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Becky

¿Qué debo hacer? ¿Correr detrás de ella?

Siento mi corazón acelerado, y me levanto rápidamente de la silla aún sintiendo todo mi alrededor girar.

Camino entre la multitud sintiendo mis párpados pesados, y un zumbido en mi oído.

Todo pasa en cámara lenta, los colores se vuelven más oscuro, todo se encuentra más oscuro.

-Rebecca... ¿Estás bien? -Logro escuchar que dice Irin, aunque su voz se encuentra lejana, muy lejana a mí.

-Sam... -Susurro abriendo la puerta del apartamento.

Al salir, allí la veo, entrando a aquel ascensor. Quisiera preguntarle tantas cosas, ¿Por qué no me había hablado? ¿Cómo seguía presente? ¿Por qué había dado su vida por la mía? Pero antes que lograra decirle algo, su mirada se vuelve a encontrar con la mía.

Las lágrimas caen por mis mejillas, y cuando voy a hablar, la puerta del ascensor se cierra dejándome ver una última imagen de ella.

Su rostro reflejaba confusión, al igual que el mío.

Caigo de rodillas al suelo del pasillo, y siento unas manos detrás de mí. Irin me abraza tratando de tranquilizarme pero se me vuelve algo completamente imposible cuando el aire me comienza a faltar.

Todo a mi alrededor se vuelve oscuro cuando cierro los ojos y pierdo la conciencia de lo que estaba pasando.

Abro los ojos sintiendo un dolor en mi cabeza, pero la luz encima de mí me hacen cerrarlos rápidamente, y hacer una mueca de incomodidad.

-Becky -Dice Irin, pongo la mano por encima de mis ojos y ella nota que me molesta la luz, por lo cual la apaga.

-Sam... -Susurro recordando lentamente todo lo que había pasado.

-Bec, ella ya no está aquí -Dice Irin, su voz se encuentra quebrada, por lo cual quito la mano que estaba por encima de mis ojos y la miro.

-Yo la ví... -Es lo que susurro, ella niega con la cabeza.

-Te habrás confundido, Becky -Niego una y otra vez-. Debes dejarla ir.

-No puedo -Digo sintiendo como las lágrimas salen por ojos y caen por mis mejillas-. Yo la ví.

-Rebecca, te sentías mal, seguro fue... -Irin para de hablar al ver que sollozo más fuerte y me abraza.

No puedo creerlo, tiene que ser verdad, debí haberla visto.

Tiene que ser ella.

En resto del día solamente me dispongo a cerrar los ojos e intentar dormir. El doctor me hizo unos cuantos análisis para ver si me encontraba lo suficientemente bien antes de darme de alta.

Entro al apartamento sintiendo la mirada de Irin detrás de mí, no digo nada, porque sé que no me va a creer. Aunque... ¿Habré alucinando verdaderamente aquello?

De alguna forma me entristece mucho el hecho de que haya sido una alucinación, se sentía tan real.

Se sentía como si verdaderamente ella estuviera allí.

-Una chica llamada Noey me ayudó a llevarte al hospital, cuando despertaste ella ya no estaba, pero es una buena chica -Es lo único que dice Irin, asiento con la cabeza mientras me encamino a mi habitación y cierro la puerta detrás de mí al llegar.

Al estar sola, siento un dolor en el pecho. La angustia es demasiado grande, y no puedo parar ni un segundo de pensar en ella.

Simplemente me tiro en la cama y allí observo por la ventana de mi habitación.

Cierro los ojos intentando dormir y una lágrima se desliza por mi mejilla.

Muchas veces suele pasarme esto, en un momento me encuentro bien, y al otro ya estoy llorando por el hecho de no tenerla junto a mí.

Aunque... no estoy sintiendo hace mucho estar bien, ya que verdaderamente todo parece lo contrario.

Al cerrar los ojos, y no haberme dormido, puedo escuchar como Irin abre la puerta de mi habitación y luego sale, seguramente para chequear que todo se encuentre bien.

Ella sabe de lo que soy capaz de hacer para volver a ver a Sam.

Entro al instituto junto a Irin, la chica, a diferencia de la noche anterior, se encontraba hablando bastante.

Me contó que la chica llamada Noey estudia en el mismo lugar de nosotras, ya que se cambió de instituto junto a su amiga.

Puedo notar un poco de emoción en Irin, pero decido ignorarla. No me mal interpreten, pero mi amiga siempre se emociona cada vez que conoce a alguien agradable, y bueno, ya me acostumbré.

Camino hacia mi casillero y de allí saco el cuaderno de la primera materia que tengo en el día, que es Matemáticas, por cierto.

Al entrar a clase, me siento en los asientos de atrás, mientras Irin se sienta en el asiento de adelante, cerca de la ventana.

Escucho como todos comienzan a entrar al salón pero me dispongo a escribir algo en mi cuaderno tratando de que pase rápido el tiempo, y no me doy cuenta del momento en el cual el profesor comienza a pasar la lista. Por lo cual, hay un momento en el cual siento una mirada sobre mí.

-¿Rebecca Patricia Armstrong? -Pregunta, levanto la mirada y lo veo.

-Presente -Es lo único que digo antes de volver a mi dibujo de garabatos.

Antes de que termine de dictar la lista se escuchan dos voces nuevas en el salón, pero no le presto atención y sigo con mi dibujo.

-Sarocha Chankimha... eres la nueva -Escucho que dice el profesor, escucho como la chica solamente asiente en voz alta-. Siéntate allí, al lado de Armstrong.

Levanto un poco la mirada hacia la de Irin que estaba al otro lado de la clase y puedo notar que se encuentra un tanto asustada e impactada. Alzo el ceño y escucho como el profesor le indica a una tal Noey que se siente junto a ella.

Giro lentamente mi mirada al ver que alguien se sienta al lado de mí y ahí la veo.

Ella me sonríe un poco, y parece reconocerme en un momento, pero luego al notar mi mirada de sorpresa simplemente se dispone a agarrar sus cosas y colocarlas en la mesa.

No es ella, no es Sam, pero es completamente idéntica a ella.

Aún te recuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora