45- Somos un incendio sin control

8.4K 307 13
                                    

Aquella verdad le hizo abrir los ojos,
la hizo sentarse en la cama derrotada
y sorprendida. Chiara la miró, estaba
con la cabeza gacha como asimilando
algo que no decía, y ella tenía miedo de su silencio.

Violeta: ¡Diosss... tengo celos!
Conciencia: joerrrrrrrrr
tíaaaaaaaaaaa... has tardaooo en caer
del guindo.
Violeta: pero... pero cómo...
Conciencia: pos como todo el mundo.
Violeta: no, yo no... Jamás, jamás ... -no podía creerlo- ¿Cómo ha pasado?
Conciencia: ¡porque con ella es
diferente! ¿cuántas veces lo tenemos
que repetir? ¿No quedó claro ya?

Violeta se pasó las manos por el cabello. Sí, ya había quedado claro, ya sabía que con ella las cosas eran diferentes, pero cuando creía que empezaba a aceptar lo que sentía, entonces llegaban unas nuevas sensaciones, unas nuevas situaciones, que volvían a golpearla recordándole que aquello no podía controlarlo.

- Vivi -la llamó sentándose a su lado
en la cama-.

Esta la miró, la miró como nunca antes la había visto, como si fuera la primera vez que posaba sus ojos en aquella mujer con la que las sensaciones siempre estaban a flor de piel.

- Vivi, lo siento -le dijo Chiara que
se sentía desnuda ante aquellos ojos-.

Entonces suavizó sus facciones.

- La que lo siente soy yo, eres una
mujer libre, no tienes que darme
explicaciones...- intentó explicar, pero
la morena la cortó-.

- Te las doy porque quiero dártelas... -le dijo mirándola con intensidad-.

La pelirroja la miró entornando un poco los ojos, luego suspiró y le acarició la cara. Chiara cerró los ojos al sentir aquella calidez. Ella tembló por su gesto, asustada de su necesidad, de su dulzura... luego se relajó disfrutando de ella.

- ¿Te duele la cabeza? -le preguntó-.

- Ahora menos... -dijo ella con una
tímida sonrisa, pero sí le dolía-.

- Pillaste una buena, ¿eh? -le
preguntó Violeta sonriéndole-.

- Creo que a veces me comporto
peor que una chica de 15 años -trató de bromear, aunque era como se sentía-.

Violeta sonrió, luego dejó de mirarla,
había algo que tenía que preguntar
pero que le causaba un dolor agudo
e hiriente... "Dios, no sé cómo voy a
llevar esto de los celos..." suspiró antes de formularla.

- Kiki, me gustaría saber sí pudiste
llegar muy lejos con ella... es necesario para que te ayude -le dijo y luego volvió a mirarla-.

La morena se puso roja en cuestión
de segundos, no se acordaba de casi
nada de lo que había sucedido, pero
en su cabeza había bocetos de haberla
arrastrado a aquel acto semipúblico.

- Nada tan lejos como contigo...-le
dijo esperando que aquello le bastara-.

- No... Lo que tratas de decir es que...
¿no te entregaste? -preguntó notando
que un calor trataba de hervir dentro
de ella-. Porque si hubo algún avance
podríamos utilizarlo...

- ¡No! -contestó tajantemente, de
eso estaba segura... sólo a ella le había
entregado todo lo que podía de sí-.
¡Definitivamente, no!

- ¡Está bien! -dijo Violeta mientras
notaba que un gran alivio sin
explicación se instauraba dentro de
ella-. Entonces supongo que estamos
en el mismo punto.

Chiara la miró apenada.

- ¿Qué pasa? -preguntó Violeta al darse cuenta-.

- ¡Siento no ser alguien menos
complejo! -empezó a decirle con cierta culpabilidad-. Sé que te causo muchos problemas, que has tenido que variar algunas de tus nomas por mí... ¿y qué es lo que hago yo? Tengo tanto miedo de encontrarme sola conmigo misma una noche que aprovecho para volver a comportarme como lo que no
quiero ser, vuelvo a caer en lo mismo
por lo que te pedí ayuda -suspiró
acordándose de los parones que por
su culpa se habían producido cuando
Violeta había tratado de avanzar-. Siento que causo un retroceso tras otro, quizá es que ya no puedo ser quien fui...quizá es que sólo soy así, ya no lo sé...

SEX EDUCATION // KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora