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Becky

Suspiro mientras entramos al instituto con Sarocha, para mi buena suerte, no tengo ojeras de la noche anterior.

Caminamos a la par por el pasillo, y casi al instante ambas sentimos brazos rodearnos. Irin y Noey ríen, logrando que también lo hagamos.

Antes de venir, con la pelinegra estudiamos un poco más, o bueno, yo estudié, porque ella ya sabe todo. Freen enseña muy bien Tailandes, su madre la mandaba a clases de apoyo de muchas materias, solo para que esté más avanzada que los otros niños y no tenga problemas con el estudio.

Sarocha es muy inteligente.

Comenzamos a cambiar nuestros cuadernos en el casillero, y chequeo que todo se encuentre en su lugar. Aún no cambié la clave, y sé que debo hacerlo, pero admito que quiero saber quién es la persona que me dejó la foto de Sam y yo la anterior vez.

—¿Nerviosa? —Pregunta la tailandesa mirándome con una sonrisa.

—Mmm, puede ser... —Digo, ella asiente, y me abraza.

—Estoy segura que lo harás genial, Bec —Admite.

—Gracias, bebé —Respondo con una sonrisa.

Entramos al salón de clases y veo ya de por sí hojas en cada uno de los asientos. Suspiro y me siento en el mío, mirando hacia el centro, en donde se encuentra la profesora bastante seria.

La prueba comienza, y siento mi corazón un tanto acelerado al darme cuenta que no entiendo absolutamente nada. Mi mirada va hacia Freen, y ella simplemente me sonríe.

Vuelvo a mirar la hoja y comienzo a entender poco a poco todo, completo todo el primer ejercicio, y gran parte del segundo. Luego con el tercero se me complicó aún más, pero respondí la mayoría de las preguntas.

Soy la octava en entregar, la primera fue Sarocha, quien se encuentra tranquila, como si esto fuera algo de todos los días. A mí, me ponen nerviosa las pruebas de materias en las cuales no me va del todo bien, como esta.

Creo que respondí todo bien, por lo cual ya me siento más tranquila. Observo a Irin levantarse después de mí y entregar la hoja con una sonrisa, al parecer le fue bien.

Nos permiten utilizar el teléfono a los que terminamos, con la condición de no hacer ruído. Le mando mensajes a Freen a penas me entero que se puede.

"Bebé, creo que me fue bien" Escribo, casi al instante siento que me besan la mejilla, y sonrío.

—Felicidades —Susurra en mi oído, y vuelve a su lugar.

"Gracias" es mi respuesta por el chat, Freen comienza a escribir y noto que después borra el mensaje.

"Bebé, sabes algo..." Pone, alzo el ceño mirándola.

"¿Qué?" Pregunto.

"Lo de la otra vez 🌚..." Siento mis mejillas enrojecer al leer aquel mensaje, y la risa por lo bajo de Sarocha.

—¿Te gustó? —Pregunta, y me siento nerviosa, no voy a negar que fue espectacular, pero me sonrojo por todo.

—S-sí —Admito aún sonrojada, Freen vuelve a sonreír tiernamente.

—Me alegro —Responde.

Nos quedamos unos minutos más hablando por el teléfono, hasta que el timbre que avisa el fin de la primera hora suena y salimos de la clase.

Caminamos por el pasillo agarradas de la mano, como ya es costumbre, y en el mismo nos encontramos a Heidi. Pensé que Freen se separaría de mí para que salude a la chica, pero no lo hace, y se acerca conmigo.

—Hola —Dice mi Phi, Heidi baja la mirada en cuestión de segundos y luego vuelve a llevarla.

—Hola... —Responde con nerviosismo, suspiro y decido meterme en la conversación, para que esto no se vuelva tan tenso.

—¿Cómo estas, Heidi? —Pregunto sonriendo.

—Bien, por suerte, acabo de salir de la prueba de Geografía y me fue genial —Admite la chica con una sonrisa, asiento sonriendo también.

—Me alegro por tí, bueno, nos vemos pronto —Es lo último que digo antes de que ella asienta y me aleje junto a Freen para ir al patio.

Al llegar, vemos a Irin y Noey sentadas en una banca, lejos de todos los demás. Ambas chicas a penas nos ven y nos sonríen, nos sentamos junto a ellas.

—¿Cómo les fue en la prueba? —Pregunto, escucho el suspiro de Noey.

—Según lo que ví preguntándoles a nuestros compañeros me equivoqué en tres cosas, por lo tanto tendría un nueve —Responde la chica, y le sonrío.

—¡Felicidades! —Digo alegre, ella asiente.

—Gracias —Dice—. Pero quería sacarme más que Irin, y ella al parecer se sacó diez.

—Esa competencia —Escucho a Freen hablar.

—Nosotras podemos competir porque estamos ambas al mismo nivel, pero Bec y tú, bueno... —Responde Irin, logrado que comencemos a reír.

Entramos a clase de Geografía, y en mi mochila busco el cuaderno de la materia, al notar que no lo tengo maldigo.

—Profe, iré a buscar el cuaderno —Digo, él asiente.

—No tardes, por favor.

Camino por el pasillo desierto completamente sola, ya que Sarocha se quedó en la clase, y los demás están en sus salones.

Al llegar al pasillo en el cual se encuentra mi casillero, me escondo detrás de la pared para mirar bien lo que estaba sucediendo.

Con el ceño alzado, veo a Heidi en mi casillero, leyendo una hoja y luego dejándola en el mismo. La chica mira hacia todos lados, pero estoy lo bastante oculta, por lo cual no me ve. Cierra el casillero y se va por el lado contrario al cual me encuentro yo.

Camino hacia mi casillero sintiendo mi corazón raramente acelerado, y lo abro colocando la clave. Al instante, entre los cuadernos, encuentro aquella hoja que Heidi había dejado.

Suspiro agarrando fuerzas para leer su contenido ¿por qué Heidi había abierto mi casillero? ¿Fue ella quien dejó la foto de Sam la anterior vez allí?

"En mi casa, ve sola, sabrás la verdad

Atentamente: Heidi"

Mi corazón se acelera mientras leo una y otra vez aquella nota.

Siento miedo, porque de alguna que otra manera, creo que a lo que se refiere tiene que ver con Sam. 

Aún te recuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora