7- Miradas que queman

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- Oh, oh... ¡no lo estás diciendo en serio! ¡Me tomas el pelo!

- No, lo digo muy en serio -le confirmó
Chiara-.

- ¿Una prostituta? ¿Piensas ir con una
prostituta al club? -Ruslana no daba
crédito a lo que oía-.

- Es una acompañante -quiso remarcar excusándose-.

- Acompañante, acompañante...
-la isleña andaba de un lado a
otro de la habitación, mientras ella
sonreía desde su asiento-. Contéstame
a una cosa, ¿le vas a pagar por "acompañarte"?

- Sí, claro.

- ¿Y si le pagas por acostarse contigo, lo haría? -le preguntó de nuevo-.

- Sí, supongo que sí –volvió a contestar
Chiara a su amiga-.

- Entonces, ¿qué diferencia hay entre
acompañante y prostituta? ¡Por el
amor de Dios, Kikssss! - Ruslana se
sentó cerca de su amiga-. ¡Es que
quieres matar a tu madre a disgustos!,
¿es eso?.- Chiara esbozó una sonrisa traviesa que a ella la hizo gritar.

- agggggggg... eres increíble! -dijo
desesperada y se puso otra vez de pie-.

- Oh, venga Rusli... mi madre no lo va
a saber, no lo va a saber nadie excepto tú -le dijo la morena poniéndose de pie y yendo hacia su amiga-.

- ¡De verdad que no lo entiendo! Las
mujeres se tiran a tus pies, y tú no
haces más que destrozarte la vida. ¿Por qué no vas con alguien agradable para variar? ¿Por qué no dejas de jugar, de esconderte? -le preguntó con dulzura su amiga-.

- No puedo, quiero pero no puedo
salir de esto. No lo controlo, por eso
necesito ir con una profesional. Con
Violeta estaré a salvo -contestó ella con un hilo de voz que puso en alerta a Ruslana-, el saber que ella es algo irreal creo que me ayudará a controlarme. Además, no espera nada de mí así que no puedo hacerle daño, ¿verdad?

- ¡Oh cariño! Tú eres perfecta, no hay
nada malo en ti, ¿por qué dices eso? -la abrazó con ternura y Chiara se dejó arropar- ¿Qué hizo esa hija de puta contigo? ¿Por qué estás así? Sé que no me lo vas a decir, pero te juro que algún día Virginia me las pagará, ya lo creo que me las pagará.

Chiara se apartó con delicadeza de
ella.

- No quiero hablar de ella -le dijo-.
Confia en mí, lo solucionaré.

- Está bien, está bien... confío en ti y si
crees que yendo con una profesional te sentirás mejor, yo te apoyo y jamás lo sabrá nadie -la tranquilizó su amiga-.

- Gracias Rusli, eres una buena amiga
-le dijo ella esbozando una triste
sonrisa. Recordar los motivos que le
habían impulsado a tomar aquella
decisión, le hacían sentirse triste y
sola-.

- Bueno, entonces... ¿Violeta, no? -quiso cambiar de tema-.

- Sí...

- ¿Y cómo la conociste?

Ella la miró y sin saber el porqué se
sintió feliz contándole la noche que
había pasado con aquel ángel del
infierno.




_____________________

En el apartamento de la pelirroja otra
conversación se cocía.

- Pero si te lo devolví... -Salma insistía
en que le había devuelto a Violeta su
traje de noche, mientras permanecía
tumbada en la cama-.

- Joder Salma, te dije que lo necesitaba
para hoy. Contaba con él y sabes lo
maniática que soy con esas cosas -le
echaba la bronca mientras rebuscaba
en su cuarto ropero-.

SEX EDUCATION // KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora