Augusta Belona Bianca
"La nacida en la guerra"
──── En esta vida nueva deseo protegerlo a él de todos los males existentes en este mundo que conozco sólo en los libros, así deba arrebatarle todo a la protagonista, ser cruel también es parte de ser...
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Todo había salido bien, con Alfonso siendo el salvador y resolviendo la situación problemática que impuso Rubina por no ser la guía de la princesa Bianca, ahora el gran salón de baile estaba repleto de personas que mantenían conversaciones agradables y sumado a la llegada de León III, él había felicitado por tal celebración debutante y estaba satisfecho, por lo tanto, Rubina tuvo que quedarse en la fiesta, a su lado.
Augusta sonríe con malicia. «Sufre zorra.»
──Mi princesa, es hora, debe cambiarse.
Asiente al recordatorio, camina e ignora sin querer al acercamiento que intentó un hombre noble.
Después de organizar casi todo, Ariadne tenía un momento para descansar, toma asiento en un rincón y bebe hasta la última gota de su vino de frutas.
──Ay, amargo. ──Se queja.
«Que raro, y eso que lo probe antes.»
De pronto, una sombra se alza ante ella, es masculina y toma la copa que sostenía con una mano, automáticamente levanta su mirada.
──Deja de beber. ──Aconseja el hombre, dejándola a un lado.── No se bebe más si el sabor es amargo.
Ariadne solo mira a Alfonso con una sonrisa amarga.
──Por favor alteza déjeme en paz, no es que la bebida sea amarga, lo es mi incompetencia.
Un criado que deambulada copas llenas de vino pasa por su lado y Ariadne toma dos, una dándole al príncipe que la toma de mala gana y ella no depara en beber de nuevo.
──Bebe con moderación, ya estás ebria.
Ariadne ignora la petición y alza su copa, solicitando un brindis que Alfonso no declina, chocan sus copas entonces, uno con cierta desgana y otro con vigor.
──¿Puedo solicitar los detalles su alteza?. ──Dice después deber todo el contenido de su copa, relamiendo sus labios en el proceso.── ¿Cómo es que pudo domar el círculo social de San Carlo y traerlo aquí?.
Ariadne era alguien que se enorgullecía de sus conocimientos acerca de la sociedad de San Carlo, sin embargo, esta vez habría sido derrotada por Rubina de no ser por la participación del príncipe. Su orgullo se había visto gravemente herido y ese fracaso era lo único que surcaba por su mente, preguntándose hasta el mínimo detalle que había hecho para que no saliera nada bien.
──Por favor, no se decepcione después de escuchar la aburrida historia, Condesa de Mare. ──Pide bebiendo tan solo un trago de su copa, no le gustaba mucho el dulzor.── Es una solución utilizada habitualmente por la realeza y por tanto no es tan impresionante.
Alfonso explica a pasos sencillos, cuando Augusta le comentó sus sospechas entonces solicitó a sus ayudantes investigar y cuando confirmó que Rubina estaba tras una fiesta de caridad realizada por una dama casada, él se dirigió a la residencia del Marqués Gualtieri, el jefe de los señores feudales, y habla primero con el Marqués en lugar de la esposa solicitando que se arreglará el asunto y el Marqués que tenía problemas con el pago de impuestos y el feudo, anteriormente había pedido ayuda al príncipe pero él no tenía poder de arreglo en la reforma fiscal, por eso el Marqués había hecho presente estar al lado del futuro monarca.