27- Humanidad

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Violeta la miró en silencio un momento sopesando el estado en el que se encontraba.

- Bueno, he pensado que como aún no
sabemos dónde están tus fronteras
deberíamos empezar a buscarlas, y de
paso intentar que te acostumbres a que te acaricie...- le dijo sin moverse de su sitio-.

-¿Qué me acaricies? -Chiara emitió
aquella pregunta en forma de gritito
atragantado-.

Ella tuvo que reírse, porque su cara de susto-sorpresa no era para menos.

- jajajaj... Bueno, por algún sitio
tendremos que empezar, y yo no soy la que tiene problemas con las caricias, ¿no te parece?-le dijo enarcando una ceja y esbozando una sonrisa tranquilizadora-. Podemos empezar con algo sencillo como en el cine, y paramos cuando tú quieras.

Le propuso Violeta y la morena sintió
que el corazón empezaba a correr
descontroladamente: "Ay madre, ay
madre, ay madre... " su mente no
daba para nada más que aquel único
pensamiento.

- Anda túmbate y respira...que
no voy a comerte -le dijo la pelirroja
manteniendo la calma, y se hizo a un
lado para invitarla a que se recostara
en la cama-.

- Vivi...yo ya estoy nerviosa -le dijo
suplicante-.

- ¿Pero por qué cariño?- le susurró
tranquilizadora- En serio que no voy a
propasarme, ¿confías en mí?

Otra vez aquella pregunta. Chiara la
miró a los ojos, y eran sinceros a su
pesar, así que asintió con la cabeza
incapaz de articular palabra. Jamás
imaginó que aquello era lo que le
esperaba al regresar a casa.

- Anda túmbate, no va a ser nada
sexual... sólo vamos a probar... -le dijo-

Ella se tumbó finalmente en la cama,
aún el corazón le latía con demasiada
fuerza. "Tranquilízate, tranquilízate...
no va a pasar nada, es una profesional, no va a pasar nada", trató de autoconvencerse, pues Violeta no era lo que más le preocupaba realmente.

- ¿Estás respirando? -le preguntó esta
que se tumbó junto a ella sin tocarla-.

- Si, ¿no? -no sabía muy bien si lo
estaba haciendo-.

- jajajjaja...anda respira tranquila.
Ponte de lado, quizá sea mejor para ti
si me miras -le sugirió Violeta-.

Y se puso de lado como ella, la verdad
es que mirar su cara la ayudaba,
sobretodo por aquella sonrisa
cómplice que le regalaba.

- ¿Mejor? -le preguntó-.

- Sí -le respondió Chiara-.

- Voy a empezar por acariciarte el
brazo, ¿vale?- le dijo y deslizó sus
dedos hasta la mano de la morena-.

- Vale -aceptó -.

Chiara no estaba preparada para
sentir el calor de aquella mano, y notó
como la piel se erizaba bajo la caricia
de la chica sobre su brazo desnudo.

- ¡Me pongo nerviosa! ¡el silencio y la
cama me ponen demasiado nerviosa!
-le dijo cogiéndose el brazo que Violeta había acariciado-.

- Vale, ¿y si hablamos de algo mientras te acaricio? No sé, algo trivial... ¿te ayudaría? -le propuso-.

- Puede ser -le concedió, pues aunque
fuera una tortura, aún quería probarse a sí misma-.

- ¡Está bien! -enlazó sus dedos a los
suyos, para que liberara el brazo-...
Entonces el proyecto del extranjero les ha encantado, ¿no es eso?

Chiara cerró los ojos un segundo
cuando notó deslizar la mano de Violeta otra vez por su brazo, luego los abrió clavándolos en aquella sonrisa. La pelirroja estaba preciosa con la cabeza apoyada en su mano y el codo en la cama, tranquila, como si no pasara nada de nada entre ellas.

SEX EDUCATION // KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora