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Aceptar el Destino

Augusta no supera lo que vivió, literalmente fue acoso por parte de Zerval siendo ella una bebé que no podía defenderse o decir algo a alguien, de verdad, no podía

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Augusta no supera lo que vivió, literalmente fue acoso por parte de Zerval siendo ella una bebé que no podía defenderse o decir algo a alguien, de verdad, no podía.

Por eso, buscó rápido aprender a hablar, si aprendía a expresarse podría decir lo que estaba pasando con Zerval y sus padres la...

«¿Ellos me creerán?.» Con esa pregunta, Augusta parece rendirse al instante. «¿Dirán que inventé todo? Claro, es un niño, solo debió estar bromeando ¿Cierto?

Ahora siente un peso en su pequeño pecho, es tan pesado que se desploma contra el alfombrado piso y cae entre los peluches y almohadas de su habitación, completamente derrotada con la situación que está viviendo.

Después de todo, en su primera vida murió de una forma tétrica por no aprender a defenderse sola, o así lo veía, porque nadie le había obligado a estar con un chico tóxico y manipulador con problemas de ira.

«Solo debo crecer y aprender a defenderme, Calix me podrá ayudar con eso, él no se negaría.» Tomaría el crecer rápido como una forma de supervivencia y no como un medio de que Zerval pudiese hacerle algo, si tanto quería defender a Alfonso, entonces debía aprender a defenderse a si misma.

──Ahí estás pequeña. ──Cornelia la tomo con cuidado.── ¿Qué tanto hacías entre esos peluches? ¿Buscabas un tesoro?.

Augusta sonrió aplaudiendo y su madre sonrió sin preocupación.

──Vamos, debemos ir a la entrada de tu hermano al ejército.

«Cierto, debido al comienzo de una inminente guerra civil en el imperio Moro, nos afecta en el Reino que se caracteriza por ser pacífico, mi padre quiere estar listo en caso de otro intento de invasión, por eso se creó un pequeño ejercito donde solo voluntarios que hayan pasado las pruebas físicas podrían entrar.» Augusta hasta había visto entrenar varias veces a su hermano, Calix se esforzaba para no deshonrar a la familia al ser el único varón heredero del trono.

Augusta miraba todo desde la ventana del carruaje, su hermana mayor y madre sonreía, con ganas de aprender bastante.

Cuando llegan a su destino es Cornelia quien toma a la bebé entre sus brazos para entrar y tomar asiento en primera fila, no estaban muy lejos del Reino ahora que Augusta entraba en cuenta, además estaban casi en el centro del bosque que estaba cerca del Reino y admiraba esa cascada natural. En el centro del lago que se creaba naturalmente, habían rocas unidas con otras formando así una especie de plataforma que era resbaladiza por la presencia de humedad continua.

──Anciana Ugat.

──Su majestad Cornelia.

«Que distancia.» Piensa Augusta mirando a las dos mayores, una más que la otra.

❝𝐅𝐈𝐀𝐁𝐀❝ 𑁍╰─── • ⁽ ʸᵒ ˢᵒʸ ˡᵃ ʳᵉⁱⁿᵃ ᵉⁿ ᵉˢᵗᵃ ᵛⁱᵈᵃ ⁾ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora