Augusta Belona Bianca
"La nacida en la guerra"
──── En esta vida nueva deseo protegerlo a él de todos los males existentes en este mundo que conozco sólo en los libros, así deba arrebatarle todo a la protagonista, ser cruel también es parte de ser...
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Augusta unos días antes de partir al continente central, escribe una carta dirigida a su padre y la envía gracias a una paloma mensajera personal para evitar que el mensaje se pueda trabar o ser manipulado.
"Querido y noble padre.
Aquí se expresa tu hija, Augusta, por estas palabras para decirte que por fin los cielos me han dado una respuesta y mi corazón igual. El príncipe Alfonso de Carlo me propuso que le acompañara a sus tierras para recompensar la hospitalidad que recibió él y sus hombres en nuestro reino. Yo le dije que aceptaba tal propuesta, me fue imposible negarme así que mi salida de casa se extenderá unos cuantos años más.
También decirte que si escuchaste la noticias, la espada Caletbul está por fin en manos del príncipe Alfonso, mi promesa y deuda a sido saldada y no tengo problemas con la voluntad de los cielos ahora.
No debes preocuparte padre mío, yo estoy ahora muy bien, los caballeros me cuidan y el príncipe Alfonso igual, mis damas también eligieron seguirme. Por favor, dile a mi hermano Calix que no me siga y que no tome acciones impulsivas, reitero que estoy perfectamente y que mejor busque esposa para mantener el linaje de nuestras tierras.
Con el corazón, sangre de su sangre. Augusta Belona Bianca."
La extranjera admiraba el paisaje marítimo, basto y extenso mar pero con una brisa exquisita para disfrutar en su totalidad.
──Es hermoso, ¿Cierto?.
──Sir. Elco. ──dice Augusta, alzando una ceja en burla.── ¿Qué le trae por aquí? Sobre todo hablarme.
──Su alteza, la gran princesa entre las princesas. ──Hace una reverencia.── Simplemente no quería que se mareara, sería molesto limpiar su vómito.
Augusta se endereza mirando directamente al hombre lastimado por las heridas de guerra. Estaba al tanto el porqué le faltaba un ojo o porqué no tenía un brazo, él se había sacrificado por el príncipe Alfonso cuando lo defendió de cometer el asesinato de un hombre importante del Reino Galico, fue tantas torturas que recibió aquel hombre que terminó trastornado.
«No porque haya sufrido le da el derecho de menospreciar a todos, si Alfonso supiera la clase de persona que es...»
──Puede dejarme tranquila Sir. Elco, no voy a vomitar.
──Perdón si la ofendí pero es por higiene.
──Lo sé. ──termina por decir para mirar el horizonte.── Si desea quedarse aquí entonces iré al otro extremo del barco para no molestarlo.
Es entonces que Sir. Elco se muestra nervioso.
──N-No fue mi intención su alteza, princesa de princesas, ¡La más hermosa de todas!.
