Augusta Belona Bianca
"La nacida en la guerra"
──── En esta vida nueva deseo protegerlo a él de todos los males existentes en este mundo que conozco sólo en los libros, así deba arrebatarle todo a la protagonista, ser cruel también es parte de ser...
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Augusta mira de lado, Rubina estaba sonriendo.
«Aunque la venta de esclavos es considerado un delito, aún siguen existiendo en algunos lugares, como Estrusco por ejemplo, León III únicamente prohibió que gente karriana fuera vendida como esclavos, en su lugar, son recibidos como amigos y extranjeros comerciantes que pueden correr libremente, esto por los obvios acuerdos comerciales y de paz. Sin embargo, con el Imperio Moro es otra historia.»
Rubina que sonríe igual a un gato viejo, posa sus ojos sobre los violetas maliciosos de Isabella de Contarini. «Ahora lo sabrá, reconocerá su lugar como una simple extranjera que tuvo suerte de tener un color de piel claro y tener un título de respaldo, pero, eso no significa que sea diferente a los de su especie baja.»
La bandera se alza y ambos caballeros galopan a gran velocidad, el esclavo moro es grande e imponente, sus músculos duros de cicatrices expuestos ante todos y el tener un ojo de color extrañamente rubí, era un completo espectáculo de ver para los nobles, todos se burlaban de este mismo, incluso el caballero noble que estaba por darle con su lanza.
Sin embargo, pasó algo completamente diferente y eso sorprende a Isabella.
«¡Idiota, se supone que debías perder!.»
──G-Ganador, ¡Caballero morisco, representante de Contarini!.
Kali sonríe con su compañera. «Era obvio, los moros son mucho más fuertes que los débiles estruscos.»
Augusta se levanta por un momento de su silla para escuchar las palabras del moro que estaba dispuesto a darle su rosa.
──Que tristeza, ¿Quién te vendió en el Imperio Moro?.
──Mi familia, necesitaban dinero.
Augusta toma unos segundos en sus pensamientos y sonríe.
──Tienes que saber, Karras no te ha olvidado. ──Acepta la rosa──. Gracias.
Algunos nobles tienen que aplaudir por mera etiqueta, sin embargo, otros no lo hicieron y miraron con desprecio al moro que ganó la contienda.
Con la primera ronda terminada, se da un tiempo de descanso.
──¿Qué te parecieron las peleas?. ──Cuestiona Alfonso.
Princesa y príncipe estaban dando un paseo antes de regresar, sus séquitos respectivos les seguían el paso a una distancia moderada.
──Fueron interesantes y me dejaron tensa de buena manera. ──Sonríe──. No sabía que tuvieran tan buenos deportes, en Karras se hacen combates cuerpo a cuerpo con una sola arma, se traza un círculo alrededor y el que salga primero pierde.