79- Dura como el diamante

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El corazón de Emma sangró tras
aquella información que jamás había
conocido. En su cabeza, fragmentos
del pasado tomaron sentido como si de piezas de rompecabezas se trataran, vislumbrándose una figura que hasta entonces había permanecido oculta.

Sin pensarlo, cogió su móvil y empezó
a realizar llamadas... las respuestas
que recibió solo sirvieron para
romperle más el corazón por el daño
que había causado a su hija estando
tan ciega. Las llamadas que debió
realizar en su día, llegaban demasiado tarde y lo sabía.

- Hola Emma, menudo mal trago. Me
hubiera acercado antes pero pensé que era mejor no hacerlo, ya sabes cómo es Chiara cuando se encapricha de algo... De todos modos no te preocupes, se qué pronto entrará en razón y se dará cuenta que lo hemos hecho por su bien. Ya te dije que Violeta era todo un carácter, de hecho, de qué otro modo habría podido engatusarla- interrumpió sus pensamientos Virginia apareciendo de la nada como serpiente viperina que era-.

La mujer se giró, mirándola como si por primera vez pudiera verla tal
cual era, y las ganas de vomitar se le
arremolinaron en el vientre.

- Sí, todo un carácter... -repitió a punto
de estallar en cualquier momento-,
Virginia, ¿puedo pedirte algo?

- Sí, claro... lo que quieras -le dijo ella
con fingida predisposición-.

- He llamado al hotel Rihalto porque
estando Chiara tan afectada, ni
Mikel ni yo vamos a irnos de vuelta a
Menorca como estaba previsto, pero
me dicen que está todo lleno y ya sabes que ese hotel es el único en el que me gusta hospedarme.. -empezó a tejer la telaraña-.

- Sin problemas, déjame que haga una
llamada... -la atajó la mujer que con
tan solo una llamada consiguió lo que
su ex suegra le pedía-, Solucionado, ya
tenéis habitación para esta noche.

- Oh, estupendo, gracias... No sé
porqué me dijeron que no quedaban
habitaciones -se hizo la tonta la madre de Chiara-.

- Bueno es que no quedaban, pero
precisamente tengo una habitación
propia en ese hotel. Trabajé para
ellos el año que estuvieron a punto
de quebrar y en forma de abono,
me quedé una especie de acción
que conlleva el uso exclusivo de la
habitación -se pavoneó Virginia
delante de su ex suegra-.

- Ah, que bien... no lo sabía. ¿Y qué
habitación es, así mandaré a Manu
con el equipaje? -le preguntó mamá
Oliver-.

- La 609, ya veréis os encantará hay
unas vistas impresionantes -le dijo-.

- Entiendo, la 609... Es curioso, porque
acabo de realizar una llamada al
investigador que contraté para el asunto del chantaje con fotos que
le hicieron a mi hija, y es la misma
habitación que aparece en el sumario y que por temas jurídicos y debido a que no quise que saliera a la luz, no pude obtener el nombre del propietario que el hotel se negó a facilitarme en su día -le escupió Emma, cuya ira ya rebosaba en sus ojos-.

Virginia dio un tras pies, acababa de
ser enjaulada en su propia celda sin
darse cuenta. Sin saber que decir,
escuchó a sus pensamientos tejer una
trama de salida...

- Emma, bueno... es que... -empezó a
balbucear-.

Esta atajó los escasos tres pasos que las separaban, y con los dientes apretados le dijo...

- No quiero volver a verte nunca
cerca de mi hija, o te aseguro que
me encargaré personalmente de
que parezca un accidente ¿lo has
entendido? -le susurró, su dureza
rayaba el dolor-, Ah, y será mejor que
te busques un abogado, un buenísimo
abogado, porque te garantizo que te
voy a destrozar la vida, al igual que tú
has pretendido hacerlo con la de mi
familia.

SEX EDUCATION // KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora