18

133 19 13
                                    

La guerra (parte 3)

Augusta sigue atravesando el frondoso bosque sin parar a pesar de que ya no habían enemigos persiguiendo sus pasos, sin embargo, un sonoro ruido hace a su caballo desestabilizarse un poco, lo que la obliga a cruzar por un camino del bosque que des...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Augusta sigue atravesando el frondoso bosque sin parar a pesar de que ya no habían enemigos persiguiendo sus pasos, sin embargo, un sonoro ruido hace a su caballo desestabilizarse un poco, lo que la obliga a cruzar por un camino del bosque que desconoce, como puede esquiva las duras ramas de los árboles y cuando logra que su caballo se calme de pronto aparecen un grupo de soldados, ellos alzan sus espadas contra ella y amenazan su integridad si no se presentaba.

Augusta deja verse por primera vez ante los soldados, aún sin bajar de su yegua blanca a manchas negras.

──Soy Augusta Belona Bianca de Karras, segunda princesa del Reino Karras, hija de mis soberanos padres, el Rey Caius de Karras y la Reina Cornelia de Karras. ──Dice con la mayor firmeza.── Solicito dialogar con su líder actual a cargo.

Los soldados se miran entre si mismos pero al final dejan pasar a un hombre rubio de ojos azules que pronto presenta sus saludos con la educación que solo un príncipe podría hacer.

──Alfonso Carlo de Estrusco, hijo del Rey León III y la Reina Margarita del Reino Estrusco. Yo estoy a cargo de este grupo, si me permite princesa, dialoguemos en mi tienda.

Aquel hombre tenía una expresión dura como todo su cuerpo desarrollado que mostraba su avance militar, al punto de que parecía un mercenario o soldado como el resto por cómo estaba su armadura, incluyendo su rostro sucio y sudoroso.

Pero Augusta lo reconoció incluso antes de que hablara, entre toda la suciedad, sangre seca y miseria podría reconocer esos ojos azules que le hacen asentir con un suspiro de alivio al confirmar que era él auténtico, rápido mueve su pierna izquierda para bajar de su yegua siendo ayudada por dos soldados al tomarla por cada antebrazo, notó que todos tenían decoro y educación que incluso procuraban de que la falda de su vestido no le levantara por el viento.

Pronto ella sigue la guía de Alfonso hacia la tienda de campaña que para su sorpresa es mediana y común como las demás, no había ninguna distinción de que él fuera un noble príncipe, es más, nadie que lo viera ahora pensaría que era un príncipe.

«Él vive mal por culpa del Rey, ni siquiera le envió comida.» Cierra los ojos por un momento para aguantar la rabia que sentía, ahora tenía que ocuparse de el tema actual.

──Princesa si me permite decir algo fuera del tema. ──Alfonso es cauteloso y pregunta cuando ella asiente, estando de acuerdo.── ¿Acaso nos hemos visto antes? Sus ojos me dan cierta nostalgia.

«Y los tuyos también, una nostalgia que solo una amante empedernida podría tener.» Augusta vuelve asentir mientras pensaba eso y junta sus manos para mantener una postura recta, digna de una princesa de sangre azul.

──Me temo que si aunque tampoco recuerde bien el porque. ──Responde cuidadosa, tratando de no parecer sospechosa.── Supongo que pudo ser de infantes, pero no estoy segura.

❝𝐅𝐈𝐀𝐁𝐀❝ 𑁍╰─── • ⁽ ʸᵒ ˢᵒʸ ˡᵃ ʳᵉⁱⁿᵃ ᵉⁿ ᵉˢᵗᵃ ᵛⁱᵈᵃ ⁾ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora