Augusta Belona Bianca
"La nacida en la guerra"
──── En esta vida nueva deseo protegerlo a él de todos los males existentes en este mundo que conozco sólo en los libros, así deba arrebatarle todo a la protagonista, ser cruel también es parte de ser...
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──¡Vamos Calix, tu puedes!.
El príncipe resbala por un momento creandose un silencio y gritos ahogados del susto pero pronto vuelve a seguir trepando emocionando así a todos, con destreza llega a la punta del tronco y en una maniobra logra saltar para atrapar la otra extensión del grueso tronco, provocando más emoción en los demás niños.
──¿Por qué toma una muñeca?.
──¡Eso! ¿Y que hay de esa espada?.
──La princesa Mirana ya está grande para jugar con muñecas.
Mirana rueda los ojos y acomoda mejor a su hermana, dejando que todos la vean pues antes la mantenía oculta porque no quería crear conmoción.
Es cuando los niños se acercan para ver mejor a la bebé.
──¿Quién es?.
──Mi hermana, la princesa Augusta. ──dice Mirana con autoridad.
Muchos niños se emocionan más por conocer a la segunda princesa de la que tanto los adultos hablaban, estaban por bombardear con preguntas a la princesa pero pronto todos miran arriba. Calix estaba suspendiendo en una sola mano, por tomar la muñeca es que resbaló y quedó en aquella situación terrible, los niños se mostraron preocupados pero aún así alentaban a Calix para que no desistiera, la altura era extensa y la caída sería preocupante.
──¡Príncipe, debes deslizarte!.
──Zerval. ──murmura Mirana sorprendida.
Augusta achica sus ojos para ver mejor al chico con posiblemente la misma edad que su hermano mayor, él tenía ojos verdes y con un cabello castaño revoltoso ondulado, además, destacaba un pequeño lunar por debajo de su mejilla izquierda. Su complexión era también como su hermano, con un poco más de musculos se atrevería a decir, más atlético.
Calix parece haber escuchado a ese niño por lo que se deja caer y con destreza logra alcanzar el tronco grueso y refugiarse de la posible caída, cayendo con poca fuerza al suelo a un lado del gran tronco y alza muñeca provocando gritos eufóricos y celebración en el resto de infantes, como puede se levanta y Mirana se acerca a él.
──Estas todo sucio, debes ir a cambiarte.
──Lo sé. ──asiente al regaño para ahora mirar a la bebé con una gran sonrisa, mostrándole la muñeca.── Para ti, hermanita linda.
Augusta solo extiende sus manos para tomar la muñeca y así abrazarla de una forma tierna que conmueve a sus hermanos.
──Saludo a sus alteza reales. ──hace una reverencia el chico nuevo.
──¡Zerval, amigo! ──exclama Calix contento mientras saluda en un apretón al chico noble.
──Hola Zerval. ──dice Mirana con una sonrisa extrañamente dulce.── ¿Cómo has estado?.
