Augusta Belona Bianca
"La nacida en la guerra"
──── En esta vida nueva deseo protegerlo a él de todos los males existentes en este mundo que conozco sólo en los libros, así deba arrebatarle todo a la protagonista, ser cruel también es parte de ser...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
──¡Esto es inaudito! ¡¿Qué demonios le hicieron a su hermana?!.
«Esta furioso.» Augusta solo quería ocultarse entre las sábanas, toda su familia está reunida en su habitación para esclarecer las cosas. Después de que sus padres descubrieran todo, su progenitor inicio rápido una investigación mientras que su madre se encargó de cuidar de su herida hinchada y con rojez.
La manera en como llegaron con el príncipe y la primera princesa fue por varios testimonios de muchos jóvenes asustados de estar involucrados en tal situación crítica y arruinar la reputación de sus familias, solo siendo unos adolescentes asustadizos rápidamente buscaron culpar a cualquiera y salirse de ese problema.
A sus hermanos mayores no les tocó más que afirmar tales acusaciones.
Y ahora estaban ahí, recibiendo un sermón de su furioso padre.
──¡Llevar a su hermana pequeña a una fiesta como esa! ¡¿No tienen conciencia?! ¡¿Qué demonios están aprendiendo de nosotros?!.
──S-Solo queríamos que se divirtiera.
──¡Pues sus métodos ocasionaron que su hermana tuviera una ceremonia con semejante dolor en el tobillo!. ──señala Caius, más furioso por el comentario susurrante de su heredero.── ¡Ustedes son de la familia real, deberían mostrar el ejemplo pero esto es una gran decepción!.
Augusta aún está aterrada, después de llorar tanto y escuchar los gritos de su padre siente que no puede controlarse, encontrándose muy débil.
──Hijos, solo quiero saber una cosa. ──Cornelia habló y la frialdad creció en la habitación.── De los dos, ¿Quién tuvo la idea de llevar a Augusta a esa fiesta?.
──Madre. ──pronuncia temblorosa Augusta.── Por favor...
──Silencio. ──ordena Cornelia mientras acaricia la cabeza de su hija en cama para dirigirse a sus hijos más grandes.── ¿Y bien?.
──¡Hablen ahora! ¡¿Quién es el culpable de los dos?!.
Calix mira a Mirana y es viceversa, el pánico y miedo por el castigo que recibirían era gigante, ambos temían bastante a sus padres, sabían como eran ellos y por ello estaban presos de la angustia.
Calix quien fue el de la idea estaba hasta sudando frío, el peso era más grande y pesado en su espalda, cuando miro los ojos de su padre se dio cuenta de que tal vez y él sabía que era culpable. Sin embargo, no quería recibir un castigo, no quería que todos lo miraran mal, que su padre y madre ya no confiaran tanto en él, por dios, era el príncipe heredero y como heredero no podía tener imperfecciones.
