?

—Sí, me mudé ayer, ¿y tú? —Pregunta Nam, le sonrío.

—Pues... yo ya estoy aquí hace un año —Admito.

Nos mantenemos hablando, hasta que su lavado termina, y comienza a quitar la ropa poniéndola en su latón, me sonríe y antes de que se vaya una pregunta sale de mis labios.

—¿Volverás? —No tengo idea por qué lo dije, ella gira y con una sonrisa amplia decide responder.

—Claro, mi lavarropas está averiado, y mientras tanto seguiré viniendo a esta hora —Es su respuesta.

La chica se va y miro el reloj que se encuentra allí, marca el medio día, y sonrío.

Tal vez venir a la lavandería no sea tan malo después de todo.

Suspiro entrando a casa con la ropa ya lavada y secada. Camino hacia mi teléfono y casi al instante me llega un nuevo mensaje de parte de Becky

"Habrá una fiesta en casa de Sarocha, ¿quieres venir?"

Respondo con el ceño alzado:

"¿Qué se celebra?" Pregunto, y ella no demora en responder.

"Que Freen se me confesó ¿? Y que Irin y Noey admitieron que están juntas"

Sonrío al leer eso, la vez que fui a la casa de Irin le aseguré a la chica que esa tal Noey probablemente se haya equivocado al decir el nombre de Saint, o que tal vez simplemente sea una idiota, y no merecía estar triste por ella.

"No tengo muchas ganas de fiestas"

La inglesa demora un poco más en responder.

"¡Por favor! Noey invitó a algunas amigas suyas a la fiesta, tal vez te enamores de una y se te vaya la amargura, chico 100% heterosexual"

Río al escuchar su respuesta, aunque admito que no he podido parar de pensar en la chica de la lavandería. Tal vez tener a alguien no me vendría mal.

"Está bien, iré. Pásame la dirección"

Y así es como acepto ir a una fiesta en donde sólo conozco a dos personas.

La noche no demora en caer, me pasé todo el día limpiando mi apartamento, y cuando por fin veo que se acerca la hora de la fiesta, me baño y me visto informal.

Me miro al espejo, tengo una camisa blanca, un vaquero marrón, y mis zapatos.

Salgo del hotel luego de haber hecho el mismo camino que a la mañana, y busco mi vehículo entre el estacionamiento, al encontrarlo, me subo a él y cierro la puerta.

Me coloco el cinturón de seguridad para luego poner el coche en marcha.

El camino hacia la casa de Sarocha se hace un tanto extenso, ya que no vivo cerca, para mi buena suerte, el clima se encontraba realmente pacífico.

Unas casas antes de llegar a la suya, puedo escuchar la música y ver a personas entrar y salir.

—Al parecer esta fiesta estará un poco descontrolada —Digo antes de frenar el coche—. Me gusta.

Camino hacia la casa de la tal Freen y entro notando a varias personas en el césped hablando, y otras simplemente entrando.

—¡Heng! —Dice Irin, quien estaba al lado de la puerta con una chica, supongo que es Noey.

—Hola —Digo sonriendo.

—Ella es Noey, mi novia —Nos presenta Irin, le sonrío a ambas.

—Mucho gusto —Digo antes de darle la mano a la otra chica para saludarla.

Camino entre la multitud, hasta encontrarme a Becky, quien se encuentra hablando con Sarocha, y verdaderamente se parece mucho a Samanun, asusta.

—Hola —Dice sonriendo.

—Hola, ella es Sarocha, Freen él es Heng —Nos presenta Bec sonriente, me alegra verla feliz.

—Mucho gusto —Respondemos ambos al unísono, para luego reír.

—Nam no quiere bailar con nadie —Dice la inglesa mirando a una chica, mi mirada la sigue al escuchar aquel nombre.

—Es la amiga de Noey, no la conozco —Responde Sarocha, al encontrar con la mirada a la tal Nam que se refieren mi corazón late rápido.

La conozco, es la chica de la lavandería.

Se encuentra más arreglada que a la mañana, con un vestido corto y negro. Puedo notar que se encuentra tomando algo, y mira a todos seria, como si se estuviera aburriendo.

—Iré a hablarle —Digo para que ambas chicas me escuchen, asienten y siguen su conversación.

Al acercarme a la chica, ella parece sorprendida al verme allí, y me sonríe.

—Tal vez el destino quiere que nos volvamos a encontrar —Digo sonriéndole.

—Tal vez. Quién sabe —Es su respuesta.

Aún te recuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora