63- A ser posible...

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Unos veinte minutos después, Violeta
salió del baño duchada y con un
poco más de aplomo del que había
sentido cerca de Chiara. Al acercarse
a la cama a coger su pijama, vio que
se había quedado dormida sobre la
colcha. Se quedó mirándola, sin poder
contener la comisura de sus labios
que dibujaron una sonrisa tierna
y dulce ante la imagen de aquella
mujer agarrada a la almohada, le
apartó aquel mechón rebelde que
siempre se le quedaba en la cara, y sus ojos, aunque ella misma no se viera, brillaron como no solían hacerlo hasta que la conoció.

Se quedó pensando en los momentos
que habían compartido, y pudo
recordar aquella expresión de enojo y
alucinamiento que vio en la cara de la
morena aquel día que por accidente se cruzaron una en el camino de la otra... recordó su mirada fría y pecaminosa cuando desde aquel butacón del hotel donde se hospedaba le pidió que se quedara a pasar la noche con ella. Su cambio de la mañana siguiente, sus conversaciones telefónicas, su timidez, su borrachera, su pasión... los sustos que le había dado, su capacidad de envolverte como una manta de bebé en el momento más inesperado... la
piel se le erizó al recordarlo, no eran
nuevas las situaciones, lo nuevo era aquella sensación acelerada que se le
ponía en la boca del estómago cuando
pensaba, hablaba o estaba con ella.

La pelirroja apartó la mirada de ella
sintiendo que se ahogaba. Se puso el
pijama y se apartó de su lado para
mirar por la ventana, tratando de
controlar todo aquello que llevaba
dentro y no conseguía apaciguar por
mucho que lo intentara.
"Está dentro de mí, y no sé cómo
sacarla..." pensó mientras se tapaba
la cara con las manos unos instantes
para luego volver a mirar el horizonte
y respirar profundamente..."Quizá
sea este lugar, quizá tengo la culpa
por haber dejado que se acercara
tanto a mí, nunca debí dormir con
ella en su piso, no debí dejar de lado
a otras clientas... ¿en que estaba
pensando?... " suspiró, aquello era absurdo, sabía muy bien en que
estaba pensando... jamás se le pasó
por la cabeza que alguien pudiera
hacer mella en ella, nunca había
pasado antes, sabía jugar, sabía
quién era... controlaba su vida, sus
emociones, disfrutaba de las cosas y de sus clientas, pero sabía ponerles
nombres claros que dejaba cada
cosa en su lugar. Con Kiki todo se
había confundido, los límites se
habían rebasado, las líneas se habían
enroscado haciendo un ovillo dentro
de ella que no podía controlar y volver a desliar, pues ya no encontraba ni el principio ni el final... todo se había desbordado de una forma tan natural que no se había dado cuenta. Chiara no era la persona que ella creyó, se acercó demasiado a aquella luz, sin darse cuenta que poco a poco estaba más cerca, y poco a poco se quemaba más y más con el fuego que desprendía. Aquella vulnerabilidad, aquella timidez, su sensualidad, su dulzura, aquel primer beso... todo lo que vino después... "Por Dios, bastaaaaaaa" quiso gritar, luchando con todas aquellas ideas que se arremolinaban dejándola sin aliento.

Se giró hacia la cama y la miró, aún
dormida sobre la colcha. Repasó
aquel cuerpo y se dio cuenta que esa
vibración interna la perseguía... no,
definitivamente se equivocó al no
tomarla en serio... y ahora, tendría
que pagar las consecuencias de lo que
sentía y tomar de nuevo decisiones que volverían a definir quién realmente era.

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- Bueno chicas... espero que lo halláis
pasado bien -les dijo Laura tras
descargar la maleta, y darles un abrazo a ambas-, A ti te veo el martes, que tenemos que firmar el primer envío.

- En cuanto hable con mi padre, te
confirmo las unidades para que vayas
preparando los documentos, no te
preocupes -le aseguró Chiara-.

- Okey, estupendo.. Anda dame otro
abrazo, doña Harley... jajaja... -le pidió
la mujer.

- Jajajaj... Me lo he pasado en grande,
gracias -le contestó ella dándole un
nuevo abrazo-.

- Si te animas, pásate con Chiara el
martes por las oficinas, así podemos
comer las cuatro -le dijo Bea a Violeta-.

SEX EDUCATION // KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora